En Barcelona se roban más de 3.200 motos cada año, una cada tres horas

BarcelonaEntre 2013 y 2022, en Barcelona se denunciaron 32.385 robos de motocicletas, una media de 3.238 al año. O, lo que es lo mismo, casi nueve motos robadas todos los días. Una cada menos de tres horas. La cifra, obtenida por el ARA a través de una petición de transparencia al Ayuntamiento y el departamento de Interior, sería aún mayor si no fuera porque a partir del 2020 la llegada de la pandemia y las restricciones hicieron caer el número de robos en picado. Pero en 2022, a medida que se fue recuperando la normalidad, las denuncias volvieron a aumentar. Catalogada hace algunos años como la ciudad europea con más motos por habitante, Barcelona es también una de las capitales donde más se roban.

El curso más negro para los motoristas en Barcelona fue en el 2018, cuando se robaron hasta 4.178 motos, casi una cada dos horas. De hecho, podría hablarse de trienio negro, porque tanto en el 2017 como en el 2019 hubo más de 4.000 denuncias cuando en los años anteriores –entre 2014 y 2016– la cifra rondaba las 3.300. La llegada de la pandemia en el 2020 y el confinamiento y las restricciones asociadas bajaron la cifra por debajo de los 2.000 casos –1.904 en el 2020 y 1.934 en el 2021–, pero en el 2022 los robos volvieron a subir hasta 2.397. El 2013 también había sido un año duro, con más de 3.900 denuncias presentadas.

El subinspector de los Mossos Josep Maria Pujol es jefe de investigación de la comisaría del Eixample, el distrito donde roban más motos de Barcelona. Admite que es "inviable" investigar todos los robos de motos que existen. "En una semana podemos tener más de 800 hechos delictivos", contando todos los tipos de delitos que se pueden producir en el distrito, y añade que el robo de motos no es uno de los principales problemas de seguridad. Esto no significa que los Mossos no estén preocupados. Si bien fuentes policiales no hablan de un repunte, sí valoran crear una unidad especializada, tal como está el grupo Titani que solo investiga robos de relojes o el de salud pública, centrado en la droga. De hecho, se estudia que sea el propio grupo Titani quien asuma los robos de motos. Si se está valorando esta opción es porque ahora cada distrito investiga caso a caso y muchas veces, tal y como admite el subinspector, no se llega a tocar el tuétano, que son los grupos criminales tras todos estos hurtos.- _BK_COD_

Robos a plena luz del día

Estos grupos no siempre actúan con igual finalidad. Pujol identifica dos motivaciones: robarlas para revenderlas o robarlas para cometer algo delictivo, como podrían tirones de bolsos o huir después de un atraco. Después, suelen abandonarlas o quemarlas y son motos que “a menudo se suelen recuperar”. Con las robadas para revenderlas es más difícil. "Lo hacen a plena luz del día, en lugares muy concurridos", describe el subinspector. Siempre van acompañados de una furgoneta (si lo hicieran de noche les pararían siempre en los controles porque las mercancías se reparten durante el día). Bajan dos personas que cargan la moto a peso y la ponen en el vehículo. Después, las llevan a un “taller”. Son garajes, locales con las persianas bajadas, almacenes... Allí las desmontan y esconden las piezas entre chatarra para sacarla disimuladamente del país. ¿A dónde van? Según fuentes policiales, uno de los destinos más frecuente es el Magreb.

Por eso precisamente optan por motos de baja cilindrada: “Son más fáciles de desmontar y también más fáciles de colocar”. Acaban siendo motos Frankenstein, porque vuelven a montarlas con piezas de otros modelos o marcas. Incluso agentes de paisano de los Mossos utilizan una moto con piezas de varias marcas que requisaron durante un operativo. Una vez desmontada es muy difícil recuperar una moto robada. Por eso los Mossos recomiendan poner localizadores, que facilitan mucho una investigación policial.

Los ladrones que solo roban una moto para cometer algo delictivo también suelen optar por vehículos de baja cilindrada. Aquí la estrella, según varias fuentes policiales, es la Honda SH. ¿El motivo? Es rápida, fácil de manejar, ligera, pequeña para escaparse por múltiples sitios y no es difícil de arrancar con un puente. Pujol explica que la marca ha mejorado la seguridad de arranque en los nuevos modelos, pero en los viejos sigue habiendo el mismo problema.

La maldición de las Scoopy

Un repaso a los datos corrobora esa realidad. De las 32.385 motos robadas en Barcelona entre 2013 y 2022, 9.498 –un 29,3%– eran el mismo modelo: una Honda SH 125. La tradicional Scoopy ha sido muchos años la moto más vendida en la capital catalana, pero también es la más buscada por los ladrones, que la roban casi nueve veces más que cualquier otra moto. El siguiente modelo en ese ranking peculiar es otra Honda, la SH150, con 1.228 unidades robadas en diez años. De hecho, la japonesa Honda ocupa cuatro posiciones en un top 5 donde también aparece -en tercera posición- la china Sym Simphony, con 1.111 denuncias acumuladas.

Que los ladrones tienen predilección por la Honda SH125 puede verse claramente analizando sólo el comportamiento de los delitos en Sarrià-Sant Gervasi en el año 2019. En sólo un año, los ladrones se llevaron 347 motos de este modelo al distrito. La suma de todo el resto de motos robadas en este distrito ese mismo año era de 359.

Llama la atención que, siendo sólo el séptimo distrito en población, Sarrià-Sant Gervasi sea el segundo en número de motos robadas estos diez años (5.035), por detrás del Eixample (6.437) y muy por delante de Sant Martí (3.497) y Horta-Guinardó (2.886). Sin embargo, un vistazo a los datos del anuario estadístico de la ciudad aporta su respuesta. Si sumamos motocicletas y ciclomotores y las dividimos entre la población, Sarrià-Sant Gervasi es el distrito más motorizado de Barcelona, ​​con una media de 3,6 personas por moto, por delante del Eixample (5,6) y de Sant Martí (7,2).