Cajeros automáticos o recogida de paquetes: los quioscos de Barcelona podrán hacer mucho más que vender diarios
El Ayuntamiento cambiará los términos de la concesión para que puedan destinar casi la mitad del espacio a productos que no sean prensa
BarcelonaEl Ayuntamiento de Barcelona niega que la ciudad se esté quedando sin quioscos de prensa y saca pecho de los 259 que, a pesar de todas las crisis, continúan funcionando en la ciudad, que también tiene 53 de vacíos, pero admite que tiene que hacer cambios en las normas que rigen esta actividad para garantizar la supervivencia del sector. Y por eso ya ha pactado con los quiosqueros una serie de modificaciones que ampliarán –y mucho– el abanico de productos que podrán vender. De entrada, se prevé que puedan incorporar espacios para la distribución de mercancías, cajeros automáticos, antenas para el despliegue de redes 5G o servicios de venta de entradas y recarga de baterías para vehículos de movilidad personal.
El gobierno municipal estima que este nuevo conjunto de actividades ya podrá estar en funcionamiento en tres meses. Lo que se prevé, en estos casos, es que la Asociación de Vendedores de Prensa de la ciudad cierre acuerdos marco con las empresas que suministran los servicios, que el Ayuntamiento los valide y que, a partir de aquí, cada quiosco pueda decidir si se acoge. Ya se ha sellado, por ejemplo, un acuerdo para poder instalar 125 cajeros automáticos en los quioscos.
Pero hay, también, cambios que afectan los términos de la concesión y que obligan a una tramitación más larga, porque hacen falta informes jurídicos y la luz verde del pleno. Lo más destacado, en este sentido, será flexibilizar la norma que ahora obliga a los quioscos a tener un 80% del espacio destinado a revistas, diarios y libros, y solo un 20% a otros productos como souvenirs o loterías. A pesar de que se quiere garantizar que la prensa siga siendo la actividad mayoritaria, cuando entre en vigor el cambio habría suficiente destinando un 51% de la superficie. Y esto abre la puerta también a nuevos productos que hasta ahora no estaban autorizados, como el café –que algunos ya venían de manera irregular– o la comida envasada para llevar. Lo que no podrán hacer en todo caso es manipulación de alimentos como si fueran pequeños restaurantes.
Más publicidad
Los cambios en la concesión también darán más aire a los quiosqueros en cuanto a la publicidad que pueden tener expuesta: si hasta ahora podían tener en tres de las cuatro caras del establecimiento, ahora sumarán la cuarta. Y esto es casi agua bendita para el sector. "Sin publicidad, seguramente ya habríamos cerrado todos", reconoce Margarita Céspedes, presidenta de la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Barcelona y provincia. Y Juan Jiménez, presidente la asociación de Quioscos de la Rambla, pone datos y asegura que en plena pandemia vendían el 15% de lo que es habitual y asegura que sin cambios como los que ahora se acuerdan "en 5 o 10 años ya no quedarían quioscos".
La revisión de normas también dará más flexibilidad a los horarios para poder decidir, por ejemplo, si les sale a cuenta o no abrir los domingos por la mañana. El regidor de Presidencia, Jordi Martí, defiende todos los cambios en la línea de "garantizar la viabilidad" de los quioscos y, por lo tanto, su continuidad en las calles, y asegura que serán un buen "banco de pruebas" de cara a las nuevas concesiones que se tienen que hacer en 2030.
Acompañar a la gente mayor
Además de los 259 quioscos en funcionamiento y los 53 que ahora están cerrados (31 de los cuales está previsto que sean retirados durante este mandato), la ciudad también tiene una decena cedidos al Instituto Municipal de Personas con Discapacidad, que los explota por medio de una cooperativa. Junto con todos estos cambios, el gobierno municipal también quiere que los quioscos se sumen al proyecte Vincles y contribuyan a cuidar de personas mayores que viven solas, por ejemplo, dando la alerta si un día no recogen el diario que podrían tener vinculado a una tarjeta monedero.