Gràcia se conjura para levantar una "trinchera" contra la masificación de la fiesta mayor
El pregón alternativo simula el secuestro de la concejala del distrito Laia Bonet
BarcelonaUn año más, la Vila de Gràcia se divide estos días entre vecinos que huyen del barrio para sortear el bullicio de la fiesta mayor y los que se implican a fondo para evitar la despersonalización de una tradición también amenazada por la masificación. Estos últimos han dado este jueves por la noche la bienvenida a los festejos con el pregón. En una plaza de la Vila muy reivindicativa, la escritora e historiadora del arte Maria Garganté ha enaltecido la importancia de que la fiesta refuerce el sentido de comunidad y se convierta en una "trinchera" contra la masificación.
En un discurso con un marcado acento antropológico y culminado con el verso de Vicent Andrés Estellés "Lo que vale es la conciencia de no ser nada si no se es pueblo", Garganté ha hablado de la fiesta como un rasgo identitario y de comunidad, pero también como una "experiencia transformadora" que puede ayudar a en el conflicto, "el debate y las discrepancias". Su propio parlamento ha sido salpimentado de referencias a conflictos como el genocidio en Palestina, las protestas por la vivienda en Vallcarca o la masificación turística.
Todo ello ha ligado con una plaza muy reivindicativa, donde han coincidido las protestas de los socorristas de Barcelona estos días en huelga con las quejas contra el planeamiento urbanístico de Vallcarca, contra la gentrificación, contra el comercio de armas con Israel, y en defensa del catalán. Un clima crítico que se ha acentuado en el breve parlamento de la primera teniente de alcaldía del Ayuntamiento y concejala del distrito. Como ya ocurrió el año pasado, la socialista Laia Bonet ha sido recibida con una sonora abucheada.
Minutos antes del pregón oficial, de hecho, Bonet había sido protagonista indirecta del tradicional pregón alternativo, donde en tono humorístico un grupo autodenominado Moviment Putaespanyista Gracienc simuló el secuestro de la concejala. A punta de pistola de agua, con la que han avisado de que volverán a rociar a los turistas, han retenido a una persona con una bolsa en la cabeza con una fotografía de Bonet y han expuesto sus reivindicaciones al alcalde Jaume Collboni si quería liberarla. Entre ellas, que no se pueda acceder a la fiesta mayor si no se habla "el nivel G de catalán" o que "la noche tranquila" se traslade a la Mercè y no se haga en Gràcia.
El pregón ha sido el pistoletazo de salida de una fiesta que este año recupera las actividades populares después de la crisis del año pasado, cuando el enfrentamiento entre la Colla Vella de Diablos de Gràcia y la Coordinadora de Colles de Cultura de Gràcia llevó al distrito a prohibir los actos con fuego. Sí se mantienen algunas de las novedades introducidas el pasado año para intentar reducir la masificación de la fiesta, como la celebración el lunes de una "noche tranquila" o retrasar la entrega de premios en las calles engalanadas hasta los últimos días para evitar la masificación.
Este jueves, de hecho, los festeros seguían trabajando a contrarreloj para dejar las calles engalanadas antes de que el viernes comience oficialmente la fiesta. En esta edición serán 23 las calles que competirán por intentar destronar a Mozart, vencedor el año pasado. Los guarnecidos serán una vez más uno de los principales atractivos de una fiesta mayor en la que también habrá mucha música y actividades para todos los gustos, y que este año quiere conmemorar los 175 años de la segunda independencia municipal de la Vila de Gràcia.
Sin metro en Joanic
Como siempre, la fiesta se celebrará con un ojo puesto en el cielo, aunque este año la previsión apunta a que no será necesario sufrir por la lluvia pero sí por el calor, con temperaturas tórridas durante este fin de semana. Uno de los retos de esta edición será el de la movilidad. El metro funcionará ininterrumpidamente desde las 5 de la madrugada del viernes hasta las 12 de la noche del día 17, pero el corte de la L4 por obras mantiene sin servicio la parada de Joanic, una de las más habituales concurridas estos días. A cambio, por primera vez será posible llegar a la fiesta mayor de Gràcia en tranvía por la Diagonal.