Mercè soñada de Jaume Collboni
Barcelona cierra una edición de su fiesta mayor sin incidentes y con un nuevo horizonte en el pleno
BarcelonaLa Mercè soñada de Jaume Collboni debe parecerse a la fuerza a la de este año. Sin incidentes destacados y con un horizonte político a priori favorable, con los socialistas gobernando al mismo tiempo en el Estado, la Generalitat y el Ayuntamiento. Un nuevo panorama resumido en el retrato del tradicional séquito que lleva a las autoridades desde la basílica de la Mercè hasta la plaza Sant Jaume. La presencia de Salvador Illa como presidente de la Generalitat era la principal novedad de una comitiva en la que la pista del nuevo escenario político que se abre en el Ayuntamiento la daban las ausencias: no estaban ni Ada Colau, ni Xavier Trias , ni Ernest Maragall.
Un año y medio después de las elecciones municipales, pues, Collboni observa cómo los otros tres liderazgos fuertes del Ayuntamiento habrán cambiado. Se abre un nuevo tiempo que tendrá su primera piedra de toque en la negociación de las ordenanzas fiscales y los presupuestos que el gobierno municipal ya ha empezado a desprecintar. Este martes los líderes de Junts, los comunes, ERC y el PP –Jordi Martí, Janet Sanz, Elisenda Alamany y Daniel Sirera– ya han empezado a tomar posiciones antes de que se abra definitivamente el baile de las cuentas. Todos ellos han abierto la puerta a negociar con el alcalde.
Lo que no ha cambiado es la aritmética, que mantiene al gobierno en franca minoría –10 concejales sobre 41– pero que hace imposible articular una mayoría alternativa a Collboni por los vetos cruzados entre Junts y los comunes. El alcalde, mientras, sigue sin encontrar un socio estable que suavice la soledad de su ejecutivo. El acuerdo con ERC, encauzado antes del verano, ahora tendrá que esperar al menos hasta finales de año. Lo confirmó este martes la líder de los republicanos en el Ayuntamiento, Elisenda Alamany, quien admitió que hasta que Esquerra no haya elegido una nueva dirección en el congreso de noviembre no se tomará una decisión sobre entrar en el gobierno de Barcelona.
Los comunes, de facto ya sin una Colau que se despedirá oficialmente del pleno en el mes de octubre, ya han renunciado a entrar en el gobierno de Collboni y optan por intentar "dar la vuelta a la deriva elitista" de Collboni desde fuera. Con las primeras condiciones para los presupuestos sobre la mesa –reducir terminales de cruceros, regular el alquiler de temporada y mantener las bonificaciones en el transporte público–, se vislumbra una negociación pesada. Tampoco Junts, que tampoco tiene Xavier Trias, renuncia a estirar al gobierno Collboni hacia sus postulados con acuerdos concretos. Y Sirera, desde el PP, sigue pidiendo al alcalde que abra juego a la derecha.
El cambio de escenario político se ha evidenciado también antes del séquito, durante la tradicional misa por la Mercè. Por primera vez en muchos años, el presidente de la Generalitat asistió junto al alcalde y escuchó de primera mano como el arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, recetaba "unidad" y alertaba de los riesgos de una sociedad cada vez más individualista y encerrada dentro de las nuevas tecnologías.
Pese al panorama político propicio que se le dibuja por delante, Mercè también ha permitido a Collboni captar que tiene trabajo con lo que es uno de los principales problemas de la ciudad: la vivienda. Nada más salir de la basílica se ha encontrado con un grupo de manifestantes que protestaban contra el futuro desahucio de un bloque de pisos en Sants. También se ha topado con algunos de los muchos pisos turísticos que hay en el barrio Gòtic, de donde salían algunos visitantes curiosos por el desfile en la calle.
Sin incidentes pese a la lluvia
Más allá del panorama político, sin embargo, la gran noticia que se lleva Collboni de esta edición de la Mercè es que prácticamente no ha habido incidentes. Después de años en los que se acumulaban las noticias de sucesos durante los días festivos en Barcelona, esta vez –a la espera de lo que ocurra durante la tarde-noche de este martes– no se han registrado incidentes destacables. Sólo la lluvia ha enturbiado un poco una fiesta que, sin embargo, no ha tenido que suspender ninguna actividad.
El concejal de Cultura, Xavier Marcé, ha celebrado la ausencia de incidentes y ha destacado el compromiso cívico ejemplar que han mostrado los ciudadanos durante la Fiesta Mayor. Marcé ha explicado que aunque es muy difícil poner cifras en la Mercè, el Ayuntamiento calcula que un millón de personas habrán sido espectadores de los principales espectáculos –sobre todo conciertos– que se han celebrado estos días en Barcelona.