"Así no se puede vivir": viviendas en riesgo de ruina en Barcelona
La FAVB denuncia que en la capital catalana existen 8.000 pisos con deficiencias estructurales graves
BarcelonaDesde hace tres años, cada vez que acude al baño, a Aurora Jiménez el espejo le devuelve su reflejo y el de dos grandes puntales amarillos que sujetan el techo. Una fuga de agua en un piso público que se encuentra en la segunda planta de su edificio acabó con el techo de su lavabo cayendo y los bomberos apuntalando el piso. Más adelante deberían apuntalar otros cuatro sólo en aquella finca de la calle de Marsala. Jiménez es una de las muchas vecinas del barrio del Besòs-Maresme de Barcelona que vive en una vivienda con deficiencias estructurales graves a la espera de una solución que no llega.
"Así no se puede vivir", subraya en conversación con el ARA en el comedor de su casa, donde lleva más de veinte años viviendo. Cansada de ver un agujero que había en el techo de la sala, hace un tiempo lo cubrió por su cuenta con una plancha de pladur y volvió a ponerle una lámpara. En el resto del piso, muchos conductos de la luz están a la vista. También tuvo que retirar por sí misma el pladur que cubría una pared del comedor porque con el agua se había podrido y se llenaba de insectos. Pese a la situación, su piso –donde vive con su hija adolescente– aún no tiene un calendario claro de rehabilitación más allá de la promesa del Ayuntamiento que se encuentra entre los bloques prioritarios en los que se quiere intervenir durante el próximo mandato. "A veces piensas que eso nunca lo van a arreglar. La poca esperanza que tienes, la pierdes", lamenta.
A pocos metros de casa de Jiménez, en la calle Catania, Juan Antonio Amaya muestra su comedor lleno de puntales. El primero lo pusieron en el 2019. Hace un año los bomberos le desalojaron por miedo a que se le cayera el techo encima. Desde entonces el Ayuntamiento le ha realojado en una habitación de una pensión. "No sé cuándo podré volver", dice resignado mientras muestra cómo, en el techo de la cocina, la grieta en una de las vigas se está haciendo cada vez mayor. El sótano del edificio es un bosque de puntales. El bloque está formado por tres escaleras de 24 pisos. El resto de vecinos siguen todos viviendo en el edificio.
Los pisos de Jiménez y Amaya son sólo dos de los ejemplos más graves de un fenómeno sobre el que este jueves la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) ha lanzado un grito de alerta. En una rueda de prensa, el presidente de la entidad, Miquel Borràs, ha denunciado que actualmente en la capital catalana hay al menos 8.000 viviendas con deficiencias estructurales "graves" en su estructura pendientes de rehabilitar. Muchos de ellos se construyeron durante el desarrollismo franquista y con cemento aluminoso. Borràs ha detallado que 5.000 de estos pisos están ubicados en el Besòs-Maresme –2.800 de ellos en riesgo grave de derrumbe–; 2.500 en la Paz; 432 en Trinitat Vella; 314 en Poblenou y 5 en el Carmel. Son cifras surgidas de informes de distintas administraciones.
Se trata, en el fondo, de otra gran crisis de la vivienda menos visibilizada. No sólo hay dificultades para acceder a un piso, sino que en muchos casos la gente que vive allí lo hace en pésimas condiciones. "Es importante no sólo construir vivienda nueva, sino rehabilitar", resumió Borràs, que compareció junto a los portavoces de las asociaciones vecinales de los barrios del Besòs y el Maresme, Tareixa Pardo; de Trinitat Vella, Roberto Rodríguez; del Carmelo, Custodia Moreno; y de la Paz, Miguel Romera. Todos ellos han hecho un llamamiento a las administraciones a actuar antes de que sea demasiado tarde.
Según han explicado, estos procesos son lentos y pesados y los vecinos –a menudo vulnerables– muchas veces se encuentran atrapados en un laberinto burocrático. Han lamentado, además, que muchas veces deben gestionar promesas de la administración que después no se cumplen. "Se nos promete un Mercedes y después llega una bicicleta", ironizó Miguel Romera. Un ejemplo lo ha puesto Roberto Rodríguez, de Trinitat Vella. Ha explicado que en 2018 se les presentó un proyecto de regeneración urbana que cubría entre el 85 y el 90 por ciento de los costes de obra de las viviendas afectadas, y que en mayo de 2025 se les cambió la cobertura a sólo un 40 por ciento. "Obviamente, los proyectos dejan de ser viables para propietarios y vecinos, y por ahora no hay ningún proyecto firmado en todo el barrio", ha añadido.
Críticas al gobierno de Collboni
Concretamente, desde la FAVB se han mostrado críticos con la forma de actuar del actual gobierno de Barcelona, encabezado por Jaume Collboni. Le han reprochado que haya descartado seguir aplicando el modelo de las áreas de regeneración urbana del Besòs, la Trinitat Vella y la Pau, en las que el ámbito público financiaba y gestionaba directamente las rehabilitaciones. Según han denunciado, en determinados barrios el modelo "de autogestión con acompañamiento" no funciona, ya que la "complejidad" que acumulan dificulta que las comunidades de vecinos puedan organizarse y, menos aún, hacer frente a los gastos iniciales que suponen estos procesos.
Ante esto, la FAVB ha pedido "una acción política de gran envergadura" y que el Ayuntamiento "asuma la gestión pública de las intervenciones cuando la población no sea capaz de gestionarlas". Asimismo, reclamó "líneas de crédito público asequible" y resolver "con urgencia las situaciones desesperadas con compromisos seguros para las familias", con acciones que deben incluir el análisis social y estructural del edificio, un proyecto de rehabilitación, financiación asequible y, en su caso, vivienda provisional. "No pedimos que los propietarios no paguen, sino que la gestión y los trámites, que son complejos, les asuma la administración", remachó Tareixa Pardo, del Besòs, quien pidió que la Generalitat también se implique en la rehabilitación de estos barrios.
Los fondos europeos, en riesgo
Los representantes vecinales han cargado también contra el hecho de que los retrasos a la hora de afrontar estas rehabilitaciones puedan poner en riesgo los fondos europeos Next Generation con los que debían financiarse en parte. El motivo es que estos fondos estaban condicionados a que las obras estuvieran terminadas el 30 de junio de 2026, lo que los vecinos subrayan que en muchos casos ya es imposible por plazos. Desde el Besòs, Pardo ha explicado que una vez venza el plazo por los fondos, estudiarán llevar el caso a la Fiscalía para que investigue su gestión.
Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona han respondido recordando que se está trabajando con el Ministerio y la Generalitat para que las obras no tengan que estar terminadas en el verano del 2026 para recibir los fondos sino que sea suficiente que se hayan empezado. En concreto, de los 170 millones de euros que el consistorio planea destinar en este mandato a la rehabilitación y regeneración urbana, 111,5 se han solicitado a los fondos europeos. Las mismas fuentes remarcan que el Ayuntamiento tiene como objetivo "mejorar las condiciones de habitabilidad urbana y del entorno, con un carácter integral y dirigido a reducir las vulnerabilidades de calidad de vida en la ciudad y reforzar la resiliencia social".