Barcelona

Origen y final de Barcelona: la Torre Barón de Manolo Vital

Collboni homenajea a la activista que secuestró un bus, el 47, para exigir que el transporte público llegara hasta un barrio olvidado

BarcelonaUn pequeño rótulo sobre la parada de la línea 182 de autobús indica que Torre Baró también forma parte de Barcelona. "Origen y final", señala el escrito. Pese a que muchos barceloneses nunca pisarán este humilde barrio del extrarradio barcelonés, el vecindario lleva más de medio siglo reivindicando que Torre Baró no es un callejón sin salida apartado de todo y de todos. Una reclamación que Manolo Vital hizo durante toda su vida y que el 7 de mayo de 1978 le llevó a secuestrar el bus de la línea 47 para llevarlo a través de calles empinadas y polvorientas hasta su barrio y exigir que el transporte público no se olvidara de sus vecinos. Este sábado, aprovechando el eco del film sobre esta historia que ha realizado el cineasta Marcel Barrena, Barcelona ha homenajeado a Vital. El alcalde, Jaume Collboni, ha descubierto una marquesina que recuerda la hazaña del conductor y, durante los próximos meses, se espera que Vital dé nombre a la plaza hasta dónde llevó el 47.

Desde la parada que recuerda el activista puede observarse las montañas de Montserrat al fondo. El Vallès, por un lado; por otro, un pedazo delotra Barcelona, ​​con el mar de fondo y toneladas de asfalto envolvente la ciudad. Y en el otro extremo toda la exuberancia de Collserola que contrasta con las casas humildes que forman parte de la orografía de Torre Baró. Antes de empezar el acto los vecinos lo recordaban a los responsables del distrito. "Los árboles llevan diez años sin poder", reclamaba un hombre. "A ver si es verdad que hagáis algo. Solo hay socavones y no hay ni aceras. Como se nota que pasáis poco por aquí", recriminaba una vecina. Y es que la lucha por no ser olvidados forma parte de la idiosincrasia del barrio. "Toda la vida que lo hemos hecho", asumía Luisa. "Lo reivindicamos todo para que nos pusieran un contenedor, en el 2005 detuvimos un bus evitando que pudiera continuar", añade una de las activistas históricas que continúa el legado de Vital, su vecina Gregòria García. A ella le ha cedido la palabra Collboni que, en lugar de leer el discurso preparado por su equipo de comunicación, ha querido dar un paso al lado. "Ella me habló de Manolo Vital hace siete u ocho años", ha apuntado el alcalde para presentarla. Eso sí, el dirigente socialista ha cogido el guante lanzado por el Barrena: la noche que se estrenó El 47 los vecinos de Torre Baró regresaron a casa en medio de la oscuridad, guiados por las luces de sus móviles. Se quedaron sin electricidad durante una veintena de días. El estado del cableado que unía las casas ante dónde ha hecho el discurso Barrena reforzaba el mensaje del cineasta. Y Collboni le ha hecho suyo asumiendo "la asignatura histórica" ​​de Barcelona con Torre Baró y la necesidad de enterrar el cableado eléctrico. "Que todos los barrios de Barcelona sean Barcelona", ha concluido el alcalde, acompañado también por la nieta de Vital, Joana Vital, y la actriz Clara Segura.

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De secuestro en secuestro

La comitiva ha realizado el trayecto hasta la parte más alta de Torre Baró con dos buses. Más de veinte minutos de trayecto, siguiendo los pasos que Vital dio en mayo del 78 con un autobús articulado lleno de vecinos y vecinas que se negaban a que su barrio quedara olvidado y apartado del latido de la ciudad. Durante la vuelta Collboni ha compartido asiento con Dolores, que ha aprovechado el homenaje a Vital para explicar que su marido, Gerardo, secuestró otro bus para dar más fuerza a la reivindicación. Ella, con sus dos hijos de nueve y trece años, se subieron al 47 de Vital, que no lo tuvo fácil para maniobrar en medio de las empinadas calles de Torre Baró. Hasta el punto de que en una curva cerrada todo el mundo tuvo que colaborar para ensanchar la calzada. "¿La semana que viene secuestramos otro bus?", preguntó el hijo de Dolores y Gerardo unos días después a sus padres, animado con la aventura. El barrio hervía.

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Durante el trayecto los vecinos han rememorado las anécdotas del pasado. "Decíamos que bajábamos a Barcelona porque no nos consideraban de Barcelona", le explicaba un hombre a un amigo de juventud. En el barrio nadie olvida el legado de Vital y el que luchó durante años por convertir a Torre Baró en una parte más de Barcelona. "El homenaje deberían hacerle en vida, no ahora", lamentaba una vecina, consciente de que sin la película de Barrena, Vital probablemente no tendría una plaza en lo más alto del barrio que tanto defendió.