Una treintena de pisos en pleno centro de Barcelona por 400 euros: la nueva vida del Gimnasio Social Sant Pau
El acuerdo entre el Ayuntamiento y la empresa Coyoacan salva el equipamiento histórico, que estaba condenado a ser un bloque de lujo
BarcelonaTres años después de evitar in extremisel desahucio, comienzan las obras para remodelar el Gimnasio Social Sant Pau. El histórico equipamiento de la ronda Sant Pau de Barcelona, que alberga la piscina pública más antigua de la ciudad, parecía condenado a desaparecer por dar lugar a un bloque de pisos de lujo. Pero este lunes todas las partes han celebrado el inicio de unas obras que está previsto que duren dos años y que no sólo mantendrán el Gimnasio Social, sino que supondrán también la construcción de 36 pisos de alquiler social de una y dos habitaciones en centro de Barcelona.
En declaraciones a los periodistas, el comisionado de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona, Joan Ramon Riera, ha enaltecido la operación para salvar al Gimnasio Social Sant Pau como un "ejemplo de colaboración público-privada que se debe trabajar por normalizar". Ante la incapacidad del Ayuntamiento para comprar el terreno –la propiedad pedía 9 millones de euros y el consistorio no tiene permitido comprar pisos por encima del precio de tasación, que estaba en torno a los 8 millones–, la empresa Coyoacan de Jaume Roures se ofreció a comprarlo y después venderlo en el Ayuntamiento a un precio inferior. A cambio, el consistorio le cedía el derecho de superficie para un período de cincuenta y cinco años, un tiempo durante el cual la empresa obrará los alquileres sociales que resulten, de modo que podrá recuperar su inversión.
La fundación del tercer sector Hábitat3 gestionará las viviendas de alquiler social. La presidenta de esta entidad, Carme Trilla, ha celebrado que la nueva construcción "es un éxito multiplicado por tres", ya que no sólo garantiza la reserva del 30 por ciento de los pisos sociales, sino que el 100 por ciento del edificio lo será . Trilla ha explicado que los 36 pisos sociales tendrán un alquiler de 400 euros y acogerán a personas atendidas por los servicios sociales o que están en la lista de espera de pisos sociales del Ayuntamiento de Barcelona.
Robles pide más agilidad
Por su parte, Jaume Roures ha subrayado que su objetivo es demostrar que se pueden hacer pisos sociales "decentes" y ha dicho que confía en que en los próximos dos años el edificio sea una realidad. El empresario, que tiene un vínculo estrecho con el Raval porque es el barrio en el que nació, ha defendido que este proyecto "demuestra que si hay voluntad por todas las partes, las soluciones aparecen".
Sin embargo, Roures ha insistido en que a menudo los plazos de la administración son demasiado lentos. "Si tenemos emergencia residencial, deberíamos intentar entre todos ir más deprisa", ha dicho, y ha lamentado que hayan tenido que esperar cinco años a tener el permiso de obras en otro solar del 22@ donde Coyoacan debe construir 47 pisos sociales.