Ni cifra de desaparecidos ni cambios en el número de víctimas por la DANA: ¿qué hay detrás?

Expertos señalan las posibles causas del hermetismo comunicativo que está causando indignación entre los ciudadanos

BarcelonaLa información sobre la devastación en el País Valencià está llegando con cuentagotas. Según el último dato oficial por parte de las autoridades, actualmente constan 211 defunciones en la Comunidad Valenciana; 215 sumando las de Castilla-La Mancha (3) y Andalucía (1). Sin embargo, el balance de víctimas mortales por la catástrofe prácticamente no varía desde hace 48 horas y ninguna autoridad ha dado una cifra provisional de desaparecidos; una forma de actuar que está provocando indignación e incertidumbre entre muchos ciudadanos que reclaman respuestas. Además, el hecho de que los datos gubernamentales no hayan coincidido hasta la noche del lunes tampoco ayuda. A través del Centro de Cooperación Operativa Integrado (Cecopi), la Generalitat Valenciana ha mantenido durante 48 horas que ha habido 210 muertes en la comunidad autónoma, mientras que el ejecutivo español decía que eran 211. Y este lunes todavía hay ha habido más desenfreno, porque el ministerio del Interior ha elevado por error la cifra de víctimas mortales hasta las 215 y ha tenido que rectificar. Además, esta noche dos ministros españoles aseguraron que la cifra de desaparecidos con la que se trabaja es "bastante baja" y que se dará "en los próximos días", pero sin concretar cuál podría ser la magnitud de este dato.

Aunque se desconocen los motivos concretos detrás de esta discordancia y del hermetismo comunicativo, los expertos apuntan a cuatro hipótesis: la precaución a la hora de dar datos, la dificultad para encontrar víctimas sobre el terreno, ciertos errores comunicativos y una posible estrategia política.

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"El principal criterio que debe haber en la comunicación de crisis es el hecho de intentar dar el máximo de información lo más rápido posible", detalla el profesor de comunicación y experto en comunicación de crisis de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), Carles Pont. "En principio lo que tienes que hacer es no dar información que pueda empeorar la situación, pero en el caso de la Comunidad Valenciana la cosa no puede ser peor, por tanto deberían dar todos los datos desde el minuto cero", advierte Pons. CoincideIngeborg Porcar, responsable de la unidad de trauma, crisis y conflicto de Barcelona de la UAB (UTCCB): "Hay que decir la verdad lo antes posible y, si no la sabes, debes explicar que estás haciendo para saber -lo".

En cuanto a que el balance de víctimas mortales no haya variado en las últimas horas, Pons asegura que "es raro que con las cifras de muertes no se dé una información más clara, teniendo en cuenta que parece que deba ser una cifra tan grande". Sin poner en duda de forma directa los datos que está dando el gobierno valenciano, Porcar insiste en que, en el caso de no tener datos, debe explicarse a qué se debe esta falta de información y qué se está haciendo por conseguirla. "Lo peor que puedes hacer en un caso así es generar suspicacias", reconoce.

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Una opción que plantea Pons es que el gobierno valenciano debería haberse planteado hacer una comunicación diaria de datos, no sólo de víctimas, sino también de cómo se está actuando. "Tienes que comunicar la organización, los damnificados y los medios que destinas y qué están haciendo de manera clara, sobre todo cuando tienes tanta gente asegurando que no les llega la ayuda. Tienes que explicar qué estás priorizando. Tienes que informar por respeto a las víctimas", apunta.

Más allá de la eficiencia comunicativa, Porcar también pone sobre la mesa una de las críticas que llevan días tomando fuerza: "En todo esto, hay que sumar los intereses políticos y pensar a quién puede beneficiar la imagen que se da de la catástrofe". En este sentido, Pons admite que no sabe si detrás de la poca información existe una estrategia política, pero está muy claro sobre las consecuencias que comportaría una maniobra de este tipo. "Si tú no dices la verdad tarde o temprano se sabrá. Si escondes algo porque consideras que esto te beneficiará políticamente acabarás generando una subcrisis que puede ser mucho mayor que la crisis inicial. De hecho, en la mayoría de las crisis que no se gestionan bien los responsables terminan dimitiendo más por la subcrisis que no por el motivo inicial", detalla.

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Número de desaparecidos

La gestión comunicativa del gobierno valenciano también ha recibido fuertes críticas porque desde el inicio de la catástrofe, hace casi una semana, en ningún momento se ha dado la cifra ni un balance provisional que indique cuántas personas desaparecidas constan a causa de la DANA . En este caso Pons advierte que esta actuación sería correcta si no tienen claro el dato, porque esto puede magnificar la crisis y que después el ejecutivo deba retractarse. Ahora bien, también advierte: "Si la tuvieran clara y no la dieran, entonces es evidente que habría una estrategia política".

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De nuevo, ambos expertos insisten en que la mejor opción –y evidentemente, la más justa– es ser transparente. "La verdad implica decir lo que sabes y lo que no sabes. Cuando no sabes una cosa, tienes que decirlo", insiste Pons. "Todo el mundo puede entender las cosas si las explicas bien. En un caso como éste, debes explicar que una catástrofe natural es diferente que otro tipo de accidente y que el hecho de que las infraestructuras estén afectadas también dificulta el proceso para conocer y verificar la situación de las personas desaparecidas", detalla Porcar.

Los obstáculos de la nueva fase de rescates

Este lunes la delegada del gobierno español en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, ha explicado que se ha terminado de buscar "en la superficie" y que, al no encontrarse más personas, la cifra de víctimas no ha crecido. En este sentido, el experto en salvamento marítimo especializado en rescate en ríos, inundaciones y caudales de agua, Ramsés Martí explica que "el contexto es muy complejo", porque las víctimas que se han encontrado hasta ahora son las últimas que se vieron afectadas por las riadas. Ahora queda encontrar a las primeras personas que se llevó el agua y que pueden estar mucho más "enterradas" bajo el barro, pero también bajo los escombros y los coches.

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"El cuerpo humano es muy flexible y pueden haber víctimas en lugares donde no esperarías como los bajos de los coches o las tuberías, por eso para encontrarlas debes ser mucho más minucioso y, por tanto, es un trabajo más lento", describe. Explica que estas víctimas se pueden encontrar en espacios donde "normalmente no cabría una persona", lo que hace que la búsqueda sólo se pueda realizar de forma manual y con la unidad canina, porque si se utiliza maquinaria es fácil que algún cuerpo pase desapercibido. "Pueden estar bajo varios niveles de barro, pero también de cañas y coches, por lo que la labor de rescate es más peligrosa porque es más probable que los profesionales se hagan un corte o se lesionen. Todo ello hace que esta segunda fase de rescate sea mucho más lenta que la primera", lamenta.

Martí también advierte que el agua podría haberse llevado a muchas personas hacia el mar, donde la búsqueda es más complicada y donde, en muchas ocasiones, cabe esperar que un cuerpo flota para localizarlo. "Debemos pensar que habrá gente que tardaremos mucho en encontrarla y que algunos quizás no se lleguen a localizar nunca", reconoce.