Crece la segregación escolar en Catalunya por los incumplimientos de Educación

El 83% de centros gueto reciben alumnos vulnerables a medio curso y hay 20 escuelas segregadas más que hace cinco años

BarcelonaEl departamento de Educación incumple el pacto que impulsó, junto con el Síndic de Greuges, ahora hace dos años contra la segregación escolar, uno de los principales problemas del sistema educativo. A pesar de que el acuerdo deja claro que la administración tiene que proteger los centros de complejidad, que son los que tienen una composición social más desfavorecida y menos demanda, bloqueando la llegada de alumnos a medio curso, la Generalitat asignó 6.101 niños a centros segregados a lo largo del curso 2019-20. En concreto, uno de cada tres alumnos que pidieron plaza con el curso empezado (lo que se conoce como matrícula viva) fue a parar a una escuela gueto, es decir, en la que ya había una concentración de alumnado extranjero muy superior a la de su entorno. El incumplimiento es tan grande que el 83% de escuelas e institutos segregados en Catalunya recibieron matrícula viva, cosa que está explícitamente prohibida en el pacto y agrava la situación de estos centros, según ha constatado un estudio de la Fundació Bofill.

"En contra de lo que dice el pacto, la política habitual de la administración es enviar matrícula viva, que son los alumnos más vulnerables porque provienen de periplos migratorios o expulsiones económicas de su casa, a los centros donde siempre quedan vacantes, que ya son los segregados", ha expresado María Segurola, experta en políticas contra la segregación escolar y autora del informe. A pesar de que hay municipios que sí han protegido sus centros segregados (Banyoles, Cunit, El Prat y Olot, por ejemplo), la Bofill denuncia que la "inacción" de las administraciones educativas ha "empeorado" la segregación escolar en Catalunya: ha crecido el número de centros segregados –el curso 2019-20 había 420 centros que se pueden considerar gueto, 20 más que cinco años antes– y también ha provocado que tres de cada cuatro centros que estaban segregados hayan cronificado su situación y sigan escolarizando a más alumnos extranjeros que las escuelas de su entorno. "Son datos muy graves porque ahora tenemos más mecanismos para combatir la segregación", ha lamentado Segurola.

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¿Cuáles son estos centros gueto? La mayoría (nueve de cada diez) son escuelas e institutos públicos, pero la Bofill ha dejado claro que la segregación escolar no se explica solo por la existencia de escuelas concertadas, porque hay centros concertados que escolarizan a más alumnado vulnerable que la media y, a la vez, hay centros públicos que incumplen las medidas. En concreto, 140 centros públicos no son corresponsables, es decir, tienen menos de la mitad de alumnos extranjeros que les tocaría según la media de su entorno. 

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120.000 alumnos vulnerables sin detectar

Además de la matrícula viva en los centros segregados, el estudio ha constatado el naufragio del departamento en cuanto a la detección de alumnos vulnerables en P3: la administración tiene detectados a 59.082 alumnos vulnerables, un 7% del total, cuando la tasa de alumnos por debajo del umbral de la pobreza fue del 21,3%, cosa que significa que hay cerca de 120.000 alumnos con necesidades educativas especiales sin detectar y, por lo tanto, sin que se les atribuyan los recursos extra que les corresponden. Según el informe, la mitad de los centros gueto no tiene a ningún alumno vulnerable detectado en P3.

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"No valen excusas: no hace falta tanta ingeniería para hacer esta detección, hace falta voluntad", dicen desde la Bofill, y remarcan, precisamente, la preocupación porque los datos son dispares en función del territorio. Por ejemplo, contrastan mucho los porcentajes de detección de alumnado vulnerable en la Catalunya Central (17%) y Girona (14%) con los del Baix Llobregat y las Terres de l'Ebre, donde solo se encuentra un 2% de alumnado vulnerable. Es por eso que han pedido a Educación que active a los inspectores, acompañe a los territorios que menos detectan y trabaje conjuntamente con los servicios sociales.

Según el director de la Fundació, Ismael Palacín, estamos ante un punto de inflexión para corregir lo que hasta ahora no ha funcionado y aplicar lo que se ha dejado en el tintero. "Las conclusiones del estudio son un llamamiento a la urgencia", ha dicho, porque si Catalunya fue pionera en aprobar el pacto contra la segregación y un decreto de admisión para combatirla, ahora hacen falta acciones para llevar todas esas promesas a la práctica y hacerlo de manera general en todo el país. Hace unos días, en una reunión de seguimiento del pacto en el Parlament, el Síndic de Greuges también pidió "coraje y voluntad política" al Govern y a los municipios para poner fin a la segregación escolar. El riesgo de no hacerlo es demasiado alto: menos rendimiento académico para los alumnos vulnerables, dificultades para dibujar sus trayectorias vitales, fractura social y falta de cohesión social, y no conseguir el retorno económico de la inversión en educación.