Un centenar de escuelas están en riesgo de cerrar por la bajada de natalidad

BarcelonaEn los últimos quince años, la natalidad en Catalunya ha caído un 37%. El próximo curso, por primera vez, esta bajada de nacimientos afectará a todos los cursos educativos, desde I3 hasta 4º de ESO. Esta situación lleva al departamento de Educación a tener que decidir: o se reducen las ratios –con la consiguiente necesidad de más espacios y profesionales– o se cierran líneas en las escuelas e institutos que ven cómo las aulas cada vez les quedan más vacías. "La planificación escolar es lo que puede acabar haciendo que tu hijo acabe en un gueto de clase media", aseveró este martes el director de la Fundación Bofill, Ismael Palacín.

Desde la entidad alertan de una situación preocupante: en Catalunya hay 116 centros, entre escuelas e institutos, que están en riesgo de cerrar porque tienen una sola línea, y en I3 y 1º de ESO (los cursos en los que se empiezan las etapas educativas) tienen el 25% de las plazas vacías. Según un informe hecho público este martes por Bofill, la gran mayoría de centros que están en riesgo son escuelas (111) y sólo cinco son institutos. Además, la mitad de ese centenar de centros están segregados. "Es normal que si ven que tendrán que cerrar pidan que el alumnado de matrícula viva –que en general suelen ser alumnos vulnerables– se lo envíen a ellos para poder mantener las aulas abiertas", lamenta la autora del estudio, Maria Segurola.

En cuanto a la titularidad de los centros afectados, 63 son concertados y 57 son públicos. Desde la Fundació aseguran que esta situación se debe a una mala planificación del departamento de Educación, que ha tomado decisiones sin tener en cuenta la evolución demográfica de Catalunya. El país ha sufrido una importante caída de nacimientos, a pesar de la constante llegada de alumnado extranjero.

Tal y como apunta el estudio, todo ello hace que en estos momentos más de la mitad (58%) de las escuelas de Catalunya tengan una sola línea de I3. Esto tiene un efecto directo en lo que se refiere a la competencia entre escuelas y la consiguiente segregación escolar. "Puede parecer una cuestión técnica, pero la planificación escolar es una apuesta política", ha insistido Segurola. La experta en segregación escolar ha puesto sobre la mesa el hecho de que los cambios demográficos siempre afectarán a la escuela. "La pregunta es si servirán para agrandar los problemas o para abordar retos pendientes", ha dicho.

El baile de cifras de la pública y la concertada

A nivel estadístico los centros de una titularidad y por otra se ven afectados por la bajada de natalidad de diferentes maneras. Mientras que la pública ha visto como en los últimos tres cursos, según los datos de Educación, perdía unos setenta grupos de I3, durante este periodo la concertada apenas ha perdido. Sin embargo, si se tienen en cuenta no sólo los datos de principio de etapa sino de todo el segundo ciclo de infantil (de I3 a I5), la que ha salido más perjudicada en cuanto al cierre de grupos y también de centros es la concertada, que ha perdido casi un centenar de grupos. En cambio, la pública en su conjunto ha ganado unos setenta.

Para entender este baile de cifras deben tenerse en cuenta varios factores. Uno es que, en estos momentos, Cataluña tiene un decreto de conciertos que data del año 1993, lo que hace que en el grupo de escuelas e institutos de la red concertada entren desde los más elitistas –donde casi todo el alumnado es de clase acomodada– hasta los más inclusivos –en los que la mayoría de alumnos son socioeconómicamente vulnerables y forman parte del plan de choque para alumnos recién llegados–. Esto comporta que administrativamente se trate igual a las escuelas que participan en la lucha contra la segregación escolar y las que no. Por tanto, también comporta que haya centros concertados que sufren una falta de alumnado y una estigmatización similar a la que sufren otros centros públicos vulnerables.

Por otra parte, la oferta educativa de la pública y la de la concertada durante la preinscripción funciona diferente. Mientras que la concertada sale con el máximo de plazas y después van reduciendo en función de si se han llenado o no, en la pública se hace lo contrario: se ofrecen menos vacantes y si después de la preinscripción se ve que faltan plazas se añaden. Todo ello hace que la gestión de plazas para evitar la segregación y al mismo tiempo permitir que las familias elijan el centro donde quieren escolarizar a sus hijos sea aún más complicada.

Planificación sobrevenida

Desde Bofill insisten en que Educació debe idear un plan para que la planificación de plazas no sea sobrevenida cada curso. "Miremos los datos del padrón y hasta el año siguiente no lo volvemos a mirar, algo que imposibilita que haya cambios organizativos", lamenta Segurola. Por eso instan al departamento a hacer un plan que reorganice las plazas de cada centro, que incluya un control de la oferta también en los centros concertados y la posibilidad de fusionar escuelas o institutos con pocos alumnos. "Tener menos alumnos puede ser una mala noticia si no se planifica bien, pero puede ser una muy buena teniendo en cuenta que tendremos el mismo dinero para un 30% menos de alumnos. Podemos aprovecharlos para mejorar ratios, extender el servicio de comedor o alargar la educación obligatoria", ha expuesto Palacín.

Uno de cada tres institutos, por encima de la ratio oficial

En el otro plato de la balanza de una mala planificación de plazas educativas está la situación de los institutos. Según Bofill, la combinación entre el boom demográfico del año 2008 y el aumento de llegadas de alumnos recién llegados a medio curso hizo que el curso 2022-2023 uno de cada tres institutos que ofrecían 4º de ESO (27%) tuviera algún grupo por encima de la ratio oficial. "Esta situación se debe a la falta de un plan para atender al alumnado del boom demográfico que llegaba a secundaria, así como a las nuevas incorporaciones que llegaron desde el extranjero, ya anunciadas en las previsiones oficiales", se asegura en el estudio.

Más allá de la masificación de las aulas, Bofill advierte que la sobreratio en secundaria está impidiendo que la administración tenga margen para distribuir equilibradamente al alumnado que llega a mediados de curso. Esto provoca que se les destine únicamente a los centros donde existe una vacante libre, sin tener en cuenta el grado de complejidad del centro o las necesidades concretas de este alumno.