Inmigración

Los alcaldes piden ayuda para acoger a extranjeros (o para dejar de hacerlo)

El Círculo de Economía acoge un debate entre los responsables municipales de Badalona, ​​Badia, Manresa y Guissona para hablar de la inmigración

BarcelonaXavier García Albiol, del PP y alcalde de Badalona, ​​ciudad de 224.000 habitantes con un 16% de inmigración. Jaume Ars, de Junts y alcalde de Guissona, un pueblo de 7.500 habitantes con un 53% de extranjeros, el porcentaje más alto de Cataluña. Eva Menor, del PSC y alcaldesa de Badia del Vallès, una localidad de 13.000 habitantes con un 5,71% de inmigrantes. Y Marc Aloy, de ERC y alcalde Manresa, ciudad de 78.000 habitantes con un 18,9% de ciudadanos extranjeros. Este miércoles, cuatro responsables municipales de cuatro poblaciones singulares y que forman parte de cuatro partidos distintos han conversado con el objetivo de encontrar puntos de encuentro en una compleja pregunta que ha formulado el Círculo de Economía: ¿cómo se gestiona la inmigración?

El consenso ha llegado para pedir más competencias municipales para gestionar la llegada de recién llegados. "Nos estamos acostumbrando a hacerlo todo", lamentó Menor. "Debemos adaptar el movimiento migratorio a cada localidad", ha añadido Ars. "Los ayuntamientos estamos desprotegidos", ha criticado Albiol. Todos quieren más dinero y más competencias, pero divergen en qué hacer con ellas.

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Albiol se ha mostrado abiertamente en contra de la "multiculturalidad". "Quien quiera venir a vivir a Badalona que se adapte a nuestros valores", aseveró. A su lado, Eva Menor ha hecho muecas: "Siempre pensamos que nosotros somos los buenos". "No he dicho esto", murmuró Albiol. Jaume Ars ha apostado por buscar la manera de hacer "corresponsables" a los recién llegados. Es decir, "que cumplan sus deberes sin decirles que deben cumplirlos". ¿Y esto cómo se hace? "Nosotros para las fiestas mayores buscamos grupos que los extranjeros escuchen", ha ejemplificado Aloy.

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Los cuatro asumieron que la inmigración es positiva. "Pero aseada", ha insistido el alcalde de Badalona. Lo es porque sino la sociedad catalana cada vez estaría más envejecida. Ars ha querido poner el ejemplo de Guissona como excepción. Donde los inmigrantes son más de la mitad de la población, la pirámide se invierte: el 45% de la población tiene entre cero y treinta años. Y también es "positiva" porque realizan trabajos que "no quieren asumir", en palabras de Aloy, las personas autóctonas. Los datos lo confirman: tres de cada cuatro extranjeros realizan trabajos elementales, son operadores de maquinaria o trabajan en la agricultura, la restauración y la construcción.

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Trabajar y catalán

La clave, pues, es que trabajen y, para trabajar, deben tener papeles. Incluso Albiol, en contra de acoger a todos, lo ha dicho: "Si tenemos que acoger a todos, seamos coherentes y démosles papeles". Aloy ha pedido una reforma de una ley de extranjería, que "impide que las personas que vienen puedan tener vivienda o papeles". Albiol le ha recordado que ahora ERC "manda mucho". El alcalde republicano respondió que esta ley viene de la presidencia de Aznar y la alcaldesa del PSC puntualizó que las competencias en el ámbito social son autonómicas.

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Los reproches no rompieron la serenidad de un debate que acabó siendo fructífero y llegó a una conclusión de consenso: para integrar es importante el catalán. El propio Albiol ha defendido, por ejemplo, que los taxistas tengan que saberlo para tener licencias. La lengua ha sido el punto de encuentro de cuatro políticos que han coincidido en una última cosa. Antes de devolver sus municipios por carreteras todavía con retenciones por las movilizaciones de los campesinos, han hecho cola para sentarse un momento junto al expresident Jordi Pujol, presente en el acto de este miércoles, y comentar cinco minutos el país que viene.