La pandemia ha castigado más la salud mental de los jóvenes que de los adultos
Expertos aconsejan escuchar al colectivo en un debate organizado por el ARA y la Obra Social Sant Joan de Déu
Barcelona"Cuando hemos hablado de jóvenes en el contexto de la pandemia ha sido para criminalizarlos y esto ha hecho que se sintieran como los grandes olvidados". Con estas palabras la periodista y coordinadora del Ara Criatures Aure Farran arrancaba la mesa redonda Adolescentes, salud mental y pandemia organizada por el ARA y la Obra Social Sant Joan de Déu. La pregunta central llegaba justo después: ¿la salud mental de los adolescentes ha sido la gran olvidada de la pandemia? La respuesta la encontramos en una encuesta elaborada por el CIS, según la cual la población entre los 18 y 24 años ha vivido la crisis sociosanitaria con el doble de ansiedad que la media de la población. Concretamente, un 30,3% de los jóvenes han sufrido trastornos de ansiedad en 2020, el doble del 15,8% de los adultos. Los expertos se plantean cómo hemos llegado hasta aquí y cuáles son las claves para curar las heridas emocionales que dejan los confinamientos y las restricciones.
El psicólogo, educador y periodista Jaume Funes cree que buena parte del estrés, la ansiedad y los otros trastornos que ha hecho aflorar el covid-19 "ya estaban antes", pero sostiene que se ha ido creando en las generaciones más jóvenes la sensación de que se están perdiendo experiencias vitales, en una edad de crecimiento vital y personal importante que se ha visto marcada por las limitaciones de las relaciones sociales. "No es lo mismo un beso a los 15 años que a los 40", reflexiona Funes, y añade: "La pandemia ha truncado experiencias significativas de la adolescencia. De repente solo hay escuela y familia, y la pregunta es: ¿dónde colocamos la felicidad?" La jefa del servicio de salud mental del Hospital Sant Joan de Déu, Montserrat Dolz, coincide con esta opinión: "Muchos de estos niños han sufrido privaciones. Tendremos que construir sistemas de compensación de estas oportunidades perdidas".
Los expertos presentes en el debate han remarcado la necesidad de tejer redes de apoyo y de crear "referentes", tanto jóvenes como adultos, dispuestos a escuchar la voz de los adolescentes. "Todo adolescente se siente importante cuando lo escuchas en la normalidad de la vida cotidiana", ha insistido Funes. En la misma línea, la representante del Consell Nacional de la Joventut de Catalunya, Isaura González Cots, ha hecho hincapié en la importancia de dar voz a los jóvenes también en espacios políticos: "Resulta que cuando se tiene que decidir sobre las personas jóvenes nadie va a preguntarles. Tendría que haber algo más de voz política y desmentir la idea de que los adultos son los que deciden por nosotros", ha reivindicado.
Señales de alerta
Los tres coinciden en que la pandemia ha puesto la salud mental encima de la mesa. "Se ha generado esta conciencia de que la salud mental es un ámbito que según la situación nos puede afectar a todos y a todas, y esto es algo que las personas jóvenes, sobre todo, hemos aprendido durante la pandemia", explicaba González Cots.
"Hay que estar atentos", ha reiterado Dolz, que ha añadido: "Una señal muy importante es el cambio, algo que se rompe. Hay que preguntarse cómo era esta persona y cómo es ahora. ¿Era muy sociable y lo ha dejado de ser?" Una vez identificada esta situación, los tres aseguran que el siguiente paso es encontrar las herramientas para hacer frente a las heridas emocionales entre los jóvenes, y coinciden también en que la clave se encuentra en "un acompañamiento mínimo garantizado" que ponga a los adolescentes en el centro: "Tenemos que dar una respuesta estructurada, sanitaria, social y familiar, cuanto más amplia mejor, porque si no será parcial".