Al pederasta de Sant Vicenç de Castellet ya lo habían condenado por abusar de menores en Terrassa
Una investigación del ARA sirvió para acabar de identificar al hombre que también amenazaba a las niñas con ahogarlas si explicaban los tocamientos
BarcelonaLo mismo que pasó en Terrassa ha pasado en Sant Vicenç de Castellet. El mismo patrón, la misma manera de actuar: Carles Sallés metía la mano bajo del bañador de menores de entre 7 y 11 años cuando se bañaban en la piscina y les hacía tocamientos. En Terrassa lo pillaron y fue condenado a 14 años de prisión en 2016 por la Audiencia Provincial de Barcelona. Esta primavera salió de la prisión –la condena tenía un cumplimiento efectivo máximo de 7 años y medio– y se instaló en Sant Vicenç de Castellet. Solo unos meses después, todavía en libertad condicional, lo volvieron a pillar: seis familias lo denunciaron el 28 de agosto por abusos sexuales a niñas de entre 7 y 9 años.
Todo arranca el 27 de agosto. El padre de una menor la acompaña a la piscina grande de Sant Vicenç de Castellet, pero se para a saludar a los socorristas. Cuando se gira, un hombre tira a su hija al agua cogiéndola por el culo. El hombre se va sin decir nada y el padre empieza a hacer preguntas. "Es el abuelo de una niña", responde la hija. Al día siguiente, el padre vuelve a encontrarse al hombre en la piscina. Lo observa durante bastante rato y ve que siempre se mueve por donde hay menores. El padre decide abordarlo y le advierte: que no se acerque a ninguna niña. Hablando con los socorristas, le comentan que hacía semanas que observaban la actitud de Sallés, porque una mujer les había avisado que había sido condenado por pederastia, pero que no habían visto nada extraño.
Fotografías y vídeos
Aquel mismo 28 de agosto, un domingo, el padre se pone en contacto con otras familias que también tienen niñas que habían ido en verano a la piscina. Seis menores relatan lo mismo. "Les cogía dentro del agua y les tocaba el culo, les hacía cosquillas en la barriga subiendo hasta el pecho, a alguna la tocó por debajo del banyador, las seguía hasta los vestuarios", explica Jèssica, una de las madres afectadas, que detalla que su hija se estuvo tres o cuatro días sin querer bañarse hasta la tarde, cuando el hombre ya se había ido de la piscina. "Las amenazaba con ahogarlas si decían algo", añade Xavi, uno de los padres.
Aquel mismo domingo, asesoradas por la Policía Local, seis familias denunciaron a Sallés a los Mossos d'Esquadra. Identificaron al hombre, de 55 años, e hicieron correr la noticia por todos los canales posibles. Gracias a la colaboración de otros vecinos, rápidamente circularon fotos del hombre por Manresa y Sant Vicenç de Castellet. Hicieron una publicación en Facebook explicando los hechos y una ex compañera de trabajo de Sallés, que trabajaba en la empresa Power Control Ibérica con él, lo identificó. Tal como ha avanzado El Periódico, fue entonces cuando supieron que el pederasta que campaba por su municipio ya había sido condenado en 2016 por unos hechos similares. Las familias hicieron una búsqueda por internet y obtuvieron la respuesta que buscaban en una investigación periodística del diario ARA, donde se explicaba el caso: Sallés fue condenado a 14 años de prisión por haber abusado de cuatro chicos de entre 8 y 11 años entre 2008 y 2014 al Club Deportiu Terrassa Hockey. "Durante esos seis años, el hombre –es padre– utilizaba a sus hijos como excusa para hacer tocamientos en la zona genital de los niños y grabarlos. Tenía más de 5.000 fotografías y 66 vídeos pornográficos", explicaba el artículo. Otro ex compañero de trabajo de Sallés también lo identificó cuando le llegó una de las fotografías que las familias hicieron correr. Este ex compañero, cuando se supo la condena por los hechos de Terrassa, se sorprendió mucho porque Sallés era una persona "seria", con un "cargo" importante (jefe de calidad) dentro de la empresa.
El martes, 30 de agosto, lo detuvieron. Lo encontraron dos madres cerca de un parque del municipio, donde unos vecinos les habían dicho que Sallés solía salir a pasear con una mujer mayor. Avisaron a los Mossos y los agentes lo detuvieron justo antes de que llegara un grupo de padres con el ánimo encendido. El jueves pasó a disposición judicial y se decretó libertad provisional con comparecencias periódicas en el juzgado de Manresa por presuntos abusos sexuales a menores.
El Ayuntamiento de Sant Vicenç de Castellet ha ofrecido apoyo psicológico a las familias y se presentará como acusación particular.