Cosmética

La prohibición de tóxicos en los pintauñas pasa inadvertida en algunos salones: "Aquí estamos, como ayer"

Esta semana ha entrado en vigor el veto de la UE a dos ingredientes utilizados hasta ahora en esmaltes semipermanentes para realizar la manicura

BarcelonaEl centro de Barcelona está lleno de locales para hacerse la manicura, algunos incluso a escasos metros de distancia entre ellos, pero siempre es necesario pedir cita con antelación para asegurarse el disparo, ya que hay mucha demanda. A pocas calles de la Sagrada Família se concentran más de una decena, y la mayoría tienen clientela haciendo cola para que la atiendan. Desde esta semana estas tiendas ya no pueden utilizar dos productos que la Unión Europea (UE) considera tóxicos y que están presentes en algunos esmaltes semipermanentes. Aún así, la prohibición de estos químicos parece haber pasado inadvertida entre trabajadores y usuarios de algunos salones de la capital catalana. Ya sea porque el local ya utilizaba esmaltes sin tóxicos o porque hacen como quien siente llover, el cambio de normativa no ha impedido que las agendas de las manicuristas continúen atestadas, independientemente de qué productos utilizan.

Los ingredientes que la UE ha prohibido producir y distribuir son el óxido de difenilfosfina (TPO) y el dimetil-p-toluidina (DMTA). Ante evidencias de que se trata de componentes tóxicos, han pasado a formar parte de la norma europea sobre el uso en cosmética de sustancias consideradas cancerígenas, mutágenos o tóxicas para su reproducción. El veto se fijó en un reglamento el 12 de mayo, pero este lunes fue el primer día después de la fecha límite para dejar de utilizarlos. De hecho, hace años que los expertos advierten que en las consultas de los centros de atención primaria (CAP) cada vez es más frecuente ver a pacientes con "problemas y alteraciones" en las uñas por culpa del uso de estos productos.

Cargando
No hay anuncios

Según la Sociedad Catalana de Medicina Familiar (Camfic), las principales complicaciones que tienen las pacientes son la desaparición del espacio de la piel que toca con la uña, sangrado espontáneo e incluso dolor. Ahora bien, a pesar de la evidencia científica y las advertencias de los médicos, no resulta tan sencillo saber a ciencia cierta si la manicura que estás a punto de contratar traerá o no alguno de estos productos que estrenan prohibición. A pocas calles de la Sagrada Família, en un local de manicura, la trabajadora que atiende a la puerta asegura no tener constancia de ningún cambio. Como otras trabajadoras de locales que el ARA ha visitado, evita comentar la normativa e indica que las decisiones sobre qué producto se utiliza corresponden a sus jefes.

Sanciones a productores y distribuidores

Calles más allá, el copropietario de un pequeño local dedicado al arte de las uñas admite que conoce los cambios legales que están en marcha y que impedirán que algunos productos lleguen a la UE. Por eso, dice que sabe que "próximamente" tendrán que renovar los esmaltes que utilizan para adaptarse, sin ser consciente de que ya debería estar haciéndolo. En un local vecino es una clienta quien burla de la nueva normativa, despreocupada por lo que hay detrás del característico olor de los salones de manicura, y que en este local es muy fuerte: "Aquí estamos, mira, como ayer. Todo lo que puede pasar es que cuando salimos nos detengan". Si terminara detenida, no sería por la manicura. Los incumplimientos del reglamento europeo sobre productos cosméticos suponen únicamente una sanción que afectaría al productor o distribuidor.

Cargando
No hay anuncios

Al otro lado del Eixample, en el barrio de Sant Antoni, también hay una alta concentración de locales, y muchos de ellos tampoco parecen tener ninguna noticia del cambio de normativa. Preguntados por este diario sobre si conocen la prohibición, algunos aseguran que no y otros se limitan a mostrar los productos con los que pintan sus uñas a la clientela. A simple vista es difícil determinar si contienen alguna de las substancias vetadas. El listado de los distintos componentes que llevan los productos no es extenso, pero algunos a los que ha tenido acceso el ARA están escritos en otros idiomas o no llevan adhesivo alguno que lo indique, lo que hace imposible determinar si contienen TPO o DMTA o no.

"Es una pérdida muy grande"

Ahora bien, no todos los locales hacen el adorno. Tania, por ejemplo, es propietaria de un centro de estética en el centro de Barcelona que forma parte de una franquicia y lleva semanas recibiendo comunicados por parte de la empresa para informarle de que debe retirar los productos que contengan componentes vetados. Detrás del mostrador tiene dos cajas llenas de pintauñas que, de acuerdo con la nueva normativa europea, ya no puede utilizar, y de momento les ha apartado. De los casi 500 productos que tiene el negocio, ha tenido que retirar un total de 293. "Es una pérdida muy grande para nosotros", se lamenta. Explica que ahora están estudiando cuáles son los colores que hay que reponer con mayor urgencia, los que las clientas piden más, porque no pueden sustituirlos todos de golpe.

Cargando
No hay anuncios

A escasos metros de este local hay otro en el que también conocen la normativa. La propietaria explica que sus proveedores le han enviado una carta esta semana con un listado completo de los pintauñas que ya no pueden utilizar. "Llevaba meses pediendo algunos colores que no me llegaban, y finalmente he entendido por qué: los están dejando de producir", dice. Sin embargo, explica que las empresas que le suministran los productos se han comprometido a sustituir todos los pintauñas de los que deba desprenderse a raíz del veto de la UE. "No creo que nos afecte de ninguna manera. Las clientas están tranquilas y nosotros también", concluye.

Cargando
No hay anuncios

Pero no todos los que respetan el veto han tenido que cambiar sus esmaltes. Un ejemplo lo encontramos en una tienda del centro de la capital catalana que, cuando abrió hace ya unos años, se centró en productos sin tóxicos, por lo que no se ha visto interpelada por la prohibición. Cerca de este local hay otro negocio muy novedoso. Es de una joven que hace unos meses decidió abrir un centro de manicura y estuvo a tiempo de escoger esmaltes que no tuviera que cambiar: atiende a clientes desde junio, un mes después de que se publicara la norma.