Quizás te estás aplicando mal la crema solar y no lo sabes

Barcelona"Aunque los dermatólogos somos comprensivos, es importante decirlo claro: el bronceado saludable no existe", afirma Alejandro Fernández, del Hospital CIMA de Sanitas. El bronceado es, en realidad, una evidencia del daño que la radiación provoca en la piel.

Para evitarlo, las cremas solares son un buen remedio. "En las horas de máxima radiación –entre las once de la mañana y las cinco de la tarde–, la exposición al sol se desaconseja en general. Pero, si no hay más remedio, es necesario hacerlo con un buen protector". Ahora bien, ¿cómo podemos saber si hacemos un uso adecuado?

Protección según el tipo de piel y el momento del día

En personas de piel clara, se aconseja utilizar crema de forma habitual, especialmente en zonas como la cara, el escote, las manos o los antebrazos, que están expuestas constantemente. "Tener la cara más morena que los pies no quiere decir que haya que proteger menos, sino todo lo contrario. Al estar expuesta crónicamente, acumulará mayor radiación solar a lo largo de la vida y presenta un mayor riesgo de cáncer cutáneo".

Cremas antes y después del baño

El especialista recomienda aplicar la crema tanto antes como después de bañarse. "Dentro del agua estamos expuestos incluso a más radiación, por el efecto espejo de los líquidos". En estos casos, propone el uso de fotoprotectoreswaterproof, que se adhieren mejor a la piel y se disuelven menos con el agua. También recuerda la norma general: volver a aplicar la quema cada dos horas o después de cada baño.

En cuanto al índice de protección, Fernández matiza que "la diferencia entre un fotoprotector de 30 y uno de 50 es mínima: el de 30 ya filtra un 95% de la radiación. Lo importante, al final, es reaplicar".

Para los niños, las pieles secas o las personas que pasarán mucho rato en el agua, Fernández recomienda cremas y no sprays, ya que hidratan más.