El Supremo ratifica la condena a Rosa Peral por el crimen de la Guardia Urbana
La ex agente tendrá que cumplir 25 años de prisión por la muerte de su ex pareja, también policía del cuerpo
BarcelonaLos dos ex agentes de la Guardia Urbana de Barcelona Rosa Peral y Albert López planificaron y ejecutaron el asesinato de Pedro Rodríguez, también agente del cuerpo y pareja de Peral, que fue encontrado calcinado en el maletero de su coche en el pantano de Foix en mayo de 2017. El jurado que los juzgó hace un año y medio no tuvo ninguna duda de su culpabilidad, como tampoco el juez, que los condenó a 25 y 20 años de prisión, respectivamente, ni el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), que avaló la condena. El caso acabó llegando al Tribunal Supremo por los recursos de Peral y López. El alto tribunal ha puesto este lunes el punto final al recorrido judicial de la causa y ha ratificado la primera sentencia en todos sus términos.
El "mal estado del cuerpo" y las "acusacions cruzadas" entre los dos condenados impidieron a los investigadores establecer cómo murió Rodríguez y quién de los dos lo mató, pero el Supremo, igual que el resto de instancias judiciales que han ido evaluando el caso, no tiene ninguna duda de que detrás de su muerte estaban los dos ex agentes de la Urbana. Fuera a manos de uno o del otro, o de los dos, los magistrados insisten en que Peral y López diseñaron un plan para quitarse a Rodríguez del medio y poder restablecer su relación como amantes.
El crimen de la Guardia Urbana hizo aflorar diferentes triángulos de mentiras y traiciones en el si de la Urbana: Peral y López intentaron inicialmente hacer pensar a los investigadores que el asesino de Rodríguez era el ex marido de Peral, que es agente de los Mossos d'Esquadra. El fiscal del caso puso en entredicho el testimonio del padre de Peral, de un vecino y de un caporal de la Urbana, de los cuales sospechaba que podían haber encubierto a Peral. De hecho, la carrera policial del ex agente, de su amante y de la víctima del crimen tenía puntos oscuros, como por ejemplo el operativo en el que participaron y que acabó con la muerte de un detenido en Montjuïc, o el hecho de que Rodríguez fuera apartado del cuerpo por un incidente con un motorista en la Arrabassada un año antes de ser asesinado.
La justicia no ha podido resolver todas las sombras que rodeaban el caso. A pesar de todo, el Supremo cree que hay dos "cuestiones inobjetables": Rodríguez murió en casa de Peral la madrugada del 2 de mayo de 2017 y no hay ninguna otro hipótesis que explique que lo matara alguien más. La pareja había pasado el día anterior en familia, y una vez en casa Rodríguez subió a la habitación de matrimonio, a la planta superior de la casa. El análisis de los móviles de los condenados demostró que Peral y López intercambiaron llamadas y mensajes esa noche y que López se acabó presentando en casa de la ex agente de madrugada. El hecho de que los perros no avisaran de la entrada de un extraño en la casa y de que Rodríguez viniera de pasar una jornada tranquila en familia y estuviera durmiendo relajadamente en el momento del crimen hacen pensar al Supremo que el asesinato "se trata de un plan previamente diseñado" por los dos condenados.
Con alevosía
Los magistrados tampoco tienen ninguna duda a la hora de mantener el agravante de alevosía a los dos condenados. Para hacerlo, tienen en cuenta que se había limpiado la escena del crimen, que Peral manipuló el móvil de la víctima los días posteriores a su asesinato, que inicialmente los dos acusados pactaron dar la misma versión de los hechos y desviar las sospechas hacia el crimen organizado o el ex marido de Peral, y que se deshicieran de parte del mobiliario de casa de la acusada, como por ejemplo un sofá que había en el sótano y que no se ha encontrado nunca. El Supremo tiene en cuenta que los dos condenados son "personas que por su profesión" podían haber pensado en todas las posibilidades para eliminar las pruebas de cualquier "confrontación física" con la víctima la noche del crimen, fuera cuál fuera "el método que usaran para matar a Pedro Rodríguez".
Con la sentencia del Supremo se pone punto final al recorrido judicial del crimen de la Guardia Urbana. El veredicto del alto tribunal es firme. Mientras el caso se estaba revisando, los juzgados de Barcelona investigaron también otras derivadas del caso, como por ejemplo la causa por los testigos acusados de mentir en el juicio, entre ellos el vecino de Peral. Tal como avanzó el ARA, este caso se acabó archivando.