Tribunales

Tres ultras niegan haber agredido a independentistas en una manifestación: "Defendía los derechos fundamentales"

La Fiscalía pide seis años de prisión para los acusados, uno de ellos delegado de Democracia Nacional

BarcelonaEn febrero del 2018 el colectivo Por España Me Atrevo organizó una manifestación en Balsareny (Bages) a la cual acudieron destacados miembros de la formación ultra Democracia Nacional. Al final de la convocatoria, tres de los manifestantes agredieron a varias personas que salían del bar del Casino del pueblo. Según la Fiscalía, lo hicieron movidos por su "odio" hacia las víctimas, por su ideología independentista. Los acusados, uno de los cuales fue el delegado en Catalunya de la formación ultra Democracia Nacional, han negado los hechos y han asegurado que fue una movilización "pacífica": "Yo no fui porque odiara nadie, sino para defender los derechos fundamentales de todas las personas", ha asegurado una de las procesadas.

Las víctimas han explicado que decidieron encerrarse a cal y canto dentro del bar porque eran conscientes del carácter violento de la concentración. Han asegurado que los manifestantes arremetieron a golpes contra las puertas del local durante la marcha. Cuando pensaban que había acabado salieron, pero un grupo de diez manifestantes se dirigió contra ellos y, después de amenazarles e insultarles, los golpearon. "Rojos de mierda", "cerdos independentistas", "hijos de puta", han asegurado que tuvieron que oír. Las lesiones fueron leves, pero los afectados han asegurado que se sintieron "humillados" y que desde entonces viven "con miedo": "Durante medio año fui cagado por la calle, ahora siempre voy acompañado y tengo miedo de volvérmelos ha encontrar", ha dicho uno de los jóvenes agredidos.

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El fiscal delegado de Delitos de Odio, Miguel Ángel Aguilar, considera que la agresión fue totalmente "gratuita" y que los acusados, para quienes pide seis años de prisión, atacaron a las víctimas "por ser diferentes": "Van detrás de todo el mundo que no comparte sus ideas, de los que son diferentes. No hay ninguna otra explicación que motive la agresión", ha insistido. Durante el juicio, las acusaciones han intentado demostrar la ideología fascista de los procesados, dos de los cuales también están investigados por el acoso a la mezquita de la calle Japó de Barcelona y tienen una orden de alejamiento de este local después de la campaña de odio que desplegaron durante meses hace años.

Simbología neonazi

A través de la declaración de los Mossos d'Esquadra que investigaron el ataque, el fiscal ha intentado demostrar que los procesados acumulan varios antecedentes policiales por detenciones y denuncias por discriminación. Uno de los agentes ha explicado que los tres exhiben tatuajes con simbología neonazi y que eran habituales en este tipo de manifestaciones. El juez que preside el tribunal, sin embargo, ha amonestado a la Fiscalía por haber incidido en esta cuestión. "Muy interesante lo que ha explicado, pero no consta que tenga que ver con el delito que se está acusando", ha dicho el magistrado después de que el investigador de los Mossos acabara su explicación. Aguilar ha subrayado que es la "ideologia" de ultraderecha de los acusados lo que motivó "que escogieran a las víctimas" del ataque del 2018 en Balsareny.

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Los tres acusados no han escondido que comulgan con los postulados ultras de Democracia Nacional, pero han asegurado que siempre han rehuido la violencia y se han presentado como víctimas ante el tribunal. De hecho, durante el último turno de palabra uno de ellos ha afirmado que los "señalan" allá donde van por su ideología y otra ha explicado que hace un tiempo tuvo que cerrar su negocio por culpa de este procedimiento penal y que, mientras duraba la investigación, se ha sentido "perseguida" y su familia ha sufrido "acoso".