El análisis de Antoni Bassas: 'Y la semana termina con Junts consiguiendo los votos del PSOE y el PP'

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La semana de penintencia de Pedro Sánchez ha terminado con un movimiento inesperado. Hacía tiempo que Junts insistía en aumentar el castigo penal a los delincuentes multirreincidentes. Pues bien, el PSOE anunció ayer que desbloqueará el redactado de la ley, que estaba guardada en un cajón desde hacía un año. Y lo mejor bien ahora:

No sólo el PSOE apoyaría la ley defendida por Junts, sino que el PP también votaría a favor. Y Vox, y el PNV. Todos esos partidos aprobaron ayer el informe de la ponencia. La ley tendría mayoría. La izquierda del PSOE, que sería la razón del freno de Sánchez a la ley, quedaría superada.

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Dos lecturas. Primero la técnica: el texto de Junts propone castigar con entre uno y tres años de cárcel el robo de móviles, tabletas u ordenadores portátiles. Y en el caso de hurtos considerados leves –cuantías inferiores a 400 euros– y castigados únicamente con multa, cuando se hayan cometido más de tres también serían castigados con prisión. Juntos plantea así eliminar el requisito aplicado actualmente de que la cantidad acumulada de las infracciones deba superar los 400 euros. Quienes saben, como la policía, dicen que un endurecimiento de penas no soluciona directamente el problema de "entran por una puerta y salen por otra". Es lo de Estados Unidos: no porque haya pena de muerte se dejen de cometer delitos que pueden llevar al autor a la silla eléctrica o la cámara de gas. Y, en este sentido, encuentran que una medida adecuada contra los que viven de dar tirones de móviles sería dictar una orden de alejamiento, de modo que no pudieran entrar en el barrio o en las calles donde suelen robar.

Y después tenemos la derivada política del tema. Lo digo con las palabras de nuestro editorial de hoy: "En el caso de la ley contra la multirreincidencia, los junteros han conseguido la cuadratura del círculo, es decir, incorporar cambios propuestos por el PSOE y el PP sin que ninguno de ellos se descuelgue del acuerdo. También queda claro que la voluntad de Junts no es derribar al gobierno Sánchez, sino conseguir la máxima influencia. Y, desde ese punto , desde cómo punto 1, desde cómo punto cambios".

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Podemos leerlo de dos maneras: durante un año, Pedro Sánchez ha jugado a los equilibrios: ir dialogando con Junts en Suïssa y aprobar la amnistía, pero, para todo lo demás, contentar a Sumar, socio del gobierno de coalición. Y más descarnadamente: Sánchez no sólo es responsable de incumplimientos, sino que tenía muchas pencas porque no hizo lo que ahora se ha demostrado que podía hacer. Claro que el traspaso de inmigración o el catalán a Europa no son tan fáciles para él como lo de la multirreincidencia.

Buenos días.