El análisis de Antoni Bassas: 'El velo es una señal, no el problema'
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El velo islámico no es exactamente la punta del iceberg, pero se le parece. El velo es una señal, un símbolo, una prueba de cómo ha cambiado el paisaje humano de nuestras calles, y es objeto de debate político.
Detrás del velo hay una religión, una cultura, una costumbre heredada de madres a hijas, incluso un orgullo. Hay quien ve en el velo sumisión de la mujer al hombre y, por tanto, está en contra por feminismo. Hay quien está en contra por laicismo, porque la religión no puede hacer diferencias en el espacio público en la escuela, por ejemplo. Algunos callan o incluso lo utilizan estratégicamente, para acercarse a una nueva bolsa de votantes. Esquerra siempre ha hecho muy visible a su diputada Najat Driouech con pañuelo en la cabeza. Algunos no quieren hacer ruido porque saben que es un tema muy delicado y creen que el tiempo hará que las chicas musulmanas sean las que le vayan abandonando, cómo abandonan el ayuno del Ramadán o controlan la natalidad y ya no tienen tantos hijos como sus madres. Tampoco es lo mismo ponerse el pañuelo en la cabeza que ponerse el niqab e ir por la calle tapada de arriba abajo, sólo dejando ver los ojos. En resumen, con el velo no se sabe muy bien qué hacer.
La extrema derecha sí sabe, porque ya saben que la extrema derecha, como Aliança Catalana, Vox o Trump, tiene respuestas fáciles a problemas complejos, y la respuesta es prohibir todo lo que no le gusta, y lo que no le gusta son los inmigrantes. No le gusta ver a inmigrantes por las calles, ni que vayan a los servicios sociales, pero le encanta que sean mano de obra barata, para poder pagarles poco o incluso hacerles trabajar sin contrato.
El caso es que ayer Aliança Catalana propuso una moción en el Parlamento para prohibir el velo islámico. Perdió con los votos en contra de todos los partidos salvo Vox, que lo votó todo. El PP negoció y votó a favor de algunos puntos, como prohibir a las menores el uso de cualquier velo en los espacios públicos. Juntos votó en contra de la moción, al igual que el PSC, Esquerra Comuns y la CUP, porque ven la moción "xenófoba" e "impregnada de odio", pero Juntos se pronunció a favor de vetar el velo en las escuelas. Aliança Catalana recriminó a Junts haberles "plagiado" su posición.
A ver, a las encuestas que tienen todos los partidos les sale que Aliança Catalana subirá. Subirá arañando votos a todo el mundo, pero especialmente a Junts, que es la primera fuerza municipal en el país y sabe de primera mano cómo, con razones o falta de otra bandera, la extrema derecha utiliza la identidad (formalmente, vagamente cristiana, occidental) como la forma de crecer políticamente. Y Junts, que sabe que en las comidas de amigos y familia hay votantes suyos que dicen que votarán Aliança Catalana, se hizo fuerte con el traspaso de competencias sobre inmigración.
Vuelvo al principio: el velo es un símbolo. Es una señal, a veces de una costumbre, a veces de la llegada al pueblo de un imán con un discurso carca. Te lo dicen los profesores: hay niños que se pasa la tarde en la escuela coránica ya medida que se hace mayor se da cuenta de la distancia que separa lo que le explican los profesores el aula, igualdad hombre-mujer, de lo que dice el imán en la mezquita. La libertad religiosa es un pilar fundamental de las sociedades democráticas, pero las sociedades democráticas deben estar cogidas por algún punto que todo el mundo pueda compartir. No han salido del todo en ninguna parte. Debemos debatirlo y vigilar que ninguna mujer sea discriminada en nombre de la libertad religiosa. Y esto va mucho más allá del velo.
Buenos días.