Maria Vallespí: "Hacer la vendimia es uno de los recuerdos más bonitos que tengo de infancia"

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes del vino?

— Lo tengo clarísimo. Es una anécdota que para mí es central de la infancia, y que nunca había explicado por qué no se había dado el caso: mi vecino tenía cepas y hacía vino y cada año nos invitaba a vendimiar. Era un vecino con el que teníamos muy buena relación porque jugábamos en su jardín y cuando llegaba septiembre no era ninguna obligación y tampoco nos daban nada a cambio. Pero era para mí una aventura que esperaba cada año. Teníamos unos siete años, nos levantábamos súper temprano y cortábamos las uvas y hacíamos un montón de cajas. Para mí es uno de los recuerdos más bonitos de la infancia, porque, además, cuando acabábamos alrededor de las 12, nos dejaban preparado un desayuno con embutidos y todo lo que hubiera. Para mí era especial compartir la mesa con los mayores. Cuando cumplí 12 años, ya empecé a decir que tenía cosas más interesantes que hacer... [ríe], ¡quizás debería volver a escribirlos y recuperarlo!

De esto hace mucho tiempo, ¿cómo ha cambiado tu relación con el vino?

— Pues empecé a tener contacto con el vino bastante tarde. Recuerdo que mis amigas disfrutaban del vino y bebían ya mí me parecía bastante astringente. Como mucho bebía vino blanco muy frío, pero no acababa de disfrutarlo realmente. Pero en los últimos cuatro años he ido educando al paladar y ya lo empiezo a disfrutar. Aun así, pienso que todavía tengo mucho margen y cosas por conocer. Pero tampoco es raro que no sea una gran bebedora de vino, porque tampoco soy una gran bebedora de alcohol.

Así te costará encontrar un momento para empezar una botella.

— Sí que es cierto que se da muchas veces que en la mesa la gente bebe vino y yo bebo agua, pero no tengo ningún problema con eso. Para que yo empiece una botella debe ser que esté predispuesta a disfrutarlo, que esté convencida de que me apetece. Tampoco es necesario que sea un evento importante, pero me gusta disfrutar del vino de forma ceremoniosa porque al final es todo un ritual. Por tanto, un momento ideal para empezar una botella es en una cita, una cena especial, un momento de confidencias con amigas... y en ningún caso debe estar necesariamente acompañado de comida. Me funciona tomar una copa como un entrante oa la hora del vermut. El único vino que si veo que lo tienen en un restaurante le pido para acompañar la comida es el Tokaji, un vino de Hungría catalogado como un vino de postre, es algo que comparto con mi padre. Ya ves que soy muy golosinas, ¡sólo me gustan las cosas dulces!

Me hablas de beber vino fuera de casa, ¿en tu nevera no hay vino?

— No, lo más mínimo. De hecho, cuando nos regalan vinos para hacer un detalle o bien cuando a mi pareja le dan la cesta de Navidad y hay algún vino, al final se nos estropean. En casa bebemos agua, a no sé que sea Navidad o algún cumpleaños y me gustaría que siguiera siendo así porque pienso que ayuda a darle el valor que tiene.

Recientemente has colaborado con el Blanco Pescador 0.0%. ¿Piensas que puede ser una buena manera de entrar en el público joven?

— Absolutamente. Pienso que hay una tendencia que ha nacido o se ha hecho mayor a través de las redes sociales que promocionan la vida saludable y me gusta que se haya enfocado el vino no como una prohibición, sino como un tema de controlar la medida y gozar de todo el ritual que tiene detrás: poner unas buenas copas, abrir el corcho, brindar y mirar a los ojos. Todo esto no quieres perdértelo y cuando veo brindar toda una mesa tengo FOMO, pero al final tampoco quiero beber algo que no me apetece. Pero con los vinos sin alcohol, creo que hay una alternativa muy buena y veo que cada vez están perfilando más los gustos y creo que cada vez hay más opción.

Si pudieras tomar una copa con cualquier persona, ¿con quién la compartirías?

— Lo tengo bastante claro: me encantaría tomar una copa de vino con Sabina. Soy muy consciente de que él es el ejemplo más claro de que debe separarse la obra del artista, pero pienso que una persona con tanta batalla encima y tan punky, me gustaría verlo a distancias cortas, más allá del personaje. Debería esforzarme para que no se diera cuenta de que soy hacen de él, pero eso ya sería cuestión mía.