El consultorio

Una buena lectura de las correas reduce la posibilidad de cesáreas

Países como Reino Unido han hecho una revisión de sus guías para adaptar la lectura de las correas o registros cardiotocográficos a la idiosincrasia de cada feto

BarcelonaHacia el final del embarazo llegan las conocidas "correas", que son una especie de control fetal para examinar el latido del corazón del feto, su frecuencia cardíaca y las posibles contracciones del útero. Técnicamente, se conocen como registros cardiotocográficos (RCTG), una práctica clínica que se introdujo en todo el mundo a finales de los años 60. “El objetivo era detectar la falta de oxígeno a nivel cerebral y cardíaco y poder intervenir y evitar las lesiones a este nivel, la parálisis cerebral y, en última instancia, la muerte. interpretación de registros cardiotocográficos basada en fisiopatología (IRBF) y coautora de la guía internacional de esta temática. Pero esta nueva forma de controlar el feto iba sin libro de instrucciones y cada hospital de cada ciudad del mundo empezó a hacer una interpretación propia, con diferentes nomenclaturas y protocolos. "Se encasillaban los fetos en unos márgenes de normalidad rígidos, que si no cumplían se consideraba patológico", añade.

¿Qué importante es la lectura de las correas?

"Prácticamente todas las decisiones que se toman en una sala de partos se hacen en función de cómo creemos que está el bebé en cada momento. Y la herramienta principal de la que disponemos para saberlo es el registro cardiotocográfico. Esta es una herramienta que requiere un conocimiento en profundidad para saber interpretarla. Vendría a ser como un electrocardiograma de los cardiólogos, que deben formarse para leerlos bien", añade Gràcia, miembro también de la sección de medicina perinatal de la Sociedad Catalana Ginecología y Obstetricia de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña.

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Hace 15 años, Edwin Chandraharan, un doctor británico, inició una revolución en la forma de interpretarlas. "En lugar de centrarnos en lo que tradicionalmente nos habían dicho y clasificar los registros según unos parámetros iguales para todos los fetos, planteó una manera totalmente diferente: centrarnos en cómo está este feto en concreto y en cómo se adapta progresivamente a la falta de oxígeno, pero sin comparar", explica Gràcia. De la misma forma que cada uno de nosotros somos diferentes y tenemos parámetros fisiológicos diferentes, los fetos también. "Sin embargo, también debemos fijarnos en cómo está el ambiente: infección, fiebre, enfermedad autoinmune… No podemos olvidar que el feto está rodeado por su madre y lo que le ocurra le afectará, y debemos tenerlo en cuenta ", añade.

¿Cuáles son los principales errores a la hora de realizar la lectura de correas?

"El principal error es seguir considerando que todos los fetos son iguales y catalogando como patológicos registros porque tienen unos determinados parámetros, sin tener en cuenta la idiosincrasia de cada feto. Con esta reinterpretación, que progresivamente se ha ido adoptando en los distintos países , se ha visto una reducción de los ingresos neonatales en la UCI", comenta la experta. De hecho, en los hospitales del Reino Unido donde aplican esta técnica han reducido el número de cesáreas, partes con fórceps e hipoxias cerebrales.

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¿Cómo se realiza una buena lectura de las correas?

"Preguntándonos, en primer lugar, si el feto ha llegado sano a la sala de partos. Si cuando la madre entra por la puerta, el feto está bien. Observar cuál es su frecuencia cardíaca de base, si duerme, si baja su frecuencia cardíaca para responder a contracciones, algo que nos hablará de qué reservas tiene… En resumen, conocer al feto en detenimiento a su llegada", explica el obstetra. Sería cómo hacerle una especie de revisión antes de que comience el parto. "Si consideramos que está preparado para hacer frente al trabajo de parto (afortunadamente son la mayoría), lo iremos observando como quien mira un corredor que está corriendo un maratón. Iremos supervisando cómo se va adaptando a la progresiva falta de oxígeno fisiológica según avanza el parto. Nos aseguraremos que no va demasiado deprisa y, sólo si hace falta, intervendremos (generalmente bajando o parando la oxitocina exógena)”, especifica la experta.

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¿Qué países se han actualizado en este sistema y lo están llevando a la práctica?

La Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) en 2015 publicó la revisión que hace regularmente de su guía de interpretación de registros y adoptó la mayoría de estos preceptos. En 2022 en Reino Unido también hicieron una revisión de su guía e hicieron lo mismo. "La tendencia mundial es a ir hacia aquí. La guía que tenemos en España actualmente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) es del 2004. Me consta que hay un proyecto de revisión. En nuestro país hay mucho de interés por parte de los ginecólogos y comadronas por aprender y formarse", concluye Gràcia.

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