El consultorio

¿Cuándo deben elegir los niños la ropa que se ponen?

Si bien dar libertad al niño para escoger la ropa le ayudará a desarrollar su autonomía, también deben establecerse límites claros y, en ocasiones, no habrá margen de negociación

GeronaSe habrá puesto, tal vez, un calcetín de cada color o unas chanclas de verano en pleno invierno... Es lo que puede ocurrir si el niño tiene libertad absoluta a la hora de escoger la ropa. Una libertad que, sin duda, le ayudará a "potenciar" y "desarrollar" su autonomía (y también la autoestima). Así lo asegura Mònica González, psicóloga social. Ahora bien, sin un "límite claro" –añade esta experta– sobre la tipología de ropa que puede elegir, por ejemplo, o hasta qué punto puede haber negociación, surgirán contratiempos como éstos. "Aunque la solución rápida y sencilla sería que yo –progenitor– elijo la ropa y, así, adecuemos la vestimenta a la temperatura ya los colores, hay que valorar sus consecuencias. Educar en autonomía implica tener que negociar y asumir que los niños tomen decisiones y se equivoquen", aclara. El resultado final llevará más tiempo pero fomentaremos una autonomía que servirá tanto para la ropa como para cualquier otro aspecto de la vida cotidiana.

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¿Por dónde empezamos?

Promover la capacidad de autonomía es un aprendizaje. "Permite a los niños ser capaces de tomar decisiones. Para ello, hay que empezar por las pequeñas cosas. Si este espacio no lo tenemos, es difícil que este aprendizaje se dé. También verán las resoluciones de los progenitores como arbitrarias", remarca González, profesora del departamento de Psicología de la Universidad de Girona (UdG) e investigadora del Institut de Rec. Gestionar sus demandas, que comienzan a aparecer a menudo entre los dos y los tres años, es el primer paso de esa necesidad que se enmarca dentro de un proceso más general de logro y afirmación de su autonomía.

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¿Cuál es el mejor momento para hacerlo?

Por la mañana suele ser complicado dejar que elija porque se acaba sacando toda la ropa del armario, no hay manera de entenderse y, de postre, se llega tarde a la escuela... "Además, es frecuente responder lo que decimos cuando estamos cansados ​​o tenemos prisa: "No, porque lo digo yo y" estoy "no", si no " experta. Una solución es elegir la ropa el día antes por la noche. Y si al día siguiente el niño cambia de opinión, se aborda. "Educar en democracia significa esto: aprender que hay unas reglas del juego y que deben seguirse".

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¿Qué límites ponemos?

Los imperativos climatológicos mandan y determinadas normas sociales también. Hay ropa más adecuada para ir a un sitio que otra. Todo ello debe pactarse previamente. Y el niño debe entenderlo. Tanto en casa como en la tienda, el criterio de la criatura debe tenerse en cuenta a la hora de decidir pero siempre bajo la supervisión del adulto. También se puede hacer una elección previa y que el niño se acabe de decidir por una pieza u otra. "En determinadas ocasiones, no habrá margen de negociación para elegir la ropa", admite González. Este margen será más amplio en función de la edad: "De mayor le comprarás ropa y ya no se la pondrá. Y tendrás que asumirlo", puntualiza. Ante la negativa del niño a abrigarse, González describe que los niños tienen un metabolismo "más rápido" que los adultos y normalmente no sienten tanto el frío como nosotros. Su autoconocimiento pide reconocer cuándo tienen frío o calor.

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¿Cómo debe ser la ropa?

La ropa del armario debe estar al alcance ya su altura. Para favorecer la autonomía, las prendas es mejor que sean funcionales y cómodas. Es decir, adaptadas a sus características motrices y de desarrollo como anchos cuellos para pasar con facilidad, calzado con velcro o goma, pantalón sin botones, entre otros. "Si consideramos que deben vestirse solos no podemos tener zapatos con cordones. Pueden no estar preparados para ligárselos y generamos contradicción", especifica esta psicóloga social.

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Este tipo de procesos sobre la toma de decisiones son para ellos una forma de reivindicarse. "Poder mostrar lo que opinan es importante y estos actos son una reivindicación –asevera González–. Hay niños que cuando lo han logrado pierden el interés en decidir porque la ropa era, de hecho, lo de menos. Simplemente, querían sentirse escuchados y tenidos en cuenta".