¿En qué casos se deben dar clases de refuerzo?

SabadellA algunos alumnos les puede ir bien un empuje más allá del horario lectivo, un refuerzo tanto en alguna materia concreta (lenguas, matemáticas) como en lo que se refiere a técnicas de estudio, siempre dentro del marco de una suma de esfuerzos de escuela y familia. El coordinador del Grupo de Investigación de Mediación del Colegio Oficial de Pedagogía de Cataluña (COPEC) y director pedagógico de la Escuela L'Oreig, de Pallejà (Baix Llobregat), Joan Gamero, matiza: "Más que repaso, yo lo llamaría acompañamiento. Muchas veces no se trata sólo de hacer un repaso, sino, por ejemplo, por ejemplo".

¿Son realmente necesarias en algunos casos?

En algunos, sí. Gamero señala la lengua: "Cuando hacen el proceso de lectoescritura o terminan 1º y 2º de primaria, en un 70% o 80% de los casos, con lo que se hace en la escuela, vamos bien. Pero no va mal practicar". Y las matas: "Si yo la base no la tengo clara ni la llevo bien, luego, evidentemente, no evoluciona. Y quizás sí que, en esa base, determinados alumnos necesitan un refuerzo". Un empujón que puede servir, también, para que se organicen mejor: "Lo ideal sería que fuera una actividad familiar; pero si por situaciones sociales no puede ser, no estaría mal buscar un centro que acompañe, guíe y ayude. Y siempre con el objetivo final de que el alumno lo haga solo". El experto recuerda que los centros tienen recursos para ayudar a los niños con mayores dificultades, pero también reconoce que, "evidentemente, esto tiene unos límites".

¿Cómo coordinarnos con el tutor?

Con o sin repaso, el diálogo debería estar siempre, remarca el experto: "Es imprescindible una entrevista anual con la tutora o el tutor vaya bien el alumno bien o no. Cuando se presentan algunas dificultades, el colegio convoca entrevista con la familia". Y puede que el tutor recomiende hacer algún tipo de refuerzo. "Coordinados, puede hacerlo el padre o la madre, el tío, o un profesional externo". El pedagogo no recomienda "mucho" recurrir a estudiantes algo mayores: "A veces, funciona; a veces, no, porque no debemos desvalorar la función del profesional". Avisa que no siempre va de clases: "Muchas veces lo que necesita el alumno no es un repaso, sino un toque de atención o seguimiento familiar". Y advierte: "Si se acostumbra a las clases de refuerzo, podemos encontrarnos que en la escuela no atienda a lo que se explica porque sabe que lo hará al repaso".

¿Cómo elegir un centro o profesor solvente?

Si el acompañamiento no puede hacerlo la misma familia, Joan Gamero confía en lo que llama "intuición familiar" y en el "boca-oreja" para elegir apoyo externo, y recomienda una primera entrevista con el centro candidato para conocer su grado de intervención: "Si sólo se dedican a ayudar a hacer deberes o si se dedican a organizar: acompañamiento". ¿Por qué? "Si es una necesidad concreta, si está haciendo ecuaciones de segundo grado y no las entiende, y no tiene feeling con el profesor de la escuela, que puede ocurrir, entonces puede ser una intervención concreta. Buscamos a un profesional que le explique las ecuaciones. Pero si veo que es un talante de mi hijo o mi hija, que es una evolución, que cada vez le cuesta más, que no se organiza, buscamos un sitio que sea multidisciplinar que pueda realizar su guía”. Ahora, la condición sine qua non para que el esfuerzo valga la pena es que el alumno vaya convencido: "Si no, perdemos el tiempo y el dinero".

¿El repaso es necesario porque la escuela no hace suficiente o porque no tiene manos suficientes?

Familias, escuelas y alumnos son diversos, y los recursos para atenderles –sostiene Gamero– suficientes en general, si bien no hacen milagros: "La escuela tiene sus herramientas, pero llegan a un punto. Si tengo a un alumno en la clase de matemáticas y no escucha o no está por lo que debe estar, por muchos recursos que ponga, necesita una ayuda". O un alumno con adaptación curricular que necesite soporte externo.

No todos los padres pueden pagar clases de refuerzo. ¿Esto segrega?

"No segrega ni deja de segregar. Es nuestra realidad", responde el representante del COPEC, para el que evitar la segregación y garantizar la igualdad de oportunidades debe ser prioritario. Apunta, sin embargo: "El hecho de que tú vayas a una clase de repaso no quiere decir que tengas mejores resultados educativos". Y concluye: "Donde no lleguen las familias por motivos sociales, de economía o de relaciones, tenemos la obligación de empoderar a estos niños y que puedan llegar. Haber nacido en un lugar determinado, no debería marcar tu futuro".