La pieza clave dentro de la familia que no es ni la madre ni el padre
Los tíos y tías aportan aprendizaje y acompañamiento, cualidades que benefician al niño y joven
GeronaSiempre están disponibles para interceder cuando existen conflictos. Lejos de imponer castigos, buscan soluciones. También ofrecen una perspectiva diferente a la de los progenitores y cuando es necesario ponen límites, pero sin el peso de la exigencia. Un refugio emocional en el que niños y jóvenes encuentran consejo, confianza, complicidad y comprensión; además, nunca pierden (o casi nunca...) las ganas de jugar. Los tíos y tías son figuras primordiales dentro del sistema familiar que a pesar de que la sociedad y, de rebote, la estructura familiar, haya evolucionado hacia nuevas fórmulas, siguen teniendo influencia e, incluso, pueden convertirse en modelos de referencia y ayudan, en el fondo, a hacer tribu.
"Nosotros hacemos cosas muy normales: pintamos, nos disfrazamos, leemos cuentos... Estando con ellas, vuelvo a sentir a la niña que llevo dentro y la conexión con el amor desde el juego", confiesa Eva Martínez, tía –que es como le llaman– de Joana, de 4 años, y. cuentan mucho conmigo... ¡Saben que desaparezco y me apunto a montar cabañas bajo las sillas!", precisa. Según el psicólogo y especializado en mediación, Javier Wilhelm, estas figuras familiares son una fuente "de amor incondicional", de la que no sólo se beneficia una de las partes. "La relación enriquece a los adultos porque pueden conectar con las nuevas generaciones, pero también a los sobrinos al sentirse protegidos, cuidados y guiados por una persona de una edad más cercana a la de los padres y no tan lejana como la de los abuelos", concreta Wilhelm.
Entre otras cualidades, tienen autoridad pero hacen un cálido acompañamiento y dan apoyo emocional ante dudas, necesidades y problemas de sus sobrinos. La función de escuchar y aconsejar es desde una posición "más flexible y posibilitadora". Wilhelm, autor del libro Mediación y cambio (Ed. Letra Minúscula), explica que esto se debe al rol de paternidad y maternidad que desempeñan, lo hacen sin la responsabilidad propia de los progenitores, lo que es más fácil la relación con un sobrino que con un hijo porque con un hijo se tiene la presión (y la inquietud) de no equivocarse nunca. "Los sobrinos son esos hijos que no has parido y puedes malcriar sin consecuencias", añade este experto. En paralelo, también pueden convertirse en ejemplos alternos de valores y acciones; y para los adultos son de gran auxilio en la parte logística.
Una figura complementaria
Con todas estas virtudes, los tíos se convierten en una figura complementaria a la de sus progenitores. La doctora en antropología social por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Begoña Leyra, matiza, en este sentido, que "acompañan en el desarrollo y en la crianza de los hijos". Ahora bien, para que este acompañamiento suceda, la psicóloga Mireia Cabero, experta en bienestar emocional, advierte que es necesario que la persona "tenga voluntad de realizar esta función". "Tiene que haber una decisión consciente para desempeñar este rol porque sino puedo pasarme la vida haciendo de tía como tantas otras cosas sin propósito ni misión. ¿Qué apoyo quiero darles? Quiero acompañarles y dejar huella? Preguntas que invitan a reflexionar y nos ayudan a poner palabras a retos sociales", remarca esta experta.
Hay que tener en cuenta –según Cabero– que los primeros 15 años de vida del niño son los tíos que lideran la relación y pueden cuidar el vínculo. "Cuando sea mayor ya será él quien escoja la relación que quiere", comenta. Para conseguir una relación saludable, los especialistas recomiendan no menospreciar la autoridad de los padres para evitar conflictos de lealtad en los vínculos. No imponer normas contradictorias a las pautas familiares que desautoricen a los progenitores, ni asumir un rol parental completo. Todo ello para evitar confundir a los menores. Si la realidad acompaña, "estas figuras de vínculos parentales pasan a ser ese amigo o amiga con sensatez: dan el amor que los padres pueden dar y la sensatez que los amigos no pueden dar. Una figura muy completa, realmente", insiste Cabero, que también es docente en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
El hecho de no vivir cerca no será un impedimento para que surja afinidad, ya que –aparte de que es fácil mantener el contacto en este mundo hiperconectado– Ana Juliá, responsable de formación e innovación de Montessori Palau Girona, afirma que "los niños tienen un sexto sentido, y si en casa hemos hablado de este tío o creado un vínculo". Vínculo que reforzará también la educación del menor más allá de los progenitores, ya que, según Cabero, "necesitamos referentes para niños y jóvenes que les muestren otras realidades –Y recalca–: Se necesitan sistemas familiares que nos aseguren que el desarrollo de los niños integral está asegurado porque a los niños lo educa la tribu".
La tía soltera y sin hijos
Aunque hoy en día los roles de género y los modelos familiares han cambiado mucho, hace unos años la tía que no estaba casada y que tampoco tenía descendencia desempeñaba un papel muy definido en las familias y era una pieza clave de acompañamiento y ayuda importante. Bel Olid, escritorio, subraya que "el rol de apoyo a la crianza era especialmente intenso en el caso de las tías solteras y sin hijos, que carecían de otras obligaciones de cuidados". Ya hablaba de ello el cantautor Joan Manuel Serrat en su canción: "La Tieta: la que siempre tiene un plato cuando llega Navidad. La que no quiere nadie si un buen día se duele. La que no tiene más hijos que los hijos de sus hermanos. La que dice: «Todo va bien». La que dice: «No importa»».
Olid, que está trabajando en la elaboración de un nuevo libro que lleva por título La madre incompleta, explica que muchas mujeres que no tenían hijos le explicaban que el hecho de cuidar de sobrinas o criaturas de sus amistades, les daba la oportunidad de estar en contacto con los niños, y maternar en cierto modo, con la libertad de elegir la energía que ponían y en solidaridad con las hermanas y amigas, dado que son todavía las madres.
La antropóloga Begoña Leyra lamenta el sesgo de género todavía muy acentuado en la sociedad actual. "Sigue siendo muy patriarcal. Además, en una familia matrilocal (es decir, en la que la pareja vive con los parientes de la esposa) quien realmente tiene autoridad no es la mujer ni el marido, sino el tío. Por otra parte, la tía sigue siendo más cercana que el tío, que tiene un rol más de hombre" (al igual que el rol más de hombre). Tanto antiguamente como hoy en día, el rol de tíos y tías va más allá de la consanguinidad. Según Olid, "entre el colectivo de las personas que se oponen a encajar con una identidad sexual o de género concreta, en la que la familia de origen rechaza a los miembros que no se adscriben a la heteronorma, es habitual que se creen lazos muy fuertes con amigas y se cree lo que hay gente que llama a la familia conocida propios". En resumen, "la biología no hace el destino", asevera Wilhelm.
Los tíos y tías "pueden aportar mucho" y "no hacerlo es un empobrecimiento", asegura Ana Juliá, responsable de formación e innovación de Montessori Palau Girona. Además, pueden convertirse también en "verdaderos socorros de los niños" y convertirse en una figura de cuidado alterna a la materna o paterna, especialmente cuando falta una, ya sea de forma física o emocional. "Si el padre o la madre tienen un problema de salud o ha habido una pérdida o separación, los tíos siguen ahí siendo el referente. Los niños que les pasa esta circunstancia llegan a querer mucho a los tíos. Más allá del cuidado son, asimismo, una red de seguridad", apunta Juliá. En Catalunya, en mayo pasado, según el departamento de Derechos Sociales e Inclusión, existían un total de 8.888 menores de edad con medida protectora, es decir, de desamparo. De éstos, el 40% están en algún tipo de acogida y el resto en algún centro residencial. Concretamente, un total de 3.574 niños viven en familias de acogida. De éstos, hasta 2.387 viven en familia extensa (es decir, con algún pariente), de los cuales un 29% viven con tíos o tías. En la ciudad de Barcelona, según el Instituto Infancia y Adolescencia a partir de datos de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) del año 2022, hay 1.900 niños y adolescentes en situación de desamparo. Entre ellos, el 41% están en régimen de acogimiento familiar y, entre las diversas fórmulas de acogida, el 25% del total (475) están acogidos en familia extensa, entre ellos la figura de los tíos.