Relaciones de pareja

Más allá de Tinder: atar después de separarse

Divorciados con hijos explican cómo lo hacen para conocer gente nueva y establecer nuevas relaciones

BarcelonaAntes de separarse, Raúl (nombre ficticio para mantenerlo en el anonimato) veía mucho potencial en las aplicaciones de citas y tenía ganas de probarlo. Una vez que ha tenido la oportunidad, no las ha utilizado y está "lejos" de hacerlo. Quiere no pasar tantas horas frente al móvil y adentrarse en este mundo va, precisamente, hacia la otra dirección. Pero la verdad es que no las ha echado de menos. "He conocido a gente que me ha interesado y gente a la que he interesado", afirma cuando explica cómo ha gestionado esta nueva situación. Confiesa, también, que poderlo experimentar le ha resultado una "motivación sana y buena".

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Poder conocer a personas nuevas, ligar, jugar y tener citas es una de las situaciones que los que se separan después de años –e hijos– de convivencia, tienen la oportunidad de revivir y puede ser un aliciente de esta nueva vida. Pero que funcione y salga como te has imaginado no es tan fácil. Así lo ha encontrado Noemí, que hace poco más de un año que decidieron separarse y ve que conocer gente nueva que pueda ser interesante para quedar con cierta regularidad es complejo. "A nuestra edad es complicadísimo conocer gente nueva de forma natural", asegura Noemí (también nombre ficticio para mantener el anonimato), "los grupos ya están cerrados y las dinámicas siempre son las mismas".

Ve muy difícil que entre los distintos grupos aparezca gente nueva. Además, con hijos pequeños, a pesar de compartir la custodia ve que tiene poco tiempo libre y cuando lo tiene, aprovecha para hacer lo que le genera bienestar "independientemente" si le permite conocer o no a nueva gente. Por eso, ella sí ha probado las aplicaciones de citas y vio "rápidamente" que no eran para ella. "Me parecen muy salvajes, la gente no tiene ningún tipo de miramiento a la hora de desaparecer y, personalmente, me mermaron la autoestima más que ninguna otra cosa", puntualiza Noemí.

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Marina (también nombre ficticio) también las ha probado. En su caso, define la experiencia como "breve, pero satisfactoria". Se puso porque la animaron las amigas. Marina se separó poco antes de la pandemia y, por tanto, ir a bares y discotecas en la nueva etapa le resultó complicado. Por eso, pensó que no perdería nada al probar estas aplicaciones y que en el peor de los casos la distraería, que es lo que quería. Llegó a hablar con pocos hombres y sólo tuvo dos citas. La primera no fue demasiado fructífera; con la segunda pudo establecer cierta relación de unos cuatro meses. En las aplicaciones, Marina les ve ventajas: da acceso a multitud de opciones y con los chats puedes descartar e intuir cosas. Pero también es muy consciente de las carencias, algunas fundamentales como el físico, los gestos, la mirada, la forma de hablar… elementos que, tal y como recalca, sólo puedes percibir si quedas físicamente.

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Una alternativa a las aplicaciones

Los arrecifes de la virtualidad es lo que quiere combatir Cites Ràpides, un proyecto de tres amigos que, hace un par de años y después de la pandemia, se dieron cuenta de que a partir de cierta edad es complicado conocer gente nueva. Así pues, idearon una alternativa o más bien un complemento a las aplicaciones de citas y las redes para personas que quieren socializar más allá de la pantalla o que han tenido experiencias decepcionantes. "Nos dimos cuenta de que el desgaste en las aplicaciones es muy grande y Cites Ràpides es una buena alternativa para conocer a personas reales" explica Pau Bartrolí, director del proyecto. "Es una aproximación muy diferente", explica Bartrolí, ya que cree que estas herramientas –las aplicaciones de citas– toman mucho tiempo para acabar conociendo a gente con la que no "acaba de encajarse".

Durante el primer año en funcionamiento han organizado varios encuentros, siempre por franjas de edad. Entre los usuarios se encuentran también madres y padres que se han separado y que apuestan por este nuevo formato para conocer gente nueva. "Cuando te separas puede que compartas amigos comunes, que todo el mundo esté con pareja e hijos y que te sientas un poco fuera de juego", dice Bartrolí que cree que, por este motivo, es una iniciativa que puede satisfacer estos perfiles tanto por las ganas de buscar y encontrar pareja como por la necesidad de socializar. Ya saben de algunos usuarios que han consolidado la relación después de pasar por un Cites Ràpides pero, de hecho, el equipo de Bartrolí también están contentos porque les llegan mensajes de participantes que han acabado construyendo un grupo estable de amigos con los que salir y realizar actividades. Recalca que, precisamente, uno de los puntos fuertes de Cites Ràpides es que la comunidad de usuarios tiene mucha afinidad y que, a pesar de la heterogeneidad del mundo actual, se encuentran perfiles similares y, sobre todo, personas abiertas a conocer gente.

Los hijos y la velocidad

Después de las primeras experiencias con las aplicaciones, Marina ha conocido a otros hombres, siempre amigos de amigos. Ahora tiene una relación estable, pero separarse del padre de sus hijos ha sido "tan difícil y doloroso" que no se plantea, por el momento, volver a vivir con un hombre. "Al menos hasta que mis hijos –ahora adolescentes– no se marchen de casa y hagan su vida", concluye. Para Marina, poder vivir otra vez "tiempo de noviazgo" después de la "dureza de la separación" es positivo, pero recomienda tener tiempo por una misma, por las amistades y, sobre todo, no correr ni crear demasiadas expectativas cuando entra esta nueva persona en la vida. Esto implica no explicar nada a sus hijos ni presentarlos hasta que la relación no esté consolidada. "Así puedes disfrutar de pasar tiempo libre en común, sin responsabilidades más allá de querer estar juntos", añade Marina que ve que la opción living aparte together evita la convivencia, alarga la sensación de cortejo y lo hace todo fácil. "Hoy por hoy, me llena", concluye.

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Ese "cocer la relación a fuego lento" es lo que recomienda Rocío López de la Chica, fundadora y CEO del programa de separaciones conscientes Creada, que recalca que como personas adultas podemos querer tiempo para "explorar" y que, incluso, a veces es necesario y hay que "darnos ese permiso, también". Ahora bien, las recomendaciones con los hijos es contundente: "Si tú quieres tener citas sin compromiso, no involucres a los hijos".

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Asegura que conocer a una persona nueva, a los niños les genera inseguridad y si después vuelve a desaparecer, un duelo. "No es agradable ni necesario y no les beneficia", alerta la psicóloga. Según ella, hay que presentar a la pareja cuando la relación está consolidada, se han vivido suficientes espacios compartidos a solas y, sobre todo, cuando los hijos tienen "integrada y adaptada" la separación de sus padres. "Si les ponemos un nuevo cambio les generará inseguridad y miedo, se relacionarán con tensión y afectará, también, a la relación de pareja que no es impermeable", añade la experta en acompañar procesos de divorcios y separaciones.

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Raül también ha vigilado en este sentido. No diría que lo lleva a escondidas pero sí lo hace "discretamente". Evitó, "por algún motivo", que todos los encuentros sean totalmente al margen de la expareja. Así, evitó tener que afrontarlo con ella, con la que tiene una buena relación de amistad y un hijo en común. "No ha sido necesario ponerlo sobre la mesa porque han sido cosas ligeras", explica.

Darse permiso y arrinconar la culpa

"Cuando has estado muchos años con la misma persona, cuesta salir de nuevo con hombres", dice Marina, que ve que emocionalmente hay cierto bloqueo y que "es fácil caer en comparaciones". En Creada se encuentran a menudo con esta situación, pero ven que, sobre todo en las madres, el sentimiento de culpa no les deja recuperar esa faceta de su vida después de separarse. Es una culpa que no se atribuye tanto a la separación, que también, como a que muchas veces las mujeres se sienten culpables "por tener vida más allá de la maternidad". "Es importante reconocer que antes de que madres o padres somos mujeres y hombres con unas necesidades por cubrir", señala López de la Chica. "Y esto no nos hace mejores o peores madres y padres", asegura. También ve que, a menudo, gozar de una nueva situación de pareja se vive como una traición. Por eso, la terapeuta cree que es necesaria esta reflexión y "darse permiso" para conocer y explorar nuevas personas.

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También ve que a veces se agarra esta nueva etapa con "miedo a repetir patrones" y cierta desconfianza para evitar que la otra persona nos haga daño. "Hay que reconocer e identificar a los patrones desarrollados y hacerlo diferente, teniendo claras las líneas rojas", propone López de la Chica. Por eso, esta psicóloga cree que hace falta cierto entrenamiento, porque se ha salido de una relación con dinámicas "poco beneficiosas" y siempre es mejor no tener prisa. Para los que tienen prisa, tiene un mensaje claro: "Los 40 de ahora no son los de antes; en vez de pensar que quedan pocos años debes ver que te queda la mitad de tu vida para vivirla con conciencia". Para la terapeuta la clave para aportar salud a una nueva relación –sea como fuere– es darse permiso, centrarse en el disfrute y el placer y no añadir exigencias.