Evaluación

Vuelven los exámenes orales ante el avance de la IA

El uso cada vez más extendido de la inteligencia artificial obliga a los profesores a recurrir a otras estrategias para evaluar el trabajo del alumnado

25/11/2025

BarcelonaEl uso de las herramientas de inteligencia artificial (IA) es cada vez más habitual tanto en entornos profesionales como personales. Según el estudio (2024) deEmpantallados.com y GDA3, el 82% de los adolescentes utiliza la IA para las tareas escolares y el 91% de las familias no han establecido reglas para su uso. Una nueva realidad que plantea nuevos retos a la comunidad educativa porque actualmente no existe ninguna herramienta tecnológica que pueda certificar al 100% que un trabajo esté hecho con IA. Por tanto, el profesorado debe recurrir a otras estrategias para evaluar el trabajo.

Miquel Àngel Prats, profesor titular de tecnología educativa en Blanquerna - Universidad Ramon Llull, propone pasar a preguntar oralmente al alumnado sobre qué ha hecho y darles la oportunidad de razonar. A partir de las respuestas se puede intuir si coincide coherentemente con el trabajo o si existen incongruencias y no tiene la misma solvencia. Cuando se tienen bastantes sospechas se puede deducir que el resultado final es fruto de la IA.

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La inteligencia que lo revoluciona todo

A partir del momento en que apareció la IA generativa, sobre todo el ChatGPT, que permite crear fácilmente productos finales, en el claustro de las escuelas de la Fundación Vedruna Catalunya Educació decidieron que debían replantear la evaluación. "A pesar de que el actual decreto de Educación promueve la evaluación formativa y habla de diferentes herramientas para evaluar y recoger evidencias a lo largo de todo el proceso, a menudo todavía nos focalizamos en los productos finales", reconoce Montserrat Jiménez, profesora de secundaria, formadora y asesora pedagógica en diferentes escuelas de la Fundació Vedruna Catalunya Educació.

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Comenta que ahora mismo, el producto o trabajo final es un indicador poco fiable del proceso de aprendizaje: "Necesitamos dinámicas en las que entre en juego la metacognición a la hora de evaluar, que se argumente en el aula cómo se puede mejorar el producto generado, qué ha fallado, que el diálogo, el razonamiento, la presente argumento, la defensa y la defensa". Ella dice rendir cuentas a través de explicaciones de lo que han entregado o aprendido.

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"Intuyo que el trabajo oral acabará teniendo más peso que el escrito. En los trabajos finales de grado y máster ya ha cambiado la distribución de la evaluación", explica Miquel Àngel Prats. Ahora se redefinen y resignifican los encargos que hacen al alumnado: si utilizan la IA deben explicar cómo y para qué lo utilizan. Además del trabajo escrito, entra en juego el proceso de seguimiento y tutorización y dos defensas orales. Insiste en que la IA no es tanto una herramienta tecnológica como una herramienta de gestión del conocimiento, que puede ser una buena aliada para aprender, que potencia y acelera los procesos de investigación, escritura y elaboración: "Por tanto, supone una nueva forma de gestionar, administrar y comunicar el conocimiento".

Aprender a preguntar y no conformarse

Es necesario enseñar al alumnado cómo utilizar la IA. El acompañamiento de los docentes, ayudando y orientando, siempre es necesario, pero con estas nuevas herramientas lo es aún más. No pueden hacer una pregunta y quedarse con la primera respuesta que les dé sin verificarlo ni contrastarlo. Prats propone reproducir una especie de partido de tenis, analizando el primer borrador que propone la IA, para después supervisarlo, verificarlo, contrastarlo, reelaborarlo, y volver a definir lo escrito. "Se trata de enviarle de nuevo a la IA para que dé un nuevo resultado y así hasta que sea necesario", explica el profesor, entendiendo que la IA es una especie de copiloto, un alter ego que hace de contraste, ayuda a escribir ya tener en cuenta aspectos que quizás la persona no había contemplado en primer término.

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Esta nueva forma de hacer implica que los maestros deben ser un buen modelo y con la práctica docente sean un ejemplo de cómo utilizarla. Es posible que al alumnado, la primera respuesta les resulte verosímil y suficientemente buena, y no tengan la necesidad de repreguntar. "De ahí que la intervención del adulto sea aún más necesaria, y no sólo en el aula, sino también en casa", dice Prats.

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Cambios para todos

En la práctica, este cambio supone un mayor trabajo para los docentes, y un problema si se tiene en cuenta la falta de tiempo y de recursos que desde hace tiempo arrastran a los centros. "Hay un exceso de burocracia y nos falta tiempo para formarnos, compartir aprendizajes, consensuar y para acompañarnos en el proceso de cambio, porque no todo el mundo va igual de rápido a la hora de realizar cambios, necesitamos mentorías", comenta Jiménez. Generar estos nuevos espacios en el aula donde el alumnado haga defensas orales es más lento y complicado que corregir exámenes y requiere más recursos docentes para poder realizar la evaluación formativa, y de unas horas que se tendrán que sacar otras dinámicas.

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En la misma línea, Àngels Vila, profesora de lengua catalana en ESO y bachillerato en el Instituto Narcís Monturiol de Figueres y miembro del grupo impulsor del Concurso Oratoria Alt Empordà, explica que evalúan oralmente algunos contenidos, pero la idea de sustituirlo todo y hacer una evaluación exclusivamente oral es impensable: "El volumen del alumnado requiere. Independientemente de este detalle, que no es menor, comenta que también conviene que el alumnado escriba y practique, sobre todo teniendo en cuenta que cada vez más la caligrafía es menos comprensible, prestan menos atención a las faltas ortográficas ya las estructuras. Seguramente porque están acostumbrados a utilizar correctores o herramientas de IA generativa.

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Trabajar nuevas habilidades

Por parte del alumnado también es necesario un aprendizaje. "En este aprender tendrán que desaprender, que cuesta porque venimos de un sistema muy estandarizado y uniformado", apunta Vila. Habrá que implantar una nueva mirada que se focalice menos en el producto final y mucho más en el proceso. Las tareas en casa también tendrán que cambiar, tendrán que tener sentido para obligar a los niños y jóvenes a pensar, contrastar y conectar con experiencias reales. Estas prácticas, pues, no podrá hacerlas la máquina. Montserrat Jiménez pone el énfasis en la finalidad de que tendrá lo que se les encarga hacer: "Es un cambio de mirada importante".

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Este cambio de paradigma implica que las habilidades comunicativas pasan en primer plano. Habilidades para comunicarse mejor y también para interactuar con la máquina. No todas las familias pueden acompañar en el proceso de aprendizaje con la IA, "por eso desde la escuela se debe educar la mirada, que aprendan a hacer preguntas, a analizar las respuestas, a comprobar si es cierto lo que propone la IA, cómo mejorar y continuar trabajando hasta obtener el mejor resultado posible". Pero de nuevo requiere un tiempo que implicaría dejar de hacer otras cosas.

No se trata de centrar toda la evaluación en la oralidad, sino de hacer entender al alumnado que las herramientas de IA no pueden compensar las carencias básicas. "Tienen que tener unos buenos fundamentos a partir de los cuales puedan obtener productos de calidad, y que sean capaces de contarlo con sus palabras. Antes, sobre todo en bachillerato, la mayoría de explicaciones más teóricas se hacían en el aula, en cambio, ahora se les da los materiales para hacer un repaso teórico en casa y dejan para trabajar incluso con papel y lápices. Piensan y estructuran, sobre todo con las lenguas, que sean capaces de elaborar un discurso. La base para saber estructurar el lenguaje deben tenerla, y la única manera de conseguirla es practicante", concluye Vila.

Aprender a ser un buen orador

Los exámenes orales son una opción más. La IA también puede ayudarle a ser mejores oradores. Hay herramientas que ofrecen posibles simulaciones y ensayos, herramientas complementarias, no excluyentes, que permiten realizar simulaciones individuales antes de hacerlo con personas. En cualquier caso, la preparación y el ensayo son esenciales para que cuando realicen la intervención oral les salga con naturalidad. "Haber interiorizado el discurso les da mucha seguridad", asegura Àngels Vila, miembro del grupo impulsor del Concurso Oratoria Alt Empordà , que ésta celebra su 10ª edición.

Hace años que la oratoria está presente en 4º de ESO en el Instituto Narcís Monturiol de Figueres, pero desde este curso, y con la voluntad de explotar el potencial en la vertiente oral del alumnado de 2º y 3º de ESO, dentro del proyecto de enriquecimiento académico Icaria, dirigido a alumnado de taller que termina con un discurso final. Les ayuda a tomar confianza y seguridad a la hora de hablar en público. Se dan cuenta de la necesidad de preparar las presentaciones orales para obtener óptimos resultados.

A partir de una lluvia de ideas sobre el tema que han elegido comienzan a trabajar pensando en el público al que van a dirigirse, la intención que tienen, el léxico adecuado, la estructura, el guión, la importancia de una parte introductoria, un desarrollo claro y ordenado, y la conclusión final para asegurarse de que los oyentes recordarán lo que han explicado.