Arquitectura

"Rehabilitar los edificios y reactivarlos también significa reactivar el territorio"

NUA Arquitecturas continúa con el Teatre Bravium de Reus su trayectoria de rehabilitaciones creativas

BarcelonaMaria Rius y los primos Arnau y Ferran Tiñena, conocidos como NUA Arquitectures, fueron de los estudiantes de arquitectura más brillantes de su promoción en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (Etsab). Los tres se licenciaron con matrícula de honor. En 2016 fueron los más jóvenes de la participación catalana en la Bienal de Arquitectura de Venecia, y decían al ARA, exultantes, que era “un regalo” estar. Participaron con su primera obra construida, el Centro para el Servicio de Distribución de Alimentos en Campclar, un pequeño edificio de 80 metros cuadrados que costó menos de 60.000 de euros pero que en ese momento daba servicio a más de 200 familias.

Durante todos estos años los NUA se han mantenido fieles a los valores que destila este centro, y se han convertido en uno de los despachos europeos más importantes de su generación: la ampliación y rehabilitación de Tallers Gon-Gar estuvo seleccionado en el premio Mies van der Rohe, y hace un año ganaron uno de los premios Europe 40 Under 40, coincidiendo con el décimo aniversario del estudio.

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Ahora los NUA han vuelto a triunfar y han ganado el concurso para rehabilitar el Teatro Bravium de Reus, ubicado en el Centro Católico. "Hay mucho trabajo detrás de cada obra", afirma Ferran Tiñena. “Nacimos en un momento de crisis en el que los recursos económicos eran muy escasos –añade–, y tuvimos que encontrar la riqueza de los edificios en las atmósferas, en que nos hicieran sentirse acogidos con una materialidad muy austera, muy intemporal” . “Era nuestro contexto natural, no habíamos conocido ningún otro, porque la fiesta había pasado cuando nosotros éramos estudiantes. Por eso nos sentimos cómodos –dice Arnau Tiñena–. Entonces ya teníamos claro que la arquitectura debe servir para mejorar la vida de las personas y lugares, y que tiene una vocación de servicio público y humanista, contrapuesta a la visión más mercantilista”.

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Por todo ello, han convertido la rehabilitación de edificios existentes, con una buena dosis de creatividad, en uno de los puntales de su trabajo, tanto si se trata de un edificio catalogado, como Mas Totosaus de Reus, como otros menos emblemáticos, como el Mas Carpi en Aiguamúrcia, un bloque de 27 apartamentos en Salou o una casa abandonada en el casco antiguo de Tarragona. Y tienen en curso la rehabilitación de una fábrica textil de principios del siglo pasado en el Pont d'Armentera y un bloque de viviendas modernista de la misma época en la plaza del Mercat de Tarragona. “Para nosotros todos los elementos preexistentes tienen mucho valor porque tienen la pátina del tiempo, que no se puede comprar, y también lo tienen todos los estratos, todas las vidas de un edificio. La rehabilitación es también un tema de sostenibilidad: si recuperas un edificio ahorras todo el dióxido de carbono que supone derribarlo, y también generas menos en la construcción”, explica Ferran Tiñena.

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Del pequeño detalle en la escalera territorial

Por su formación en Etsab, Arnau Tiñena afirma que su visión del oficio es “transescalar”, es decir, trabajan simultáneamente “desde la escala del detalle hasta la territorial”. “Pensamos los edificios, los proyectos, como una pieza de un sistema que es mucho mayor, y que debe encajar, debe hacerlo funcionar, enriquecerlo, hacerlo más bello ”, dice Ferran Tiñena. Por lo que respecta a la distribución del trabajo, se reparten la gestión de los proyectos y la dirección de obra según el trabajo que tiene cada uno de ellos en cada momento. Pero la parte creativa es “compartida”, como dice Ferran Tiñena, en torno a una sola mesa donde trabajan todos los miembros del estudio.

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En vez de plantearse quedarse en Barcelona cuando terminaron la carrera, los Nua se mantienen arraigados en su lugar de origen y, en paralelo al trabajo del estudio, son profesores en la Escuela de Arquitectura de Reus de la Universidad Rovira i Virgili. “Hay mucha gente hablando sobre Barcelona. En cambio, el Camp de Tarragona o el Ebro son zonas que están más olvidadas y que a nosotros nos interesan”, asegura Ferran Tiñena. “El Camp de Tarragona es muy complejo: por un lado, están las ciudades que son culturalmente muy ricas, sobre todo Tarragona; y, por otra parte, existe todo el sector de la costa, donde el turismo tiene una gran importancia, pero que en el ámbito territorial ha arrastrado piezas muy controvertidas como Port Aventura. Este modelo turístico no nos los sentimos muy cercano, pero es una realidad y sabemos que a veces nos tocará trabajar en estos temas, e intentaremos hacerlo con la mayor coherencia posible con nuestros principios”, explica Arnau Tiñena. Otro aspecto es el industrial. "Nos gustaría que no hubiera la petroquímica, pero también es una realidad, y los temas industriales también son un reto de la ciudad: cómo integrar los territorios que se van desindustrializando", añade. “Y no debemos olvidar que el Ebro, que es grande un polo energético, ha perdido un 60% o un 70% de población y que el parque de vivienda está vacía y cayendo. Rehabilitar los edificios y reactivarlos también significa reactivar el territorio”, advierte Ferran Tiñena.

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En paralelo a querer contribuir a mejorar su territorio, otra clave de su trabajo es la proximidad: “Tenemos una forma de trabajar muy próxima a la obra y al cliente: en el momento que las distancias críticas entre nosotros y el proyecto aumentan, sufrimos, porque nos implica mucho más desgaste. El sistema nos ha permitido desarrollarnos a distancias relativamente cortas, a dos o tres horas de Tarragona como máximo. Quizás en el futuro cambiaremos y nos dispersaremos, pero ahora nos gusta mucho la personalización del cliente y de la obra”, dice Ferran Tiñena. Esto tiene que ver con el tamaño del estudio: “Nunca hemos querido ser una oficina grande, porque nos gusta estar muy encima de nuestras obras y controlar todos los procesos. Por eso no hemos ido a buscar proyectos al extranjero, aunque no descartamos que en el futuro esto pueda cambiar”, concluye Arnau Tiñena.