El artista que convirtió en arte el expediente de Picasso de la CIA
El Espai Caldes andorrano acoge una nueva exposición de la colección de arte censurado de Tatxo Benet
Escaldes-Engordany (Andorra)¿Qué hacer con las obras de arte hechas por un asesino? ¿Deben ser canceladas, o deben poder verse en las galerías y los museos? El debate está sobre la mesa: la nueva exposición de la colección Censored, de Tatxo Benet, en el renovado Espai Caldes d'Andorra incluye Tom, una fotografía del británico Saul Fletcher, que hace cinco años mató a su compañera, la comisaria de arte Rebeccah Blum, y luego se suicidó. Entonces, Fletcher estaba representado en una exposición colectiva organizada por el Palazzo Grassi de Venecia en la Punta della Dogana, edificio e sitio propiedad del magnate del lujo François Pinault. Tras los hechos, los responsables del centro retiraron la fotografía de Fletcher de la muestra y eliminaron su biografía de la web. "No es un acto de cancelación, sino un gesto de pésame", dijo el presidente del Palazzo Grassi, Bruno Racine.
En Andorra, Tom está junto aIndustrial Maine, una pequeña pintura del estadounidense Bruce Habowski, que fue cancelado en el 2018 de una exposición colectiva en un museo universitario de Maine después de que se supiera que en 1999 había sido condenado por un delito de agresión sexual por el que pasó seis meses en prisión. Las tres obras que tenía expuestas fueron retiradas a raíz de las quejas de un estudiante y en contra del criterio de la comisaria de la muestra. "Estas son las dos obras de la exposición que están más al límite que ninguna otra, sobre si las podemos mostrar o no", afirma el director artístico de la colección, Carles Guerra. Sin embargo, Guerra, que es el comisario de la muestra, encuentra que la censura tiene tanto peso en todas las obras expuestas que la ha titulado La censura es la comisaria de esta exposición.
La exposición, que se puede visitar hasta el 20 de septiembre, incluye obras de 18 artistas. Más allá del extremo que pueden representar Fletcher y Habowski, la exposición incluye nombres como Marta Minujín, Daniel G. Andújar, Mounir Fatmi, María Evelia Marmolejo, Paul McCarthy, Ai Wei Wei y Núria Güell, que representan cómo el poder hace que los artistas paguen caros sus desafíos. "Las obras expuestas proceden de artistas y de momentos distintos, pero la censura te hace ver que acaban saliendo unas constantes", advierte Guerra, entre ellas el ataque al cuerpo de la mujer, como es el caso de Marmolejo, que fue detenida en Madrid en 1985 tras escribir la palabra América en la base del monumento de la plaza Colón.
Las obras son organizadas por "constelaciones" y el aparato abrumador del Estado también se encuentra en el proyecto utópico de Marcelo Expósito 50.000 víctimas (1991), en el que proponía exhumar los restos de Franco y Primo de Rivera y volver a enterrarlos unos metros más allá sin nombre, al igual que las víctimas de la Guerra Civil enterradas. Dentro de los ataúdes vacíos, Expósito proponía apilar "lápidas donde se grabarían los nombres de varios miles de personas todavía vivas, extraídas de listados telefónicos u otros registros administrativos, en un número aproximado al de las víctimas que entonces se calculaba que estarían enterradas en los columbarios", explicó el propio artista.
El Proceso también está presente en una muestra que incluye la polémica bandera española ligada como una soga en un centro autogestionado de Málaga, y el vídeo que recoge la visita que Ai Wei Wei hizo a Jordi Cuixart en la cárcel de Lledoners, en una vertiente más íntima de defensor de los derechos humanos que la de defensor de los derechos humanos. Se encontraron en el taller de cerámica, y Cuixart quiso depositar en la colección el molde de su huella que le hizo Wei Wei, como había hecho antes con otros presos.
El informe de Picasso de la CIA
La censura es la comisaria de esta exposición es la primera itinerancia de la colección desde la apertura del Museo del Arte Prohibido. El origen de la muestra se remonta al momento en que la responsable de espacios museísticos de Escaldes-Engordany, Aurora Baena, visitó la exposición de la colección Censored en la Panera en 2018. Y tan pronto como el Museo del Arte Prohibit abrió sus puertas en 2023, se puso en contacto para poder organizar una exposición de obras de la colección. "Estamos muy interesados en realizar esta exposición porque los artistas son de referencia y porque estamos muy interesados en este tema", afirma Aurora Baena, que tiene previsto dedicar el Espai Caldes al arte contemporáneo, como plataforma de los artistas andorranos y otras exposiciones. Después de Andorra, podría ser que algunas de las obras se expusieran en el Museo del Arte Prohibido en la renovación de la colección permanente prevista para la primavera o en proyectos de exposición en Francia e Italia en los que están trabajando.
La selección de obras incluye dos de las obras icónicas de la colección: la macroinstalación de Daniel G. Andújar con copias del informe que la CIA tenía de Pablo Picasso y el Partenón realizado con 100.000 libros prohibidos que la argentina Marta Minujín 2 de la Documenta 7 de la Documenta 2 de la Documenta 1 de la Documenta. acabar desmontado, porque se trataba de que el público se llevara los libros, tal y como puede verse en la muestra en un vídeo. De Guernica. Picasso comunista (2012), Daniel G. Andújar explicó que la CIA interpretó que Picasso se hiciera miembro del Comité de la Paz como un acto comunista, cuando, en cambio, era un acto de generosidad del artista malagueño en una institución considera como un símbolo de paz. Otra de las obras más desgarradoras en la misma línea es Sleep Al-Naim, un vídeo en 3D de Mounir Fatmi en el que un doble digital de Salman Rushdie duerme plácidamente, con una calma que Rushdie dejó de tener desde que empezó a ser perseguido por el libro Los versos satánicos. Durante cerca de treinta años lo había hecho, pero hace tres años Hadi Matar le apuñaló en Nueva York, y Rushdie perdió la vista de un ojo a causa de la agresión.