Arte

Miquel Barceló hará tres tapices para la catedral de Notre-Dame

Las obras, cuyo tema todavía no se ha hecho público, estarán en la capilla de la nave lateral norte

BarcelonaTras la capilla del Santísimo de la sede de Mallorca, Miquel Barceló sigue profundizando en el arte sacro: este miércoles se ha anunciado que hará tres tapices para la renovada catedral de Notre-Dame de París, que volverá a abrir sus puertas el 8 de diciembre. Según ha hecho público el arzobispado de París, los tapices se colocarán en la capilla de la nave lateral norte, sobre el muro oriental. El responsable del arzobispado no detalló las temáticas de los tapices, y el taller de Barceló declina hacer declaraciones sobre este encargo. Los tapices de Barceló convivirán con otros cuatro trabajos textiles del pintor británico de origen keniano Michael Armitage.

Hasta ahora los trabajos más conocidos de Barceló en el ámbito del textil tienen un carácter más íntimo. Se trata de los bordados que hizo conjuntamente con su madre, Francesca Artigues, llenos de animales marinos.

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Una reapertura religiosa y al mismo tiempo republicana

Notre-Dame volverá a abrir sus puertas más de cinco años después del grave incendio que sufrió en abril de 2019. La apertura será el 7 de diciembre con una ceremonia oficial, durante la cual el presidente francés, Emmanuel Macron, dará un discurso en la explanada del templo para no comprometer la laicidad del estado francés. Al día siguiente es cuando se oficiará una misa.

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Los actos de reapertura también incluirán una velada con artistas y personalidades del mundo de la cultura. En cuanto a las visitas turísticas, se recuperarán de forma parcial a partir del 8 de diciembre. Pese al carácter religioso de los actos, el gobierno francés subraya el carácter republicano de la reapertura y que está abierta a todos de los franceses, "sean cuales sean su filosofía o sus creencias".

La restauración de Notre-Dame ha costado 700 millones de euros, sin contar los gastos futuros de la restauración de algunas partes bastante frágiles, como los arbotantes que adornan la nave. También está en curso la colocación de unas vidrieras contemporáneas, una polémica iniciativa lanzada por el arzobispado y que ha contado con el apoyo de Macron.