Arte

Un Miró en guerra, un amor imposible y un tenista derrotado, estrellas en Arco

El mercado internacional de Antoni Tàpies brilla con la venta de la gran 'Principiel' por 950.000 euros

MadridDurante la Guerra Civil, Joan Miró realizó unas obras aparentemente antagónicas: El segador monumental del pabellón de la República de la Exposición Universal de París de 1937 y, también sobre planchas de celotex, unas composiciones abstractas cargadas de lirismo. Una de estas piezas, titulada sencillamente Pintura (verano de 1936), y que refleja cómo la belleza aparente puede tener un trasfondo terrible, es la obra más cara de la nueva edición de la feria Arco, con un precio de 3,35 millones de euros en la galería Leandro Navarro . Es el mismo caso de las toallas mojadas fundidas en bronce de Fernando Sánchez Castillo expuestas en la galería madrileña Albarrán Bourdais: pueden ser una escultura abstracta, como las pinturas que hizo mojando toallas con pintura y golpeando la tela, pero al mismo tiempo la tortura con toallas mojadas es un método habitual porque no deja marcas.

Sin embargo, en la 43ª edición de la feria madrileña, en la que participan 205 galerías, un 65% de las cuales son internacionales, la presencia del arte político o vinculado a la actualidad es bastante testimonial. Aun así, hay otra artista que aborda la historia de la Guerra Civil: en la galería Juan Silió, la ibicenca Irene de Andrés presenta la instalación 350 páginas, que incluye una veintena de fotografías de libros del Archivo de la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense atravesados ​​por balas, porque sirvieron de barricadas improvisadas para los soldados y brigadistas que defendían el frente de Madrid en la Facultad de Filosofía y Letras.

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Otra de las pocas muestras de arte político en la feria es la de Eugenio Merino en la galería ADN: un collage con un mapamundi y suelas de zapato de lujo con fragmentos de la Declaración de los Derechos Humanos grabada, una metáfora de cómo el poder los pisa fácilmente en todo el mundo. En la trastienda, otra pieza de esta serie tiene grabado el mapa de Palestina, y aún tiene otro trabajo consistente en un pasaporte de la Autoridad Palestina realizado con una manta térmica. Fuera de la feria, Merino expone un impresionante Federico García Lorca en una fosa en la galería Memoria de Carabanchel. Este año, sin embargo, la obra más fotografiada de Arco no es de Merino, sino Manuel, la escultura gay de Rodrigo Muñoz Ballester que la galería José de la Mano ha recuperado 41 años después de levantar polvareda en la feria en 1983; es el recuerdo del amor imposible entre el artista y el modelo de la obra.

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También aborda la guerra entre Israel y Palestina Francesc Torres con Israel y Palestina sin hablar de Israel y Palestina, una caja con unas gafas quemadas y el lema "Tres de los otros, dos de los nuestros". En cambio, en las obras expuestas en la única galería israelí, Dvir, la guerra parece no existir. Sí pasa a los trabajos de Danylo Halkin en la galería ucraniana Voloshyn: el artista expone tres vitrales ucranianos de los años setenta, previos a la independencia del país, evocadores de cómo las autoridades soviéticas utilizaban las vidrieras como una herramienta de propaganda en edificios públicos como comisarías, hospitales y fábricas. Y al lado, dos pinturas de vidrieras en blanco y negro, como si estuvieran carbonizados, que reflejan todos los que se destruyeron durante el conflicto del Donbás y durante la guerra actual.

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Grandes artistas modernos a precios millonarios

Entre las obras más caras de esta edición de Arco, se encuentran Cuenco de compota, botella y paquete de cigarrillos (1922), un óleo de Picasso expuesto en la galería Guillermo de Osma y con un precio de 2,5 millones de euros. Y en la galería Mayoral, por 1,2 millones, hay uno de los Hierros del temblor de Chillida, de quien este año se conmemora el centenario. También en pleno centenario, Antoni Tàpies está bastante representado en la feria. En la galería Legong exponen una pintura monumental de 1989, Principiel, que vendieron el lunes por 950.000 euros sin IVA a un coleccionista internacional. "Estamos absolutamente convencidos de que Tàpies es uno de los artistas más importantes del siglo XX y que todavía no ha llegado al lugar que le corresponde; aún debería ser más reconocido", afirma el galerista François Dournes. "El interés es creciente, pero hace falta tiempo. A veces los artistas crecen muy rápidamente, pero con una posición frágil, y, en cambio, hay otras como Tàpies que son referentes a los que siempre volvemos", explica. Asimismo, asegura que un centenario es "un momento privilegiado" para volver a mirar la obra y realizar grandes exposiciones como la retrospectiva que ahora está en cartel en el Museo Reina Sofía, y de las que el mercado también se beneficia. Igualmente, las galerías Joan Prats y Nogueras Blanchard participan en la feria por primera vez después de fusionarse con el nombre de Prats Nogueras Blanchard con una selección de obras entre las que se encuentra otro Tàpies gigantesco con el mismo precio. Se trata de la última tabla parada que pintó, en el 2008.

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Por otro lado, entre los artistas más jóvenes brillan dos catalanas, Cristina BanBan y Marria Pratts. El precio de dos nudos femeninos de BanBan en la galería Perrotin, más coloreados y con detalles que recuerdan a Goya, está entre los 80.000 y los 100.000, en la línea de los que vendió el año pasado. La galería Mayoral le ha dedicado un espacio en solitario a Pratts para que exponga dos grandes telas que reflejan su reciente maternidad, de las que no hacen público el precio.

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El tenista derrotado de Elmgreen & Dragset

El stand de Helga de Alvear es el que recibe el público en el pabellón 7 de la feria y uno de los más prestigiosos. En 2018 recibió un alud de visitantes a raíz de la censura de la obra de Santiago Sierra Presos políticos en la España contemporánea,y este año vuelve a ser una de las más visitadas con una pieza llena de sarcasmo. Se trata de Short story (200.000 euros sin IVA), una escultura de un jugador de tenis vencido tirado por el suelo obra del dueto Elmgreen & Dragset; el ganador lo expondrá la galería en la próxima edición de Arco Lisboa. "Los artistas ven un deporte como el tenis como una herramienta de control social y cultural, porque lo suelen jugar hombres blancos de clase media-alta", afirman desde la galería.

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Entre los políticos que han pasado por Arco se encuentra Ernest Urtasun, que se ha estrenado en la feria como ministro de Cultura, pocos días después de escuchar la demanda histórica del Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo de una rebaja del IVA para la compra de obras de arte, que ahora es del 21%. Urtasun se ha mostrado dispuesto a avanzar en este tema, pero desde el ministerio de Hacienda han anunciado que no tienen constancia de ello.