Arte

'Proyectar un planeta negro': el Macba celebra los 30 años con la exposición del año en Barcelona

El museo inaugura la primera gran muestra sobre el panafricanismo

BarcelonaEl Macba abrió sus puertas por primera vez el 28 de noviembre de 1995. Este miércoles es el pistoletazo de salida de la celebración de los treinta años con la inauguración de la exposición Proyectar un planeta negro. El arte y la cultura de Panáfrica, que ha sido todo un evento. Se trata de una muestra monumental y pionera sobre el movimiento panafricanista, que perseguía objetivos como la fraternidad y la solidaridad internacionales entre pueblos de origen africano. Se pueden ver unas 300 obras de arte y unos doscientos documentos y otros trabajos realizados en los últimos cien años por un centenar de artistas e intelectuales africanos, europeos, estadounidenses y latinoamericanos, desde la década de 1920 hasta la actualidad.

Como dice Elvira Dyangani Ose, directora del Macba, la comisaria del proyecto junto con Antawan I. Byrd, Adom Getachew y Matthew S. Witkovsky, este proyecto recoge "historias de resistencia y reconocimiento que vivieron las comunidades afrodescendientes tanto de Estados Unidos como del resto del mundo". Antes de esta exposición, que comenzó el recorrido internacional en el Art Institute de Chicago, el panafricanismo se había estudiado desde la literatura y la política, y ahora los comisarios sacan a la luz toda su fuerza plástica. "Para nosotros la clave es entender cómo esta exposición, que es una exposición de arte moderno y contemporáneo, y esta estética tiene un impacto en la vida de las personas, un impacto en la realidad opresora que estas personas vivían, esta historia de violencias y cómo respondieron desde la estética y los movimientos utópicos", dice Dyangani.

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La exposición estará en cartel en Barcelona hasta el 6 de abril, y después se podrá ver en el Barbican Centro de Londres y el KANAL Centro Pompidou de Bruselas. En cada sede, los comisarios buscan conexiones con el contexto local. En Barcelona, ​​vuelve a la luz la lucha antifascista durante la Guerra Civil de las Brigadas Internacionales a través del prólogo que el pensador marxista afrocaribeño CLR James escribió para Red Spanish Notebook, el libro de la pareja formada por la poeta y militante trotskista Mary Low y el escritor cubano Juan Breá, fruto del viaje a Barcelona para unirse a la lucha a través del POUM durante los seis primeros meses de la Guerra Civil. "Catalunya lidera España, y al menos durante varios meses, los obreros y campesinos catalanes, sin experiencia política, pensaron que había llegado el nuevo mundo", escribió James. "Se ha encendido la llama y el fascismo puede verter la sangre de miles de trabajadores —continúa el texto—, puede pisarla e incluso apagarla durante un tiempo. Pero no dejará de quemar bajo tierra, es inextinguible, y volverá a encenderse".

"Aparte del potencial que esta exposición tiene como proyecto artístico, nos da la oportunidad de hacer cohesión social, de romper con discursos de extrema derecha que alimentan la diferencia y el racismo, y que ya los combatían en un momento muy importante de principios de siglo", dice Dyangani. Otro punto de relación de la muestra con Cataluña se encuentra en una nueva presentación de los Archivos negros de Tania Safura Adam, consistente en una instalación con unos 250 documentos más donde esta investigadora profundiza en el impacto del panafricanismo en la península Ibérica otra vez desde la Guerra Civil, con hechos como el apoyo que la Brigada Lincoln dio a la Segunda República, porque, como recoge Safura Adam, los afroamericanos.

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Un homenaje a las vírgenes negras

La noción de Panáfrica se remonta a finales del siglo XIX en movimientos contra el colonialismo y la esclavitud, y durante la década de 1920 se convirtió en un movimiento transnacional. Los comisarios no se plantean hacer toda una historia del panafricanismo, sino que se adentran en diferentes episodios concretos, uno de los cuales es la idea de África como una invención, como un continente vacío y sin historia lista para conquistarlo, y también su población. Más adelante, hay Banderas sin territorios, como símbolos de solidaridad que van más allá de las fronteras.

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Otro de los protagonistas de la exposición es el panafricanista jamaicano Marcus Garvey, que abogaba por "una solidaridad racial mundial de las personas afrodescendientes", como se puede ver en uno de los ámbitos, mientras que otros abordan la negritud como una manera de "repensar la civilización a través de las" tramo final de la muestra, en el que se habla de la veneración de los ancestros y la agitación y la resistencia.

Entre las obras expuestas hay hitos que llaman la atención a primera vista, como por ejemplo Alls my life I has to fight [Toda mi vida he tenido que luchar], de Theaster Gates. Puede parecer una réplica de la Moreneta enjaulada, pero en realidad se trata de un homenaje a las vírgenes y mujeres negras, ya que las rejas provienen de una escuela del sur Chicago que cerró y la artista las utiliza como una forma de protección. Y otro de estos trabajos destacados es la escultura Ndiyafuna, del artista sudafricano Nicholas Hlobo, protagonizado por un personaje que no se sabe a ciencia cierta si el saco donde se encuentra representa las costumbres ancestrales que lo devoran, o un útero de donde nace, dentro de una reflexión más amplia sobre la homosexualidad y el impacto del VIH en África.