Comedia y filosofía contra el terror de Javier Milei

Tiene todo el sentido del mundo que los protagonistas de Puan, ganadora de los premios al mejor guión e interpretación principal (Marcelo Subiotto) en el Festival de San Sebastián, sean profesores titulares de filosofía política, uno hobbesiano y otro partidario de Spinoza, porque la película de María Alché y Benjamín Naishtat es, sobre todo, una reflexión sobre el statu quo de una Argentina transformada en un esquizofrénico laboratorio político desde hace demasiado tiempo. Más allá de los postulados filosóficos de los principales teóricos del estado moderno –en un momento de la historia en el que las monarquías absolutistas estaban conformándose en Europa–, en la pel·lícula hayamos las vidas de los profesores Marcelo Pena (Subiotto) y Rafael Sujarchuk (Leonardo Sbaraglia), un compañero recién llegado de Alemania con el que competirá por la plaza de catedrático. También, y no menos importante, la terrible pregunta que llega cada fin de mes como un escalofrío que recorre el espinazo: “¿Vosotros ya habéis cobrado?”.

Cabe recordar que Puan es el nombre coloquial de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires, que en la película de Alché y Naishat, en uno de esos brillantes ejercicios metonímicos que permite el cine, se transforma en un bastión de dignidad y resistencia. Como inesperado héroe, el profesor Pena, estereotipo (pero tan cierto) de profesor íntegro y sin demasiadas destrezas sociales, debe enfrentarse a la resignación con la que ha vivido en los últimos años, que le sitúa en desventaja frente su rival. Si los roces intelectuales y los chistes al respecto son una de las virtudes del guión de la pareja de cineastas, la actuación de Subiotto, de una impactante vulnerabilidad, sin duda redondea una propuesta sobre las estrategias del Estado para desplegar su terror y sobre la soberanía del pueblo para combatirlo.