La complicidad entre un hombre y un perro petanero
'Black dog', premiada en el Festival de Cannes, es una de las propuestas más potentes y originales del cine chino reciente
'Black Dog (Cara de perro)'
- Dirección: Guan Hu. Guión: Guan Hu, Rui Ge y Bing Wu
- 116 minutos
- China (2024)
- Con Eddie Peng, Liya Tong y Jia Zhang-ke
El punto de partida de Black dog podría ser el de un western o de uno noir. Lang (la estrella taiwanesa Eddie Peng), un hombre de mediana edad que acaba de salir de la cárcel, regresa a su pueblo, en los confines del desierto. Es de pocas palabras, pero desprende un aura innegable, aumentada por la moto que conduce. Las posibilidades de rehacer su vida pasan por confrontar el poder del grupo de gángsters local y del hombre que le acusa de haber matado a su sobrino.
Pero Black dog tiene lugar en China contemporánea, en una pequeña ciudad postindustrial en la región del Gobi, cuando el gigante asiático está a punto de entregarse al ufanismo de la celebración de los Juegos Olímpicos. Guan Hu añade una capa postapocalíptica a todo este escenario poco galdoso: la zona está llena de jaurías de petanos que siembran el caos, por lo que el gobierno paga a quien captura. Sin embargo, el protagonista decide establecer un vínculo de efecto con el quisso negro del título que al principio quería perseguir. El director actualiza así un arquetipo clásico, el del marginado con un código moral propio, asimilándolo al perro callejero mal visto por una sociedad obsesionada por las apariencias y el control. Jia Zhangke, el director de la recientemente estrenada A la deriva, aparece como actor en Black dog, como si con su presencia confirmara la conexión de su cine con esta original propuesta de un colega de generación mucho más desconocido pero que vale la pena descubrir.