El horror de parir al Anticristo
'La primera profecía', remarcable precuela de la mítica 'La profecía', se inscribe en una concepción femenina del 'body horror'
'La primera profecía'
- Dirección: Arkasha Stevenson. Guión: Tim Smith, Arkasha Stevenson y Keith Thomas a partir de personajes de David Seltzer
- 120 minutos
- Estados Unidos, Italia y Reino Unido (2024)
- Con Nell Tiger Free, Ralph Ineson y Sonia Braga
Nueva entrega de la saga en torno a Damien, La primera profecía se toma en serio ejercer de precuela de la película de Richard Donner del año 1976, porque acaba justo donde se iniciaría la historia del matrimonio que encarnaban Gregory Peck y Lee Remick, cuando el protagonista adoptaba en Roma a un bebé que resultaba ser, literalmente, el Anticristo. Pero hasta este hecho, el primer largometraje de Arkasha Stevenson se desarrolla con una personalidad propia dentro de las convenciones del terror católico y satánico que instauró La profecía junto con otros filmes claves de la época como La semilla del diablo y El exorcista.
Aquí seguimos a Margaret, una novicia huérfana que viaja de Estados Unidos a Italia para ordenarse monja. En el convento que lo acoge se da cuenta de que ocurren cosas inquietantes, ligadas a una extraña niña también sin padres. Poco hay original en el proceso que vive Margaret. Pero en la era de un cine de terror en el que predominan los sustos fáciles, el pastiche digital y la sobreabundancia de impactos, Stevenson se decanta por una exquisita puesta en escena desde preceptos que parecen otras décadas para otorgar a La primera profecía ese aroma de terror de los setenta.
En el filme se amasa una atmósfera que primero transmite el atractivo de la Italia del momento para ir virando hacia una progresiva inquietud que lo empapa todo. La directora también dedica más tiempo de lo habitual a perfilar a una protagonista que huye del mero cliché. A esto se suma la extraordinaria interpretación de Nell Tiger Free (Servant), capaz de emular una de las secuencias de feridad gestual más famosas de la historia, la deIsabelle Adjani a Posesión deAndrzej Zulawski. A través de sus escenas más terroríficas, sobre todo la de un parto, el filme se inscribe finalmente en una concepción del body horror específicamente femenino.