'M3GAN 2.0': el juguete diabólico se apunta a una misión imposible

La primera aventura del juguete asesino M3GAN ya era una mezcla de géneros: comenzaba como una comedia de terror con pinceladas sobre el luto y la crianza, pero la escalada progresiva de violencia y luchas remitía al thriller de acción. Ahora llega una segunda parte que abandona el terror y enrarece la sátira. La saga Fast & Furious mutó progresivamente: sus pilotos de carreras ilegales acababan convirtiéndose en unos agentes de inteligencia embarcados en operaciones a gran escala. Esta nueva saga parece emprender un camino similar a toda velocidad: de Muñeco diabólico a una Misión: imposible de coste bajo en sólo una secuela.

La familia protagonista, M3GAN y los inevitables secundarios cómics colaboran (con Terminator 2 en el recuerdo) en la correspondiente misión arriesgada para luchar, como ya han hecho Tom Cruise y Vin Diesel, contra otra malvada inteligencia artificial. La historia parece una mezcla desvergonzada de elementos diversos tratados de forma irracionalista. Con todo, una cierta competencia técnica y actoral consigue que el entretenimiento acabe funcionando de una manera vulgar y superficial, como un dulce de bollería industrial que te puede satisfacer si no preguntas su composición. La palabrería contradictoria sobre el progreso tecnológico, con conclusión de sobremesa (todos los extremos son malos), parece diseñada para fingir que este pasatiempo nacido del reciclaje y la (auto)explotación significa algo.