'La marsellesa' de la precariedad, la vejez y la solidaridad
Ariane Ascaride y Jean-Pierre Darroussin protagonizan la película 'Mi querida ladrona', de Robert Guédiguian
'Mi querida ladrona (La pie voleuse)
- Dirección: Robert Guédiguian
- Guión: Robert Guédiguian y Serge Valletti
- 101 minutos. Francia (2024)
- Con Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan y Grégoire Leprince-Ringuet
Como en una canción popular, en el cine del director francés Robert Guédiguian hay notas que se repiten. Esta repetición provoca que la mayoría de sus películas sean escasamente sorprendentes, pero también que su público habitual encuentre un cierto placer en el reconocimiento de una melodía que se puede tararear sin apenas querer. Mi querida ladrona, un pequeño relato de puesta en escena naturalista que se niega, gozosamente, a juzgar a sus muy imperfectos personajes, funciona como síntesis de la obra previa de Guédiguian, a la vez que como comentario crepuscular. En ella encontramos el barrio popular del Estaque, en Marsella, donde se ha rodado la mayor parte de la filmografía del director. Y encontramos, sobre todo, los rostros y cuerpos envejecidos, pero todavía luminosos, del trío de actores que le han acompañado a lo largo de casi tres décadas: Ariane Ascaride, Gérard Meylan y Jean-Pierre Darroussin. La intrigante anécdota narrativa que inicia el filme (Ascaride es Maria, una humilde cuidadora de gente mayor que hace pequeños hurtos para pagar las clases de piano de su nieto) pierde peso, lamentablemente, al entrar en escena un romance adúltero entre dos personajes jóvenes. Pese a este desvío no deseado, es difícil no emocionarse con las interacciones entre los tres intérpretes principales, que parecen encarnar versiones melancólicas y maduras, aunque todavía no del todo derrotadas, de sus personajes en películas como Marius y Jeannette o Marie-Jo y sus dos amores.