Michael Fassbender, el espía que siempre sabe si mientes o no

Ay, ¿cuál es esta de espías nueva que sale Michael Fassbender por Londres? Sí, hombre, ¿que su vida sentimental se convierte en un arma para sus enemigos en una misión internacional de tráfico de información? Más pistas, va: su cabeza es un actor veterano, con canas, pero todavía guapo. Con estos datos, pueden ser dos títulos: o bien la serie The agency (y el silver fox sería Richard Gere), o bien la nueva película de Steven Soderbergh, Confidencial (black bag), que tiene prácticamente los mismos elementos (y Pierce Brosnan hace de director de la oficina de espionaje británica). De hecho, ambas obras podrían mirarse cara a cara, señalándose como el famoso mem de Spiderman.

No obstante, que en el filme de Soderbergh Michael Fassbender no es un superagente atormentado sino un profesional robótico e inexpresivo especializado en la detección de mentiras. Pero es cierto que las ficciones audiovisuales actuales tienden al mimetismo, como si fuera de los géneros y las estéticas de eficacia probada ni creadores ni público se atrevieran a ir más allá. En este caso, sin embargo, el siempre interesante –pero también despersonalizado– Soderbergh pone en imágenes un relato de David Koepp –en otros tiempos guionista de oro de Hollywood– que juega con nuestras expectativas en un entretenimiento efectivo y sofisticado que, gracias a que dura sólo una hora y media, seguramente es más redondo y compacto que no.