La sombra de Pixar es demasiado alargada en 'Luck'

En Haru en el reino de los gatos una adolescente viajaba a un reino fantástico después de salvarle la vida a un gato. Esta premisa –una especia de Alicia en el país de las maravillas sustituyendo al conejo blanco por un felino– es la única conexión entre ese film de Ghibli y Luck, largometraje de animación que se quiere parecer, sobre todo, a una película de Pixar. Es lógico, puesto que su productor ejecutivo es John Lasseter –creador de Toy Story, que abandonó el estudio por denuncias de conducta inapropiada–, pero quizás por eso la sensación de déjà-vu es constante. La historia de Sam, una huérfana gafe que persiguiendo a un gato negro charlatán irrumpe en la Tierra de la Suerte, contiene elementos de películas mejores como Monstruos, S.A. o Del revés, de la cual parece haber extraído incluso la idea del unicornio robaescenas.

La superficialidad del mensaje final –la mala fortuna es tan necesaria como la buena– y la incapacidad para generar una relación emocional consistente entre los protagonistas (dos pilares del universo Pixar) lastran una película que, a pesar de todo, tiene momentos brillantes de humor absurdo y comedia física, sobre todo en las secuencias de la Tierra de la Mala Suerte. Al final, una se pregunta por qué Lasseter y su equipo, liberados de la supervisión de Disney, no han hecho un film menos ingenuo, más oscuro –¿por qué no dar más espacio a este particular mundo del revés que es la Tierra de la Mala Suerte?–, en vez de una obra visualmente irreprochable, pero que parece un reflejo desvanecido de modelos anteriores.