Festival de Cine de Locarno

¿Y tú por qué decidiste matar a Beirut?

La protagonista del documental 'Green line', estrenado en el Festival de Locarno, confronta a miembros de todos los bandos de la guerra civil del Líbano para averiguar por qué asesinaban

Enviada especial a LocarnoEl título del filme franco-libanés Green line (Línea verde) corresponde a cómo se bautizó la frontera urbana que separaba a los dos Beiruts en guerra entre 1975 y 1990, una fila de calles abandonadas a causa de los enfrentamientos donde acabó floreciendo todo tipo de follaje. Elfida Fida Bizri creció en el sector musulmán de la ciudad en pleno conflicto bélico y aún recuerda el día en que, saliendo de la escuela, un soldado apuntó el arma contra ella. Fida vuelve a su país de origen en este filme de la mano de la directora Sylvie Ballyot para intentar encontrar respuestas a la pregunta que atormentaba a esa niña pequeña en el Beirut bañado en sangre: por qué tantos hombres están dispuestos a matar.

Green line parte de un recurso habitual en la no ficción desde que le instauró Rithy Panh en La imagen perdida (2013): el uso de muñecos y maquetas para reconstruir un escenario de conflicto en un dispositivo que también permite estimular la discusión sobre la memoria histórica colectiva. En esta película en concurso en el Festival de Locarno, Ballyot y Fida utilizan la maqueta para situarnos en el urbanismo de la guerra, pero también para acompañar a los diferentes testigos que confrontan, miembros de los principales bandos en conflicto, desde un militante de Hezbollah que considera que la culpa de todo es de Israel hasta el pez gordo de las milicias falangistas cristianas que ha pedido perdón por sus actos atroces, pasando por un miembro de la facción socialista, entre otros. Algunas de las decisiones que toma Ballyot como documentalista, como el uso aleatorio de imágenes de archivo o el papel que juegan en un momento concreto unas fotos, resultan cuestionables, pero Green line destaca por la fuerza que cobran unos testigos a partir de la perspectiva con la que los interroga Fida. La protagonista no está tan interesada en los aspectos políticos o religiosos de la guerra como en esta cuestión de fondo de la que lleva a alguien a matar a otros seres humanos. Y así consigue unos relatos sinceros, personales y escalofriantes que nos adentran en la experiencia de la guerra del Líbano de una manera que resuena inevitablemente en el panorama actual.

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En un año en el que no hay una clara favorita para el Leopardo de Oro, Green line podría ser una de las candidatas al premio gordo del festival. En esta recta final, también ha destacado Toxico, en el que Saule Bliuvaite se adentra en los comportamientos tóxicos ligados a la presión estética y la obsesión por el peso de la juventud contemporánea a través de una pareja de amigas de un pueblo perdido de Lituania que ven en la posibilidad de ingresar en una escuela de modelos la única vía de escape de la miseria que las rodea. Bliuvaite conjuga la sensibilidad de la Sofía Coppola de Las vírgenes suicidas con el realismo de un cine quinqui en femenino que adopta la idiosincrasia de los márgenes de la Europa postsoviética en una propuesta que, por otra parte, no cae en el miserabilismo habitual de tantas películas que retratan los paisajes asolados social y económicamente países de la Europa oriental.

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Hong Sangsoo y la cancelación

La competición del Festival de Locarno, cuyo palmarés se anuncia este sábado a primera hora de la tarde, la ha cerrado By the stream, la nueva película de Hong Sangsoo, que ya ganó en el certamen suizo en el 2015 con Antes sí, ahora no. Las primeras impresiones ante una nueva obra del coreano nunca son del todo fiables, pero By the stream parece una de sus propuestas más accesibles, un filme sin estruendos estructurales y con un tema de moda, la cultura de la cancelación, como argumento de fondo. La película se sitúa en una universidad femenina en la que una profesora pide a su tío, un actor desterrado por la industria por motivos políticos, que tutele una obra teatral después de que hayan echado al otro tutor para envolverse con tres de las alumnas. Hong esboza la presencia de conflictos ligados a la cancelación, pero no pretende dictar sentencia al respecto. De hecho, parece mucho más interesante al filmar su actriz habitual, Kim Minhee, como una artista textil que se inspira junto al río para encontrar motivos para sus telas mientras interactúa con la belleza natural de Seúl en otoño.

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