El despertar sexual de 'Creatura' triunfa en los Gaudí

El filme de Elena Martín, mejor película de unos premios repartidos que también celebran 'Saben aquell' y '20.000 especies de abejas'

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La directora Elena Martín Gimeno, nominada por su película 'Creatura' — La directora Elena Martín Gimeno en la alfombra roja de los Gaudí Cristina Calderer

BarcelonaQuince años después de su nacimiento, los Gaudí vivieron ayer su particular despertar sexual. Creatura, la película de Elena Martín sobre la lucha de una mujer por experimentar una sexualidad plena sin represión ni frustraciones, triunfó en la 16ª edición de los Gaudí. Los seis premios ganados, que incluyen los decisivos de mejor película y dirección, señalan la victoria del segundo largo de Martín en una gala, sin embargo, muy repartida: Saben aquell se llevó siete Gaudís, entre ellos mejor actriz y mejor actor (David Verdaguer y Carolina Yuste), 20.000 especies de abejas tres, y también rascaron premio Upon entry, Un amor, La contadora de películas, El maestro que prometió el mar y las dos películas nominadas al Oscar: Robot dreams y La sociedad de la nieve.

Pero la gran triunfadora de la noche fue, sin duda, Elena Martín (Barcelona, 1992), un producto de la cantera de la Universidad Pompeu Fabra a la que los Gaudí han acompañado desde sus primeros pasos: el debut actoral en Les amigas de Àgata (nominada a mejor película en el 2017) y su opera prima como directora, Julia ist (nominada a mejor película en 2018). Con 32 años, Martin se consagra allí donde ya lo hicieron antes Mar Coll, Neus Ballús, Carla Simón o Clara Roquet (coguionista de Creatura), algunas de las directoras que conforman la imparable ola que ha sacudido el cine catalán de los últimos años.

Martín comparte con ellas la obsesión por el realismo y la necesidad de aportar relatos no vistos en el cine construido desde la mirada masculina; en el caso de Creatura, las problemáticas del deseo femenino, o cómo la sociedad patriarcal reprime la sexualidad femenina desde la primera infancia y las consecuencias que esto tiene en la madurez. "Proteger a la infancia no es negar el deseo –defendió la directora–. Ante la violencia sexual, lo importante no es castrar, sino acompañar y educar".

El reto que le queda a Martín, forjada en el mundo del teatro , es triunfar también como intérprete a los Gaudí, que aún no la han nominado nunca como actriz. Lo que no se cuestiona es su talento como directora de actores, ya que tres de las cinco categorías interpretativas se las llevó Creatura: la joven Claudia Malagelada, nacida en el 2007, como intérprete revelación (“Eres la hermana mayor que nunca tuve, lo he aprendido todo de ti”, le dedicó a Martín), y Àlex Brendemühl y Clara Segura, que interpretan los padres de la protagonista, como actor secundario y actriz secundaria. Es el tercer Gaudí de la cuenta particular de Segura y Brendemühl, que, curiosamente, ya ganaron su primer Gaudí por la misma película, Las dos vidas de Andrés Rabadán, en la segunda edición de los premios. Y un dato: con su premio por Creatura, Clara Segura ya es la actriz más galardonada en la historia de los Gaudí, por delante de Ángela Cervantes, Nora Navas y Candela Peña, que tienen dos.

El club de los 3 Gaudís

Otro intérprete al sumarse al club de los tres Gaudís es David Verdaguer, triunfador en la categoría de mejor actor por su magnífico papel en el biopic de Eugenio Saben aquell. Con sus tres premios respectivos, Verdaguer y Brendemühl recortan distancias con Eduard Fernàndez, que mantiene el récord de actor más premiado con cuatro Gaudís. En la cosecha de premios de Saben aquél, en su mayoría técnicos, también destaca el de mejor actriz para una luminosa y entregada Carolina Yuste, que aprendió catalán para interpretar a la mujer de Eugenio, Conxita Alcaide. Con siete premios, récord de esta edición, Saben aquél marcha de los Gaudí con la cabeza bien alta.

Los Gaudí también sonrieron a la tierna 20.000 especies de abejas, el drama sobre una niña trans que con los Gaudís a mejor película en lengua no catalana y mejor dirección novel sale reforzada como una de las grandes triunfadoras de los premios. El espíritu del café para todos reinó en la noche: J.A. Bayona se llevó al Gaudí a mejor película europea por La sociedad de la nieve –ya lo ganó por Lo imposible–; Robot dreams los de mejor película animada y banda sonora, y El maestro que prometió el mar, éxito sorpresa en la taquilla de los últimos meses, el coherente premio especial del público.

Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue el del premio a mejor documental para Mientras seas tú, en la que Carme Elías abre las puertas de su intimidad para mostrar cómo convive con el Alzheimer que padece. La actriz, que en el 2011 ganó el Gaudí d'Honor, volvió a subir al escenario para recoger el premio junto a Claudia Pinto, directora del documental. “Cuando me diagnosticaron esta enfermedad que yo llamo mi amigo Al, fui a contarle a Claudia y ella me dijo: «¿Quieres que dejemos un rastro de todo esto?» Dije que sí, hasta aquí hemos llegado. Estoy feliz de explicar lo difícil que es vivir esta enfermedad, y espero que ayude a las familias que están pasando por lo mismo”. En otro registro, también fue inolvidable la inesperada salida de tono de un expansivo Alfonso de Vilallonga confesando que llevaba “un pedo impresionante” al recoger al Gaudí a la mejor música original. Y fue histórico ver a Rosa Vergés recoger el primer Gaudí de Honor que gana una directora.

Una gala reivindicativa

Tras la denuncia de tres mujeres al cineasta Carlos Vermut, se esperaba una gala cargada de reivindicaciones feministas y, efectivamente, hubo alusiones a los abusos en el mundo del cine en los discursos de algunos premiados, y también en el de la presidenta de la Academia, Judith Colell, que quiso tener su “momento Frances McDormand” e hizo levantar (con éxito relativo) a todas las mujeres nacidas en los 70 o antes en una reivindicación contra el edadismo en el cine.

Las presentadoras de la noche, Oye Sherman y Ana Polo, imprimieron garra a un monólogo inicial a dos voces que arrancó con un provocador “buenas noches, subvencionados” pero que se convirtió en una reivindicación a cara descubierta de la importancia de subvencionar "las cosas importantes: la sanidad, la educación, Florentino Pérez..." La precaria situación del catalán en el cine y, de nuevo, la cuestión de los abusos también centró los dardos de Sherman y Polo, que iban al grano, quizá demasiado: algunos chistes se agolpaban sin dejar espacio al público para reír. En los sketches pregrabados, en cambio, el ritmo era otro y todo respiraba mejor.

Y si la noticia de las últimas ediciones era la creciente paridad del palmarés, a partir de este año ya se puede hablar del claro predominio de las mujeres, que casi duplican a los hombres en premios y se imponen en categorías relevantes como mejor película, película en lengua no catalana y dirección. Un hito histórico.