Cine

Isabel Coixet: “Con 'El techo amarillo' he aprendido que existe la sororidad”

La directora y las protagonistas presentan el documental en un acto muy emocionante en Barcelona

Barcelona“A veces cuesta explicar para qué sirve el periodismo, pero hoy no cuesta nada: el periodismo sirve para esto”, dijo la directora del ARA, Esther Vera, para abrir el estreno en Barcelona del documental de Isabel Coixet El techo amarillo, que ayer martes se proyectó en los Cines Comedia con la presencia de sus protagonistas, siete exalumnas del Aula de Teatre de Lleida que sufrieron abusos, y también de los periodistas del ARA que dieron voz a las víctimas para denunciar los hechos, Albert Llimós y Núria Juanico. Y el hecho de estar todas juntas y rodeadas de amigos, familia y compañeros de un viaje muy duro empapó de emoción y aplausos espontáneos la proyección de la película y el coloquio posterior, donde se respiraba satisfacción. “El proceso del documental ha sido muy sanador, visto en perspectiva es bonito”, explicaba Aida Flix, intentando resumir los sentimientos que le inundaban. “A ver, no es agradable tener que estar aquí –matizaba Goretti Narcís–. Pero es emocionante ver todo el camino que hemos hecho desde que hace cuatro años denunciamos hasta ahora”.

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Un momento clave del camino fue, claramente, la publicación en 2020 de la investigación de Llimós y Juanico. “Para nosotros todo empezó preguntándonos por qué, si en Estados Unidos tantas actrices levantaban la voz y denunciaban abusos, en Catalunya no estaba pasando nada. Si era porque aquí no había abusos o porque un gran silencio los cubría”, recordó Juanico. La clave para romper aquel silencio, según Cristina Garcia, fue la fuerza del grupo y la red de apoyo: “No somos especiales ni más valientes que otras personas que han sufrido abusos, pero hemos tenido la suerte de formar un grupo y de apoyarnos mutuamente, y también de tener al lado un colectivo como Dones a Escena, que dio la cara por nosotras cuando no nos atrevíamos ni a poner nuestro nombre. Sin ellas, hoy no estaríamos aquí”. La idea también resonaba en las palabras que había pronunciado Coixet al inicio del acto: “He aprendido muchas cosas en este viaje, pero sobre todo una: yo, que soy muy cínica, con El techo amarillo he aprendido que existe la sororidad, porque la he visto y la he sentido”.

Por qué hay que ver 'El techo amarillo'

Pese a la comunión y el calor del público, el dolor sigue muy presente en las protagonistas. “A mí todavía me afecta, he tenido que salir del cine –reconocía Míriam Fuentes–. Pero una de las cosas que nos dan fuerza para seguir haciendo presentaciones son las chicas que salen al final del documental, los casos más recientes. Cuando ves que hemos ayudado a chicas más jóvenes es cuando dices que esto ha servido de algo, que nuestra historia puede ayudar a otras personas”. Y en este sentido se expresó también Sònia Palau, que señaló la importancia de ir al cine a ver El techo amarillo a partir de este viernes: “¿Que da pereza ver un documental sobre abusos? Sí, pero id, y decidle a la gente que vaya. Porque es importante que se vea y es una manera de implicarnos y de identificar un problema que nos puede pasar a cualquiera”. La misma intención tenía el encargo que Llimós le dejó a la consellera de Igualdad y Feminismo, Tània Verge, presente en el acto: “Por si lo quiere trasladar al departamento de educación, creo que es un documental para ver en los institutos y para que la gente joven tome conciencia sobre qué es el abuso de poder”.