Cine

Lady Gaga y Joaquin Phoenix hacen cantar y bailar al Joker

Todd Phillips aspira a un segundo León de Oro de la Mostra de Venecia con 'Joker: folie à deux'

Enviado especial a VeneciaCinco años después de llevarse un sorprendente León de Oro con la primera entrega de Joker, el estadounidense Todd Phillips ha desembarcado este miércoles en Venecia, acompañado de Joaquin Phoenix y Lady Gaga, para presentar en la sección oficial del certamen italiano Joker: folie à deux. “Ganar el León de Oro fue increíble, y ahora estrenar la segunda parte en la Mostra me parecía lo más lógico –ha comentado Phillips ante la prensa acreditada–, aunque debo reconocer que esta vez estoy aún más nervioso que entonces ”.

La inquietud de Phillips parece razonable si tenemos presentes las transgresiones que propone Joker: folie à deux, comenzando por la adopción de los códigos del cine musical. “En Joker había momentos en los que el personaje de Arthur Fleck se ponía a bailar y así conseguía expresar sus sentimientos”, ha recordado Phillips antes de apuntar que, con la secuela, les “parecía lógico seguir explorando lo que la música significa para el personaje". "Además, pensamos lo interesante que podía ser si invitábamos a Lady Gaga a sumarse al proyecto", ha añadido. Por su parte, Phoenix –que ganó el Oscar de Hollywood por el papel del Joker– ha admitido que, después de hacer la primera película, había tenido un sueño en el que daba un concierto disfrazado del villano de Batman.

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El sueño de Phoenix no podía ser más premonitorio, ya que en Joker: folie à deux el actor canta una larga lista de estándares de la música popular estadounidense, aunque su interpretación se aleja de cualquier pretensión de destreza. "En un primer momento, pensamos en tomar como referencia a gente como Frank Sinatra o Sammy Davis Jr. –ha explicado Phoenix–, pero pronto nos dimos cuenta de que aquello no era lo que haría Arthur, así que acabamos tirando por otro camino”. Este singular proceso creativo –que Lady Gaga describe como un “desaprendizaje”– desemboca en otro ejercicio de interpretación kamikaze por parte de Phoenix, que logra sublimar la gloria y la desesperación de su personaje interpretando temas de Sinatra, Stevie Wonder y Shirley Bassey con una amplitud de registros que va de la tosquedad gutural hasta el estallido de unos agudos cercanos al falsete.

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Cantar por no llorar

Joker: folie à deux arranca donde terminaba Joker. Arthur Fleck espera juicio por el asesinato de cinco personas y su abogada piensa que la mejor defensa es convencer al jurado de que el bufonesco homicida sufre un trastorno de doble personalidad, una tesis que se presenta en el genial cortometraje animado de Sylvain Chomet que abre el filme. Pero cuando todo parece preparado para el desarrollo de un thriller judicial, la aparición del personaje de Harley Quinn (Lady Gaga) y su alianza romántica con el Joker llevan la película hacia un musical marcado por la herencia del dramaturgo Dennis Potter, el creador de las series Pennies from heaven y The singing detective, donde los personajes se expresaban interpretando canciones populares de los años 40 y 50.

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En cuanto a las temáticas del filme, Phillips prolonga algunas de las denuncias planteadas en Joker –contra el sensacionalismo de los medios de comunicación y la corrupción de los estamentos políticos, policiales y judiciales– y articula una corrección de la ambigüedad con la que el anterior filme exaltaba la figura de un líder populista revolucionario –a Joker: folie à deux el protagonista es acosado por unos fanáticos antisistema que podrían pasar por seguidores de Donald Trump–. Sin embargo, la principal virtud de la película pasa por el radical proceso de humanización al que se somete la figura de Joker, un gesto que subvierte ciertas bases del imaginario superheroico.

De hecho, la dimensión trágica del relato se activa cuando el Joker se cuestiona el sentido de continuar participando en el esperpento mediático que le rodea, un giro que refleja la renuncia de Phillips a continuar participando en el circo de bufones enmascarados en los que se han convertido Hollywood y las grandes plataformas. Además, Joker: folie à deux deja bien claro que, más allá de las fantasías del protagonista, existe un mundo real cada vez más vaciado de esperanza. “That's life”, que cantaba Sinatra, y que canta a Phoenix en una película aparentemente fatalista, pero también tocada por un profundo sentido de la compasión.

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