Marc Recha: "En ese capitalismo salvaje sólo tienes valor si eres joven"
El director estrena el 'thriller' filmado en la Cerdanya 'Ruta salvatge', con Montse Germán y Sergi López
BarcelonaEl Marco Recha que estrena este viernes la película Ruta salvaje no es el prestigioso director de 53 años habitual de Cannes, Locarno y San Sebastián, sino el adolescente de 14 que alimentaba su cinefilia en salas de barrio de Hospitalet de Llobregat o del barrio de Sants de Barcelona donde tragaba dos o tres películas seguidas de géneros alejados del realismo como la aventura, el western y el terror. Eran también los géneros de sus primeros cortos, pero los aparcó cuando dio el salto a lo largo para desplegar un cine más personal, intimista y reflexivo. Ahora, Recha ha podido dirigir por fin un largo de género criminal, y no falta nada: gángsters, intriga, asesinatos y sexo, todo en catalán (y, puntualmente, serbio) y en escenarios naturales de la Cerdanya.
"La idea era hacer una película de cine popular sin dejar de tener una mirada personal –explica Recha–. En el fondo sigo hablando de la vida de unas personas y de cómo se relacionan. Pero hacerlo en ese registro entre el thriller y el western ha sido un hito para mí". Al director le acompañan en esta aventura su cómplice Sergi López, los actores serbios Sergej Trifunovic y Boris Isakovic, el joven Àlex Bolet y, sobre todo, una estupenda Montse Germán, la piloto de avioneta y madre soltera que se cruza en el camino salpicado de sangre de dos mafiosos de origen balcánico.Mujer de acción y pocas palabras, atractiva y sin afectación ("no hay maquillaje en mis películas", afirma Recha), el personaje de Germán ocupa a Ruta salvaje el rol que en este tipo de cintas suele interpretar un actor maduro. "El cine es cruel y se olvida a menudo de las actrices de más de 50 años –afirma Recha–. En este capitalismo salvaje sólo tienes valor si eres joven, cuando Montse es de este tipo de actores que, cuanto mayor , más ganan".
La protagonista se ve cuestionada en el filme por su hijo adolescente, que se afana por romper el muro de secretismo que rodea el pasado de la madre. Recha recuerda que la historia empezó a tomar forma pensando en su hijo, en el que haría por él "en una situación límite". De hecho, en un primer momento el director pensó en su propio hijo, Roc, que de pequeño protagonizó Un día perfecto para volar, para interpretar el papel de hijo adolescente en Ruta salvaje. "Se planteó y él, muy honestamente, dijo que no –reconoce Recha–. Y lo entiendo perfectamente, son fases de la vida y no todo debe ir por ahí. Aunque no lo parezca, en la familia somos bastante tímidos".
Monumento Valley a la catalana
A pesar de la apuesta clara por el thriller, el cine de Recha mantiene el talante naturalista y el protagonismo del paisaje, aquí una Cerdaña imponente por tierra y aire, territorio fronterizo y medio despoblado con resonancias de western moderno. "Una de las razones para hacer la película es que en la Cerdanya vive mi hermano Pau desde hace 35 años –explica el director–. Es un paisaje querido, visitado y muy conocido, y no como los que tienen una casa en una urbanización y van dos días a esquiar.Las casas de esta gente, opulentas y con jardines de matorrales aserrados y torturados, han creado una especie de pueblos abandonados y sin tiendas que me fascinan.Y era el lugar ideal porque s escondieran dos serbios de la red criminal de los Pink Panthers".
La nacionalidad de los dos criminales conecta con otra de las obsesiones de Recha: la guerra de los Balcanes y el asedio de Sarajevo, un conflicto que ya abordaba de forma indirecta al corto que dirigió en 2014 para la película colectiva Puentes de Sarajevo. "Es algo que me persigue –admite el director–. Durante la guerra, unos pocos nos implicamos en denunciar los horrores que estaban pasando allí. En las guerras todo el mundo pierde, sobre todo los civiles. Cada muerte es una tragedia. Esto vale para cualquier guerra, pero la de Yugoslavia es muy fuerte, y tiene muchas similitudes con nuestra Guerra Civil, es un juego de espejos que siempre me ha atraído”.
A pesar de este trasfondo, en Ruta salvaje también hay humor en el retrato de los criminales serbios, que Recha reconoce que, en un primer momento, veía como una especie de Pepe Gotera y Otilio, torpes y sin traza para el crimen. "El humor negro está ahí, aunque quizá enterrado, y nos lo pasamos pipa", reconoce. De hecho, Recha considera la película "un aperitivo" juvenil de su próxima película, que ha rodado íntegramente en el monasterio de Poblet y que se llamará Centauras de la noche. "Es una película mucho más personal, de madurez, radicalmente independiente y artesanal –adelanta–. Y todos los actores que aparecen, salvo uno, son actores no profesionales y son ciegos".