Cine

Muere a los 94 años la actriz Gena Rowlands, icono del cine independiente estadounidense

Entre sus interpretaciones destacan las de 'Una dona ofuscada', 'Gloria' y 'El quadern d'en Noah'

BarcelonaIntensos, frágiles, atormentados y llenos de dudas: así eran los personajes que solía interpretar a la actriz Gena Rowlands, que ha fallecido a los 94 años en Indian Wells, California. Retirada de la profesión desde hacía una década a consecuencia del Alzheimer, Rowlands será recordada por papeles tan emblemáticos como el de la Mabel en Una mujer ofuscada (1974), una madre de familia insatisfecha, angustiada y alcohólica a la que el marido decide internar en un psiquiátrico, o el de Gloria, la expareja de un gángster que se decide a ayudar a un niño amenazado por la Mafia en la pelo película homónima de 1980. Ambas películas fueron dirigidas por John Cassavetes, marido de Rowlands. Juntos trabajaron en diez de las doce películas del director y guionista estadounidense.

Fue gracias al eco de las colaboraciones con Cassavetes que Gena Rowlands se convirtió en uno de los grandes iconos del cine independiente estadounidense de la década de los 70, aunque su carrera empezó a finales de la década de los 50, con la comedia El precio de amar (Jose Ferrer, 1958), y también pasó por el cine de aventuras –como en La carretera circular (Robert Mulligan, 1962), donde hacía tándem con Rock Hudson–, el musical –La luz del día (Paul Schrader, 1987)– y el thriller, como en Robar vidas (DJ Caruso, 2004), acompañada de Angelina Jolie y Ethan Hawke.

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Más allá de ser "la típica rubia" en comedias románticas

Nacida en 1930 en Cambria, un pequeño pueblo de Wisconsin, hija de un banquero y un ama de casa que, más adelante, también haría de actriz con el seudónimo de Lady Rowlands, se instaló en Nueva York a principios de la década de los 50 para estudiar en la Academia Americana de Artes Escénicas. En Rowlands, los primeros papeles le llegaron gracias a la televisión –en series como Top secreto (1964-1955) y Laramie (1959)– y el teatro: en 1956 aplaudió el papel de la rubia que seduce a un hombre casado en The seven year itch, que en cine interpretó a Marilyn Monroe en una película que llevó por título, en la versión doblada al castellano, La tentación vive llega (Billy Wilder, 1955).

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Aunque debutó en el cine con El precio de amar, su primer papel importante le llegó en 1962 al western Los valientes están solos, dirigido por David Miller, donde hacía equipo con Kirk Douglas y Walter Matthau. Un año después trabajó por primera vez con su marido, John Cassavetes (1929-1989), en Un niño espera, inicio de una fructífera colaboración que dotó a sus interpretaciones de una complejidad y unos matices incontables. "Si no fuera por John, probablemente me habrían encasillado como la típica rubia de comedia romántica –explicaba la actriz–. La belleza arquetípica es tan habitual en Hollywood que habría sido una más y bastante".

A Caras (1968) interpretó a una joven prostituta, ya Minnie y Moskowitz (1971) se convirtió en una comisaria de arte que, harta de los malos tratos de su marido, acababa enamorándose de un vigilante de párking excéntrico interpretado por Seymour Kassel. Gracias al magnífico papel en Una mujer ofuscada, la actriz fue nominada al Oscar. En Noche de estreno, también dirigida por John Cassavetes, Gena Rowlands se puso en la piel de una actriz de mediana edad en crisis: tras una de las actuaciones, el encuentro con una joven hacen que la persigue termina con la chica atropellada, escena que homenajeó a Pedro Almodóvar al principio de Todo sobre mi madre (1999).

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Nominada al Oscar otra vez por Gloria, la actriz aún trabajó una última vez con John Cassavetes: fue a Los afluentes del amor (1984), en la que dos hermanos se afanan por salir adelante después de haber perdido a las parejas respectivas (Cassavetes mismo interpretaba al otro hermano).

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De Woody Allen a Nick Cassavetes

Aunque el único premio de la Academia del Cine que consiguió fue honorífico, en el 2015 –cuando ya había anunciado que se retiraba–, Gena Rowlands recibió tres premios Emmy por su interpretación en producciones televisivas: el primero le llegó en 1987 por La historia de Betty Ford, en la que encarnaba a la primera dama de Estados Unidos. Fue sólo un año antes de protagonizar, junto a Mia Farrow, la remarcable Otra mujer (1988), en la que Woody Allen supo cómo potenciar una vez más la espléndida vertiente dramática de la actriz a partir de la historia de una profesora de filosofía en crisis que espía las conversaciones de una joven con su terapeuta y toma la decisión de ayudarla.

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Tras la muerte de John Cassavetes, la actriz continuó explorando su ductilidad interpretativa. Trabajó con Jim Jarmusch en Noche en la Tierra (1991), participó, junto con Julia Roberts y Dennis Quaid, en el drama Algo de qué hablar (Lasse Hallström, 1995) y, dirigida por Terence Davies, formó parte del equipo de La Biblia de neón (1996), que adaptaba una novela de juventud escrita por John Kennedy Toole, autor de la inolvidable Una confabulación de imbéciles. De su etapa de madurez cabe destacar también las colaboraciones con Nick Cassavetes, uno de sus tres hijos con John y que, al igual que Zoe y Alexandra, se han dedicado al mundo del cine como actores y directores. En la última de ellas, El cuaderno de Noah (2004), Gena Rowlands interpretaba a una mujer enferma de Alzheimer que antes de perder la memoria escribía su apasionada historia de amor de juventud. Décadas después, el enamorado le leía las notas sin que ella supiese de quién se trataba.

Rowlands, que preparaba sus papeles tan a fondo que, antes y durante el rodaje, llegaba a soñar en los personajes, aseguraba, en una entrevista en Los Angeles Times a finales de los 90, que no sentía que hubiera sacrificado la vida por culpa del trabajo: "Si no me hubiera dedicado a actuar quizás sí sentiría que he perdido el tiempo. Los artistas tenemos la suerte de profundizar en lo mejor de 'estar vivos'.