Muere Carles Balagué, el cineasta que miró la parte más oscura de la historia de Barcelona
Propietario de las salas Méliès, fue también crítico de cine
BarcelonaCarles Balagué i Mazón, nacido en Barcelona en 1949, hizo todos los papeles del auca: dirigió películas, fue crítico de cine y dejó patente su amor por el séptimo arte con la creación de las salas Méliès de Barcelona en 1996. Balagué, que ha fallecido este miércoles a los 76 años en el Hospital de Sant Pau de Barcelona, no solo deja marca en el cine. Tenía otra pasión: el Club Deportivo Europa. Socio número 3 de la entidad, trabajó también para que su historia fuera preservada. En el caso de Europa, se trataba de una pasión heredada, su padre era Bernardí Balagué, que fue presidente entre 1975 y 1980.
Licenciado en derecho y en ciencias de la información, Balagúe hizo de abogado durante más de una década antes de dedicar. Su introducción en el cine fue como crítico en publicaciones como Tele/eXpres y Dirigido por… antes de fundar, en 1977, la productora Diafragma PC, desde la que impulsó tanto proyectos propios como la recuperación de clásicos cinematográficos. Su trayectoria como director incluyó largometrajes como Denver (1980), El amor es raro (1988), Las apariencias engañan (1991) y Asunto interno (1995).
Balagué se acercó a algunos de los episodios más oscuros y menos públicos de la Barcelona franquista con La Casita Blanca: la ciudad oculta (2002), premio Ciudad de Barcelona. En concreto, miró con lupa algunos de los años más duros y más represores de la posguerra, entre 1947 y 1952. La Casita Blanca fue un histórico meublé, que para Balagué representaba uno de los mejores ejemplos de la doble moral de la Barcelona de la época: en 1947, Eva Perón visitó la ciudad y en 1952 se celebró el Congreso Eucarístico. El local, que abrió sus puertas en 1912, no cerró ni un solo día y funcionaba 24 horas hasta que el Ayuntamiento de Barcelona lo derribó en el 2011. Balagué no pasaba de puntillas sobre ningún episodio del célebre local: desde el asesinato de la prostituta Carmen Broto hasta el asalto de asalta. El cineasta volvió a mirar a la historia de Barcelona con Arropiero, el vagabundo de la muerte (2008) y La bomba del Liceo (2010).
El 20 de diciembre de 1996, Balagué había inaugurado los cines Méliès, un refugio para el cine clásico en el Eixample. "En Barcelona había un agujero en cuanto a la revisión de clásicos. La Filmoteca estaba en transición y todavía no habían llegado los DVD, así que empezamos a proyectar películas clásicas. Y creo que hicimos una buena labor recuperando títulos que la gente no conocía", explicaba en el ARA.