Paseo triunfal de 'La sociedad de la nieve' en los Goya

El filme de JA Bayona arrasa y es la tercera película más galardonada en la historia de los premios

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BarcelonaVictoria contundente de La sociedad de la nieve a los Goya. El film de JA Bayona se mostró intratable en la gala del cine español y se llevó doce premios de los trece a los que estaba nominada, incluidos los de mejor película y dirección. Con esta cosecha, La sociedad de la nieve se convierte en la tercera película más premiada en la historia de los Goya, sólo superada por Mar adentro (15) y ¡Ay Carmela! (13). El paseo fue especialmente triunfal en las categorías técnicas, donde ninguna otra película fue capaz de hacerle sombra. De hecho, en poco más de una hora de gala la película de Bayona ya se había llevado una decena de premios, por lo que era fácil adivinar cómo acabaría la noche.

La edición de los Goya 2024 fue, en buena parte, un reconocimiento de los académicos en Bayona, el director que con más argumentos ha defendido el potencial de un cine español ambicioso y sin complejos. Y es significativo que a Bayona, muy emocionado durante toda la gala, solo se le rompiera la voz al reivindicar su absoluta adhesión al cine español. "Es mi casa y estoy muy orgulloso de formar parte de esta familia –aseguró–. Y estoy muy feliz de ver que hagáis vuestro nuestro éxito. Siempre he creído en el cine español, y en que juntos podemos conseguir lo que queramos".

La otra película candidata a los Oscars, Robot dreams, no se fue de vacío y se llevó el cantado premio a mejor película animada pero también el de mejor guión adaptado. Pablo Berger, su director, ya ha ganado dos Goya a mejor guión adaptado, y ambos por películas sin diálogos: Robot dreams y Blancanieves. Y también puede irse satisfecha de los Goya 20.000 especies de abejas, pese a ganar sólo tres de los quince premios a los que estaba nominado el debut de Estibaliz Urresola: mejor guión original, dirección novel y actriz secundaria, que Ane Gabarain recibió de manos de la niña protagonista del film, Sofia Otero, que no podía ser nominada por tener menos de 16 años.

Ayer fue un gran día para David Verdaguer, que se llevó al Goya al mejor actor por su papel de Eugenio en biopic Saben aquél. Ya había ganado el de mejor secundario por Verano 1993, así que los dos Goya que tiene son por interpretaciones en catalán. Verdaguer dedicó los premios "a los humoristas de este país, que realizan un trabajo muy importante". "Ignatius dijo una vez que el humor era lo contrario que el miedo, pero yo he descubierto haciendo esta película que Eugenio tenía mucho miedo –explicó Verdaguer–. Yo también tengo mucho miedo, y la mayoría de gente que hacemos películas también. Y quizás gracias a las películas que hacemos la gente olvida un rato sus miedos".

A pesar de las más de tres horas y media de duración, la gala fue bastante ágil en algunos momentos. Los premios y actuaciones se sucedían durante la primera hora sin descanso; sin embargo, como siempre, la acumulación de premios y minutos terminaba pesando al final. Lo que no llegó a funcionar fueron Ana Belén y los Javis como presentadores, sobre todo en el caso de los creadores de La mesías. Más que presentar una ceremonia, por momentos parecía que las apariciones de los Javis eran un discurso de agradecimiento eterno, egotrip narcisista que tuvo como cimas una selfie que imitaba la de Ellen DeGeneres en los Oscar y una reunión en el escenario con Pedro Almodóvar y el reparto de Todo sobre mi madre.

Pero si algo marcó los Goya de esta edición fue la inquietud de fondo por las acusaciones de violencia sexual al cineasta Carlos Vermut, el tema espinoso que calentó la alfombra roja y las reivindicaciones posteriores de la gala. No lo parecía en los primeros momentos de la ceremonia, cuando Ana Belén y los Javis empezaron con un sketch de sofá que parecía más pensado para una gala de fin de año que para unos premios de cine, sensación que se acentuó con la actuación de David Bisbal cantando Mi gran noche de Raphael. Pero el rumbo reivindicativo de la gala quedó definido enseguida con una proclama de Ana Belén: “Es urgente que exigimos certezas de igualdad. Y esto pasa por condenar todos los abusos y violencias sexuales. Y también por revisar profundamente las estructuras que lo permiten”. La anécdota: el tema que cantaron Sílvia Pérez Cruz y Salvador Sobral en el In Memoriam formaba parte de la banda sonora de Quién te cantará, de Carlos Vermut.

La coherencia de Sigourney Weaver

Uno de los momentos de la noche fue el del Goya Internacional de una Sigourney Weaver –presentada por el omnipresente Bayona, su director en Un monstruo viene a verme– que parecía realmente emocionada por recibir el calor del cine español. Incluso pareció sincera cuando dijo que era la mejor gala de premios que había visto nunca: "De verdad. Os amáis y os dais tanto aliento los unos a los otros... ¡Quiero volver todos los años!". Y después de celebrar el cine como "una gran colaboración" hizo un ejercicio de coherencia: reconocer la gran labor que realiza su dobladora desde hace 30 años, la barcelonesa Maria Lluïsa Solà. "María, espero que lo estés viendo", le dedicó Weaver.

Y fue emocionante también ver a Claudia Pinto dedicarle el Gaudí al mejor documental de Mientras seas tú a su protagonista, Carme Elias, que una semana después de ganar al Gaudí no viajó a Valladolid para recibir al Goya. "No sabía que podía estar tan triste y tan feliz a la vez –dijo Pinto–. Carme, sé que me ves desde casa, y estos aplausos también son para ti". Otro ausente en su propio homenaje fue Joan Mariné, el director de fotografía y operador de cámara de 103 años que recibía ayer el Goya de Honor; pero su amigo José Sacristán resolvió la situación con un bonito discurso en defensa del celuloide con el que reivindicó la profesión de Mariné y su extraordinaria labor como restaurador de películas. "Joan se dejó las retinas para cuidar, atender y preservar las películas –remarcó Sacristán–. Porque hayan disfrutado o no del favor del público, todas las películas forman parte del patrimonio cultural de este país".

Hubo más premios, como el solitario de Cerrar los ojos para José Coronado como mejor secundario, o el de la bailarina Janet Novas como actriz revelación por la gallega O'corno. Malena Alterio hizo buenos los pronósticos y se llevó el de mejor actriz por Que nadie duerma. No fue una buena noche para Creatura, que tras su triunfo en los Gaudí se marchó de vacío. Sin discursos emocionantes ni unos presentadores con gracia –Ana Belén le puso ganas, pero el ego de los Javis ocupaba demasiado espacio–, ¿qué queda de la gala de los Goya? La felicidad de Sofía Otero, las lágrimas de Bayona, las caras de Coixet, la clase de Sacristán, la elegancia de Weaver y la indignación de Almodóvar con el representante de Vox en la gala, el vicepresidente de Castilla y León Juan García- Gallardo. Poco más.