"El problema del cine infantil es pensar que los niños son imbéciles"
David Serrano estrena la película musical 'Voy a pasármelo bien', con canciones de Hombres G
BarcelonaEl director David Serrano se enamoró por primera vez a los once años. Ella se llamaba Layla y era una compañera de clase. También en aquella época Serrano se compró su primer casete y se enamoró de un grupo, Hombres G. Sus dos amores infantiles confluyen en Voy a pasármelo bien, la película musical que estrena este viernes el cineasta español con más experiencia en el género, guionista de El otro lado de la cama y su secuela y responsable de éxitos del teatro musical como Hoy no me puedo levantar, Grease y Billy Elliot.
El protagonista de Voy a pasármelo bien es David, alter ego preadolescente de Serrano, un fan de los Hombres G que se inicia en el mundo de los sentimientos de la mano de los consejos de Fernando, un compañero repetidor que le asegura que la clave para ligar es "fumar, beber mucho y no hacer caso a la chica que te gusta". En paralelo, la película nos muestra el futuro de David, que 30 años después es un librero divorciado (Raúl Arévalo) que se reencuentra con Layla (Karla Souza), convertida en cineasta de éxito que vuelve a Valladolid para recibir un premio en la Seminci.
"La idea inicial era explicar solo la historia de los niños, pero decidimos que la película tendría más tirón si añadíamos una trama adulta", dice Serrano, que admite que limitó el protagonismo de los adultos para no aburrir al público infantil. "Es más fácil que los adultos se enganchen a una historia de niños, si está bien hecha, que enganchar a niños a una historia de adultos". El director reivindica un cine familiar que tenga los niños "a su lado" sin alienar a los adultos. "El problema del cine infantil es pensar que los niños son imbéciles como espectadores. Por eso, muchas veces, los niños de las películas son idiotas y odiosos".
El único director de cine musical
David Serrano se reivindica, medio en broma, como “el único cineasta que hace musicales en España”. Y reconoce que a pesar de que el género le gustaba “desde pequeño” nunca se había imaginado que haría carrera en el musical, "y todavía menos en el teatro musical, que casi no conocía antes de dirigir Hoy no me puedo levantar". El problema del musical, dice, es que es “más caro y complejo” de producir porque necesita tiempo para preparar coreografías y dinero para pagar a los bailarines.
“Pero no es un género apreciado por la prensa: ni tiene repercusión crítica ni entra en la rueda de premios”, lamenta. La necesidad económica empuja al musical, pues, hacia temas muy populares que, cerrando el círculo vicioso, lo alejan del prestigio: “Esta película la hemos podido hacer porque detrás hay una marca potente como Hombres G. En mi film musical anterior, Una hora más en Canarias, cuando más bailarines tenía eran dieciséis. Y con dieciséis bailarines el número nunca te acabará de quedar bien”.
En Voy a pasármelo bien sí que hay coreografías con medio centenar de bailarines acompañando a los niños protagonistas. El gran referente de estas escenas, reconocido por el director, ha sido La la land. “Es un musical muy astuto, porque no tenían mucho presupuesto y se lo gastaron todo en tres números gloriosos –dice–. El resto son muy pequeños, pero permiten mantener el tono de musical sin arruinarte. Yo he hecho lo mismo, y también he rodado los números como La la land, sin fragmentar la imagen como si fuera un videoclip. Yo quiero que las coreografías luzcan, no mover la cámara y solucionarlo en montaje”.
Hombres G, en el mejor momento
En cuanto al repertorio, todos los temas que cantan y bailan los niños son los clásicos de Hombres G de los 80, la época en la que se ambienta la trama infantil. El grupo también es coproductor de la película y, de hecho, aparece actuando durante los títulos de crédito. “Son gente muy maja y normal, y esto es raro en el mundo de la música –afirma Serrano–. Yo he trabajado con otros músicos y algunos se piensan que por haber tenido éxito en una cosa ya saben de todo”. Serrano no menciona nunca el nombre de Nacho Cano, pero es sabido que su relación con el productor de Hoy no me puedo levantar no fue idílica.
El director confía que la película sirva para descubrir Hombres G a una nueva generación de niños, pero señala que los conciertos del grupo ya están llenos de niños y adolescentes. “Han sabido renovar su público y, de hecho, ahora tienen más éxito que nunca –dice–. En 2022 han hecho dos giras por Estados Unidos y tienen 7,8 millones de reproducciones mensuales en Spotify. Mecano tiene cuatro millones y Supertramp siete”. ¿La clave? Serrano reivindica “la normalidad” de la banda, el respeto y confianza que se tienen “después de 40 años juntos” y que “nunca han querido engañar a nadie ni hacer nada para gustar más”.