El regreso al cine del comediante cancelado Louis C.K.
El creador de la serie ‘Louie’ estrena por internet ‘Fourth of july’, un drama familiar autofinanciado al margen de la industria
BarcelonaUna de las caídas en desgracia más repentinas del Hollywood reciente es la que vivió hace cinco años el comediante, actor, guionista y director Louis C.K. Los premios y elogios recibidos por la serie Louie y sus especiales de stand-up lo habían convertido en una especie de relevo natural de Woody Allen en la comedia norteamericana. Su humor era afilado y agridulce, con ideas transgresoras, pero también momentos de gran humanidad. Presentaba a menudo el Saturday Night Live, ganaba Emmys a chorros (tiene seis) y la crítica se frotaba las manos con el estreno de su película I love you, daddy, una comedia dramática escrita, dirigida y protagonizada por él mismo.
Aun así, la imagen pública de Louis C.K. se hundió en 2017 cuando The New York Times publicó el testimonio de varias mujeres, la mayoría comediantes, que lo acusaban de masturbarse delante de ellas, abusando de su estatus y poder en la industria. A pesar de que hacía meses que las negaba, Louis C.K. acabó reconociendo la veracidad de las historias y, en cuestión de días, el estreno de I love you, daddy se canceló, las series Louie y Lucky Louie y los especiales de comedia de Louis C.K. desaparecieron de plataformas como Netflix y HBO, y él mismo fue despedido de Better things, serie creada y escrita a cuatro manos con Pamela Adlon.
Concentrado en las actuaciones en directo desde 2018 –a pesar de que en recintos más pequeños que en la época en que llenaba el Madison Square Garden–, las únicas obras audiovisuales de Louis C.K. en los últimos años habían sido dos especiales de stand-up producidos por él mismo y distribuidos a través de su página web. Hasta que el 4 de junio anunció por sorpresa a los seguidores de su lista de correo que había dirigido una nueva película, Fourth of July. La noticia podía hacer pensar en el final de su exilio de Hollywood, sobre todo después de haber ganado en abril un polémico Grammy por su especial de comedia Sorry. Pero Fourth of July no es un regreso por la puerta grande en Hollywood.
Estreno y distribución no tradicional
¿Cómo estrena una película un director cancelado por la industria? Si Woody Allen encontró el apoyo económico de Jaume Roures para rodar Rifkin’s Festival, Louis C.K. se ha tenido que financiar él mismo la producción de Fourth of July y lo ha rodado con actores desconocidos de su Boston natal. El único nombre famoso del reparto es el suyo, pero hace un pequeño papel de psicólogo.
La distribución en salas no ha sido tradicional, pero tampoco invisible: durante la primera quincena de julio se ha proyectado en una decena de cines de Estados Unidos y Canadá, y también en sesiones puntuales de un mismo día en 40 salas de la cadena AMC y 66 de la cadena Regal. Y desde el 6 de agosto, poco más de un mes después del estreno en salas, la película ya se puede comprar en la web de Louis C.K., con subtítulos en varios idiomas y sin ninguna restricción geográfica, una decisión que hace prácticamente inviable la distribución internacional en salas. No parece probable que Fourth of July se acabe viendo en otoño en los festivales europeos –y sería una elección natural del FICX de Gijón o la Americana de Barcelona– y todavía menos a plataformas.
Fourth of July recupera el interés de Louis C.K. por las dinámicas familiares tóxicas que ya exploraba, con un tono mucho más crudo y amargo, en la magnífica webserie Horace & Pete. El protagonista es Jeff (Joe List, coautor del guion con C.K.), un pianista de jazz exalcohólico y alérgico al conflicto que decide, por una vez en la vida, hacer frente a sus padres por su falta constante de amor y apoyo, a la cual atribuye su miedo a convertirse en padre.
El escenario elegido para destapar la caja de los truenos es la tradicional reunión familiar del 4 de julio, una estampa típica de la sociedad norteamericana que C.K. retrata en toda su vulgaridad y fealdad, exhibiendo una cierta misantropía que, aun así, se equilibra con toques de humor y empatía. Como algunas historias del género reunión familiar, Fourth of July acaba siendo una historia de aceptación: por mucho que la familia de Jeff sea una pandilla de gamberros alcohólicos y disfuncionales, no se puede evitar quererlos. Obligado a moverse a los márgenes de la industria y rechazado por muchos de sus antiguos fans y buena parte la prensa –The New York Times fue implacable con la película–, Louis C.K. mantiene viva una carrera que muchos ya daban por extinguida.