Cine

La tragedia entre risas de Eugenio, "el catalán triste por antonomasia"

David Trueba dirige 'Saben aquél', el 'biopic' sobre el humorista que protagonizan David Verdaguer y Carolina Yuste

BarcelonaAl principio de Saben aquél, la película sobre Eugenio que ha dirigido David Trueba y que llega a los cines el miércoles 1 de noviembre, el encargado de un club se pregunta por qué los humoristas son gente tan triste. El Eugenio de Saben aquél, interpretado magníficamente por David Verdaguer, no es sin embargo un hombre triste sino, sobre todo, un hombre enamorado. Y en el amor que Eugenio Jofra sentía por su mujer, Conchita Alcaide, está la clave para comprender esa oscuridad imperturbable que desprendía su personaje, esa amargura sin remedio. Y también la relación ambivalente de amor/odio que sentía por un trabajo, el de humorista, que le hacía temblar de nervios antes de cada espectáculo, pero también conducir hasta Alicante para actuar el mismo día que enterraba a su mujer.

Trueba encuentra "verdad" en el cliché del payaso triste. "El resto de personas tenemos nuestras escapatorias en la vida para llegar al humor y el absurdo, pero los humoristas no. Ellos tienen las mismas alegrías y penas que todo el mundo, pero deben aparcarlo todo para salir al escenario a hacer reír a los demás. Y esto acaba, creo yo, fomentando un sufrimiento y una amargura, porque no tienen con quien reír". Esa contradicción básica del humorista genial consumido por las dudas y la pena es lo que atrajo a Trueba de Eugenio. "Tiene la mezcla perfecta entre el drama vital y el humor, que es algo que está siempre en mi escritura –dice el director–. Eugenio era una contradicción con patas, y a la gente le atraía esa tensión que hay en un chiste contado por alguien tan serio, tan para adentro".

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Una historia de amor

Escrito por Trueba con Albert Espinosa a partir de los libros sobre Eugenio de su hijo Gerard Jofra, el guión de Saben aquél acota el relato sobre la vida del humorista a la relación con Conchita Alcaide (una Carolina Yuste luminosa), desde que se enamoran y forman un dúo de folk hasta el triunfo de Eugenio como humorista y la muerte de su mujer . "Me gusta la ficción, no los biopicos, y la ficción no cuenta toda la vida de un personaje, sólo la esencia, que puede ser un día o un año –justifica Trueba–. Y para mí la esencia de Eugenio radica en su paso del taller de joyería al mundo del espectáculo y en la relación con Conchita y su pérdida". Verdaguer añade que el público "irá a ver la película película por Eugenio y descubrirá a Conchita" y "una historia de amor bonita y triste".

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Según el actor, Alcaide representa a esas mujeres "que siempre estaban junto al marido y los hijos, sin desear nada más que su triunfo", aunque, en realidad, era ella la que quería ser artista. "A Eugenio no se le pasaba por la cabeza ser humorista –dice Verdaguer–. Él se enamoró de una cantante, cogió la guitarra y se puso a hacer la segunda voz. Y cuando él triunfó, ella tuvo que dar un paso al lado". La película captura así el regusto agridulce que el éxito dejó en el humorista y la culpa que sentía. "Conchita también representa la injusticia de una profesión que escapa de cualquier lógica –apunta Trueba–. Hay personas que tienen suerte y talento, y personas que no tienen suerte. Conchita no la tuvo, y tampoco estuvo en el lugar y el momento indicado. En cambio, Eugenio sí. Y ese desequilibrio provoca una herida importante entre ellos".

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Verdaguer Premium

Como en los paquetes de tábaco, un rótulo alerta a los espectadores al principio de Saben aquél que fumar perjudica a la salud. La advertencia está justificada: apenas hay escena en la que Eugenio no aparezca fumando. "Era parte de su máscara, como las gafas", señala Verdaguer, quien para preparar el papel habló mucho con Gerard Jofra, el hijo de Eugenio. "Pero la clave fue, y no es que les quiera hacer publicidad, contratar YouTube Premium –confiesa el actor–. Debo ser el único imbécil de España que paga por YouTube, pero es que era la única manera de ver los chistes sin publicidad y tenerlos todos ordenados". Verdaguer se "obsesionó" con los chistes: los transcribía, estudiaba su estructura, los silencios... "Realmente, no son chistes muy graciosos –reflexiona–. Ninguno es el chiste de tu vida. Pero él se los hacía suyos y los reconvertía. Eugenio es la prueba viviente de que no es el qué, sino el cómo. Con Chiquito de la Calzada pasaba lo mismo: no se trata de si el chiste es bueno o malo, sino de cómo lo cuenta. Y mira que eran antagónicos, Chiquito y Eugenio".

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Para capturar la esencia de Eugenio, Trueba recomendó a Verdaguer que "no cayera en la tentación de la imitación". Al fin y al cabo, señala el director, "la imitación dura un minuto, pero ésta era una película de dos horas y teníamos que ver al personaje en su casa, con la mujer y los hijos, y todo esto está en la interpretación". "Yo estaba acojonado –reconoce Verdaguer–. Eugenio es un icono de nuestro imaginario, todo el mundo le quería mucho y no quería decepcionar, así que traté de coger su energía. La suerte es que soy un experto en hacer catalanes tristes , he hecho un montón en el cine, y él es el catalán triste por antonomasia, todo hacia dentro. Sabía cómo gestionar al público en el escenario, pero no sus emociones ni las personas de su alrededor". De alguna forma, en el personaje de Eugenio confluyen las dos facetas interpretativas de Verdaguer, la más cómica y la más dramática. "No lo había pensado, pero quizá sí –rumía el actor–. No soy Eugenio, pero soy bastante hacia dentro y, a veces, muy asocial. Y el papel une esas dos vertientes, porque he hecho stand up y comedia comercial, sobre todo en el teatro. Y en el cine indie catalán, toda esa parte más sensible y de nueva masculinidad. No sé si será el papel de mi vida, espero que no, porque me queda vida, pero sí un personaje con el que me lo he pasado muy bien".

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El 'catanyol' de Eugenio

Saben aquél es la primera película hablada principalmente en catalán de David Trueba, que vivió muchos años en Cataluña y habla catalán. Para él, filmar en catalán era vital para darle autenticidad al relato y, sobre todo, para mostrar "cómo Conchita, una mujer de Huelva que llegó a los 17 años en Catalunya, hablaba y cantaba en catalán perfectamente". En este sentido, Verdaguer elogia el trabajo de Yuste, nacida en Badajoz: "No sólo interpreta en una lengua que no es la suya con un catalán mejor que el de Pompeu Fabra... Es que hace neutros y pronombres débiles, la cabrona. Y canta que flipas". Sin embargo, como en los chistes de Eugenio, el castellano también está presente de forma muy natural. "En realidad, Eugenio es la mezcla perfecta entre el catalán y el castellano –dice Trueba–. En las actuaciones de la última época en TV3, hace la presentación del chiste en catalán y después cambia al castellano. Y estoy seguro de que si preguntas a la gente si ha explicado el chiste en catalán o castellano no te lo sabrían decir".

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Trailer de 'Saben aquel'