Yorgos Lanthimos y Emma Stone imaginan un surrealista Juicio Final en Venecia
El director griego y la actriz estadounidense estrenan 'Bugonia' en la Muestra de cine
VeneciaEl Festival de Cine de Venecia trae buenos recuerdos a la pareja artística formada por el cineasta griego Yorgos Lanthimos y la actriz estadounidense Emma Stone. Fue en la Muestra de 2018 que se estrenó La favorita, la película que inauguró una larga y fértil colaboración que, hasta ahora, tiene como punto álgido el León de Oro que se llevó Pobres criaturas en 2023. Este jueves la 82ª edición del certamen italiano ha acogido el estreno mundial de Bugonia, el cuarto proyecto compartido por el director de Langosta y la protagonista de La La Land, que es en realidad un remake del filme surcoreano ¡Save the green planet! (2003). Aquel filme de Jang Joon-hwan era un alocado y surrealista delirio pop que jugaba con la teoría de que el directivo de una gran empresa podía ser el emisario de una raza alienígena dispuesta a eliminar la Tierra. Ahora es releído, con urgencia y en clave depurada, por un Lanthimos que encuentra un receptáculo idóneo para su mirada misantrópica, su dominio de la puesta en escena y su gusto por la brutalidad.
La idea de transponer la violenta odisea de ¡Save the green planet! –centrada en el secuestro del alto ejecutivo por dos jóvenes marginados– en Estados Unidos del presente fue de Ari Aster, pero el realizador deHereditary delegó la tarea de escribir el guión en Will Tracy y la de dirigir el filme a Lanthimos. "El guión de Bugonia me pareció divertido e impactante", ha explicado Lanthimos en su encuentro con la prensa en Venecia. "Cuando le leí hace tres años, me pareció relevante, y hoy, por desgracia, lo es aún más", ha añadido sobre un filme en el que Emma Stone interpreta el papel de la directora ejecutiva y Jesse Plemons el de Jesse Plemons. ¿qué hace de Bugonia ¿una película tan contemporánea? Lanthimos, que suele jugar al hermetismo cuando se trata de decodificar sus obras, se ha mostrado más dispuesto a interpretar Bugonia. "Muchas de las cosas que vemos en la película son reales", comenta en referencia a la hipocresía de las grandes corporaciones, la crisis moral de América profunda y la problemática climática. "La humanidad se enfrenta a la hora de la verdad, a su Juicio Final, y no sé qué margen de tiempo tenemos si pensamos en la inteligencia artificial, las guerras que hay en el mundo, el cambio climático... Y el gran problema es la negación de todo esto. Estamos perdiendo la capacidad de indignarnos", remata en tono grave Kinds of kindness (2024).
Tortura al ritmo de Green Day
Después de dos décadas en la primera línea del cine de autor, podemos concluir que el cine de Yorgos Lanthimos tiende a perder comba cuando se vuelve demasiado alegórico y cuando la violencia estalla de forma arbitraria. Por suerte, no es el caso de Bugonia, que, como ocurría en La favorita, encuentra el nudo argumental en la temática de la lucha de clases. Identificando el malestar y el oportunismo en la América que ha convertido a Donald Trump en el hombre más poderoso del planeta, Lanthimos orquesta un salvaje tête à tête donde resulta difícil situar las líneas morales. En la rueda de prensa, Stone ha definido Bugonia como un filme "excitante, emocionante, muy jodido, pero también muy vivo". Habría que añadir que la película, que conecta con los ácidos y crueles imaginarios de los hermanos Coen y Quentin Tarantino, es genuinamente americana. Entre otras cosas, Bugonia será recordada por una escena de tortura, al ritmo de la canción Basket case de Green Day, que podría compartir un sitio en el podio de la sordidez fílmica junto con el baile de la muerte que protagonizó el recordado Michael Madsen a Reservoir dogs.
George Clooney en 'Jay Kelly', de Noah Baumbach
La segunda jornada de la Mostra se ha completado con el estreno de Jay Kelly, de Noah Baumbach, la primera de las tres películas con las que Netflix aspira a ganar el León de Oro (le acompañarán Frankenstein, de Guillermo del Toro, y En house of dynamite, de Kathryn Bigelow). Baumbach, un habitual de la Muestra, propone a Jay Kelly una meditación sobre el estrellado cinematográfico que tiene como motor narrativo la crisis existencial que sufre un popular actor que, en su madurez, cuestiona sus elecciones vitales. La película, que funciona mejor en el registro dramático e intimista que en la vertiente más cómica y frenética, se sostiene sobre el pacto tácito y amigable que firman Baumbach y Clooney. El director se compromete a utilizar la ironía con finura, mientras que la estrella se tira de cabeza al juego autoparódico, encarnando a un tipo ególatra que ha naturalizado ser siempre el centro de todas las miradas. Pero, al final, no queda ninguna duda de que estamos ante un homenaje más explícito que velado en la figura de Clooney.